El Colectivo Los Samanes nació como una acción de civismo ante la posibilidad de talar más de 150 árboles en la construcción de una solución en la glorieta Galicia, una solución de intersección de suma importancia para la ciudad y la región. Lugar con un altísimo tráfico en donde coexisten comunidades, corredores ambientales y comercio.
Doña Amparo Jaramillo llamó la atención de esta obra, y que desde el principio defendió, con el cumplimiento de las normas ambientales, evitando el menor impacto posible.
Como ciudadana expresó todas sus inquietudes sustentadas en su conocimiento en urbanismos, paisajismo, ambientalismo y ejecución de proyectos. Los árboles fueron la cuota inicial, pues al ir adentrándose en el proyecto se encontraron deficiencias en el diseño, así como la falta de algunos permisos ambientales. Lo cierto es que, en la solución planteada desde el inicio, los peatones deben cruzar la vía, y que unas líneas pintadas en la carretera en el lugar de menor aceleración, equipaban un mayor riesgo al peatón. Situación no deseable. Se argumenta que los puentes peatonales la “gente no los usa”, argumento que no es de recibo, siempre es deseable y posible construir un puente peatonal con un buen diseño que invite a los peatones a utilizarlo. Véase el ejemplo del puente que cruza desde Plaza Cívica hacia la avenida Circunvalar, de altísimo tráfico peatonal. En las soluciones viales debe imperar el peatón y en estos diseños no está pasando. Conocemos de la alta accidentalidad, trágicos y lamentables accidentes. Situación dolorosa que nos obliga a hacer más que obras. No existe en la vía un solo aviso donde se advierta al conductor el cruce de peatones. La iluminación de la vía mínima, que intensifica el riesgo. Ideas y propuestas exitosas hay muchas.
Es cierto que el proyecto no tenía todos los permisos ambientales, por ello se produjo la suspensión, de tenerlos no habría estado suspendida cerca de dos meses, con la sola presentación de los “mínimos” que aducen los veedores, se habría reiniciado la obra.
¿Por qué entonces se necesitaron dos meses para solucionar ante la CARDER? Hoy la obra está suspendida por un acto administrativo del Tribunal Administrativo de Risaralda. Un magistrado en un auto de 57 páginas explica las razones y otorga 30 días para responder a las inquietudes. Muestra mucho del magistrado, pues su idoneidad y el interés de no afectar la obra definitivamente.
Recordemos que una Acción Popular es un instrumento que nos otorga la Constitución para defender derechos colectivos, entre ellos el disfrute de un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible y sustentable. “Obras sí pero no así”, fue el llamado de Doña Amparo Jaramillo en el foro del concejo municipal convocado por el concejal del Partido Verde, Esteban Gañan.
Desde entonces los veedores del proyecto han insistido en evitar ser mediáticos, no alborotar, es decir no poner sobre el tapete este importante proyecto. Por qué no se procura mejorar la obra, cómo es posible que un ingeniero que hace parte de la veeduría diga que si hay fallas, pero se irán corrigiendo, que debemos evitar que se lleven la plata para el Valle. ¿Dónde queda la planeación de la obra? Entonces hacemos las obras mal, solo por hacerlas, y todo por el temor a la gobernadora del Valle. Acaso no tenemos dirigentes políticos que defiendan los recursos que proveen los peajes.
Ahora bien, es de alto nivel cívico que Doña Amparo Jaramillo y su Colectivo ha estado acompañada de notables damas de la ciudad que solo buscan lo mejor para la ciudad, en la tarea de bregar por la ejecución de una obra con el cumplimiento de todos los requisitos de ley en bien de la comunidad de Cerritos y de la ciudad.
Qué diferente hubiera sido la historia de la avenida de los Colibríes, si estas mujeres hubieran levantado su voz, si la misma sociedad que hoy las ataca y no hubiéramos dejado solo al Dr. Michel Medina quien con un grupo de personas hicieron hasta lo imposible para salvar lo insalvable y a quien hoy Pereira les da la razón, aunque tarde.
Es posible que para algunas personas el Colectivo se haya equivocado, y haya generado controversia; que se abran discusiones sanas, por supuesto, de eso trata, dentro del marco del máximo respeto por las ideas. Lo que no está bien y de manera injusta e inexplicable han agredido, en especial con Doña Amparo Jaramillo, quien por cierto no está defiendo el negocio de nadie, no tiene aspiraciones de ninguna índole, ni político ni económico, solo está motivada por el amor por la ciudad. Quienes la atacan han alterado su calma familiar, su salud física y mental ante la avalancha de improperios de diferentes orillas. Su familia incluso ha considerado que debe salir de la ciudad. No son las maneras de abordar los problemas. Doña Amparo Jaramillo de Drews tiene la autoridad moral para hablar y hacer civismo en defensa de la ciudad.
Varios contradictores ven al Colectivo como unas “viejas” que no tiene oficio y que solo buscan protagonismo, mujeres con grandes egos, fanáticas, “putas ecópatas” entre muchos otros insultos de gran dureza. El asunto va más allá, es la ejecución de una obra con el cumplimiento de todos los requisitos que exige la ley con un ambiente sostenible y amigable.
No se trata de salvar árboles per se, hay mucho más como ciudadanos que debemos cuidar y valorar. Los diseños no pueden ser arrasando, así como así. Medellín ha logrado disminuir el calor con un gran entramado de corredores verdes, que han ayudado a reducir la temperatura en 2ºC. Inició este programa verde en 2016 debido a la contaminación del aire y aumento del calor. La ciudad de Boulder, en Colorado ha disminuido en 10ºC gracias a la arborización y a la conciencia colectiva. Es un asunto de supervivencia, deberíamos conocer con más detalle estos loables proyectos para aplicar en lo pertinente a la ciudad.
Considero que es momento de potenciar esta oportunidad por un mayor civismo en favor de la ciudad, con el máximo respeto por las personas, en lo que si se debemos muy estrictos es con los procesos, “duro con los procesos y guante de seda con las personas”; debemos buscar siempre que se hagan estudios acertados y completos, que sean bien socializados y aplicados en su integralidad. De esta manera los proyectos de ciudad se ejecutarían para el mayor bienestar social.
Es hora de actuar, si no lo quiere hacer, pues no haga, pero no ataque a las personas, hay que ser parte de la solución, no del problema. Más acción y respeto, eso también es civismo.
Las obras deben contemplar solución integral a largo plazo en lo ambiental, movilidad y proteccion de la comunidad, primando el respeto por la normatividad y a la vocería ciudadana
Gran llamado al verdadero civismo. A ese comportamiento que esperamos de los ciudadanos interesados en su ciudad. El respeto ante todo. Atacar a las personas en lugar de velar por la transparencia y los procesos es mezquino. ¿Para qué entonces hacer defensa altiva de una constitución si quienes acuden a ella son víctimas del ataque ? Valiente doña Amparo Jaramillo, cobardes quienes la atacan sin tener la altura moral o los argumentos para hacerlo.
El artículo hace un llamado a la acción y al respeto mutuo, recordando que el verdadero civismo implica tanto la participación activa en los procesos de mejora urbana como el trato respetuoso hacia quienes defienden el bienestar común.
Alvaro Beltrán Alzate defiende de manera equilibrada y fundamentada la necesidad de una planificación urbana cuidadosa y respetuosa con el medio ambiente y la comunidad.