Las proyecciones de crecimiento económico para el país este año son positivas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) proyecta un crecimiento del PIB del 6,1%, mejor al proyectado en diciembre que fue del 5,5%. La economía colombiana es la que más va a crecer de los países que la OCDE, seguida por Portugal (5,4%) y Polinia (4,4%).
Han impulsado el crecimiento económico la subida en los precios del petróleo y la confianza en los hogares colombianos que impacta positivamente el consumo. De acuerdo con la OCDE, las políticas macroeconómicas implementadas en Colombia en el 2021 han reactivado la economía y sus efectos también se refleja en el presente año.
Para la OCDE las transferencias a las personas en situación de pobreza como el “Ingreso Solidario” también fueron importantes. El problema es que los confinamientos, la pandemia y los costos de la reactivación económica y social aumentaron el déficit fiscal y la deuda pública.
El próximo gobierno tendrá que tramitar una reforma tributaria para aumentar los ingresos, eliminar exenciones y mejorar la progresividad fiscal. Las dos campañas presidenciales del “cambio” han generado grandes expectativas que implican un mayor gasto público, pero sin claridad sobre sus fuentes de financiación.
Las promesas populistas preocupan a los actores económicos. Esta semana el Consejo Gremial Nacional hizo un llamado a los candidatos para que el próximo gobierno respete la Constitución, lo cual implica, ente otros, respetar la libertad de empresa y mantener la independencia del Banco de la República. También esperan reglas de juego claras y estables. No es conveniente un ambiente de incertidumbre que de malas señales a los mercados y afecte las perspectivas de crecimiento.
Continuar creciendo económicamente es necesario, pero no suficiente, se requiere que el mismo llegue a los hogares de más bajos ingresos. Los gremios del sector productivo reconocen la urgencia de resolver los problemas de pobreza, de inequidad y de informalidad laboral, sin embargo, deben ser más proactivos y más generosos con sus propuestas.
La estrategia para crecer con equidad, que no está clara en los programas de gobierno, tendrá que definirse en el marco de la formulación del nuevo plan de desarrollo con el concurso de todos los actores. Después de pasar la página del populismo electoral las instituciones gremiales y las organizaciones de la sociedad civil tendrán que construir una estrategia de crecimiento económico y desarrollo social viable y sostenible.