Por: Jaime Bedoya Medina
Hagamos historia: cuando apareció el travieso virus, mandatarios regionales entre los cuales estuvo el inteligente alcalde de Pereira, decretaron el encierro total. El presidente ni se había dado por enterado, pero al quedarse fuera de base, le dijo a la nación que el responsable del orden público era él-como efectivamente lo es- y por esa puerta se plegó a quienes habían tomado la delantera.
El gobernante tiene razón en confinar a los ancianos- abuelitos, como nos dijo- y que tanta inquina despertó, en algunos. A más años, grandes preexistencias y mayores peligros. Pueda ser que el juez ad-quem, le dé la razón.
Esos señores que impetraron la tutela son viejos ricos con todas las condiciones favorables para vivir porque de seguro sus residencias están al norte de Bogotá, donde los necesitados ni se pueden asomar y, por lo mismo, disponen de espacios amplios para regodearse a sus anchas.
Otra cosa hubiera sido si los ancianos pobres de Ciudad Bolívar reclamaran. A esos, ni los habrían mirado porque la justicia en Colombia es una telaraña que apenas atrapa bichos pequeños, o un perro rabioso que muerde sólo a los de ruana, según afortunadas conclusiones de muchos pensadores.
**La caída de la economía demostró otra verdad incuestionable: Sin dinero no hay consumo. Entonces, cada vez que los empleadores se oponen a subir los salarios hasta niveles dignos, dizque porque se impulsa la inflación, mienten; pues en realidad, a mejor salario más consumo y, por ende, mayor producción y más empleo.
***La economía no puede parar. Tristeza por un solo muerto; ni se diga cuando son miles. Pero la pobreza causará más tragedias que el virus. ¿Entonces? Un traje de la cintura para arriba; confinar a los niños y ancianos y los demás a seguir en sus quehaceres con todas las precauciones que los expertos recomiendan. Pero con renta garantizada para los pobres.
****¿Qué pasó con la UTP? Despareció del escalafón nacional de las mejores universidades colombianas, según las últimas mediciones.
*****Hubo privilegiados que se opusieron al descuento solidario. ¡Qué vergüenza tener semejantes seres humanos sobre la tierra!
*****Mira cómo estamos y tú cortando orejas, le dijo Jesús a Pedro. En esta pobreza y el ejército gastándose ese dineral en una hermosa revista aérea. ¡No hay derecho!
La supervivencia del mayor adulto pobre, no es considerada por el estado.
Gobernados por y para las élites de extrema derecha.