No es eso lo que debería estar esperando el país después de que se enteró de los 25.000 audios y numerosos videos dejados por el ‘Ñeñé’ Juan Guillermo Hernández, esposo de María Claudia Urbina y amigo personal, como lo demuestran los abrazos, de Iván Duque y de María Claudia Daza, brazo derecho en la actividad política de Álvaro Uribe, y de los Char, y de Vargas Lleras, a quien le robaron los dineros de su campaña en la costa, y a lo mejor también de Néstor Humberto Martínez Neira, Fiscal General de la Nación de la época y conocedor de los videos y los audios.
Hasta ahí no hay nada de pecaminoso ni de delictual. Lo que toca los linderos del código penal es la compra de votos por orden de Uribe en la Costa Atlántica para garantizar el triunfo del candidato, como se deduce de los constantes asesinatos de los lideres sociales, tema en el que tampoco ha hecho nada, tal vez porque por orden de Uribe los altos oficiales del Ejército se hacen los de la vista gorda.
Pero no es eso todo lo que permite inferir que si tuviera vergüenza y dignidad Duque debería renunciar cuanto antes: Los 13 puntos del Comité Nacional del Paro, precisos y de connotación general, entregados desde el año pasado para su negociación no para una simple conversación, sobre los cuales nada ha dicho, a pesar de que el plazo era marzo de 2020.
Habrá que esperar cuál va a ser su reacción cuando se reanuden los paros pacíficos, sin interferencias de milicianos terroristas y encapuchados, que desdibujan el mérito y la importancia de las peticiones y con la participación nutrida de los trabajadores, de los sindicatos, de los estudiantes, de los maestros, de Asonal Judicial, de los funcionarios y empleados públicos, de los campesinos, de los transportadores de todo orden: camioneros, taxistas, conductores de buses, pilotos, etc.
También toca los lineros del código penal el robo de los dineros de la campaña de Vargas Lleras, con el mismo propósito del fraude electoral, lo cual le costó la derrota en la primera vuelta, aunque ahora talvez por medio de la mermelada de dos ministerios vuelva a respirar.
Y ni qué decir de la actitud de Néstor Humberto Martínez Neira, Fiscal General de la Nación de la época, a quien se acusa de haber engavetado los audios y videos que resumen la Ñeñé Política, no obstante haber anticipado que tenía en su poder unas escalofriantes pruebas que harán estremecer al más fuerte pero que no las difundirá sino después de las elecciones. La verdad es que ni después, ni antes, las dio a conocer. ¿Es eso complicidad o coautoría?
El actual Fiscal Barbosa dijo la semana pasada que ya los había recuperado y que los acaba de entregar a la Corte y a la Comisión de Investigación y acusación de la Cámara de Representantes, en donde va a dormir el sueño eterno.
Si Duque no renuncia, la oposición tendrá la oportunidad de despojarse del egoísmo en favor de uno cualquiera de los lideres y escoger entre ellos el candidato presidencial para el 2022, si antes no logramos tumbarlo por medio de paros frecuentes en todo el país.