SE POSESIONÓ LA COMISIÓN DE DISCIPLINA JUDICIAL

Por AURA MARLENE RIOS CHAPARRO

El pasado 13 de enero, después de varios tropiezos, por fin el Presidente de la República posesionó a la recién nombrada Comisión Nacional de Disciplina Judicial, que investigará a Jueces, Fiscales y Abogados. Con ello, se pone fin a la anarquía que venían imponiendo los Magistrados Emma Julia Figueredo y Pedro Alonso Sanabria.

Por consiguiente, el país espera que la recién posesionada Comisión  de Disciplina, ejerza sus funciones con lealtad, eficiencia, eficacia y honestidad; esto, en la medida que ya es hora que la Rama Judicial saque la cara y limpie su imagen, después del desprestigio protagonizado por el Cartel de la Toga y por quienes se atornillaron en el cargo de Magistrados durante doce años, sin importarles que su periodo era Constitucional de ocho años, no dictatorial ni impositivo a su arbitrio.

Así las cosas, luego de la posesión de los Magistrados, no deben presentarse traspiés para que ejerzan sus funciones, tal como lo están asegurando algunos titulares de prensa. ¿Desde dónde van a despachar?, ¿Qué asuntos conocerá cada uno de ellos y los funcionarios que los acompañaran en el desempeño de dicha labor?. Estos, deben ser temas a resolver a la mayor brevedad por la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura.

La Comisión de Disciplina entra en funcionamiento con cuatro años de retraso, pues debió operar desde el año 2016, razón por la cual, ahora no resulta aceptable que se vayan a gastar un año resolviendo temas de forma. Se trata de una Entidad que pertenece al Consejo Superior de la Judicatura, es decir, a la Rama Judicial, por ende, el espacio físico para su funcionamiento no puede ser la excusa para su puesta en marcha, pues de ser así, no habría administración de justicia, sino desorden, corrupción, injusticia e indisciplina.

Lo anterior, habida cuenta que una vez posesionados en el cargo, los Magistrados comenzaran a devengar el salario correspondiente, el cual no es una suma nada despreciable; tratándose que tienen la connotación de Magistrados de Alta Corte, les corresponde la misma asignación salarial que a los Magistrados de la Corte Suprema, de la Corte Constitucional y de los Consejeros de Estado; es decir, entre remuneraciones especiales, primas técnicas y primas especiales de servicios, su asignación mensual supera ostensiblemente los $28 millones; además, camioneta blindada, conductor, escoltas y Magistrados auxiliares que les proyectan los fallos que ellos van a firmar. Un cargo de lujo, con salarios y prebendas de mucha suntuosidad. Por ende, no resultaría justo, ni ético, que devenguen el salario sin iniciar labores, so-pretexto de que no hay una oficina o un  escritorio.   

Sobra recordar, que los salario de los Magistrados, Jueces, Fiscales y demás empleados de la Rama Judicial, son pagado con dineros del erario público; es decir, con fondos producto de los impuestos que pagamos diariamente cada una de los colombianos. Por esta potísima razón, no podemos permitir que ahora vengan a decir, que luego de posesionada la Comisión de Disciplina Judicial, aquella no puede iniciar labores por falta de espacio para su funcionamiento. Dicha conducta, resultaría inaceptable, reprochable y censurable  desde todo punto de vista.