Por JORGE CARDONA
Después de los resultados del pasado 26 de octubre, donde la opinión está dividida entre quienes creen que la consulta del Pacto Histórico fue un éxito y los que creen que fue un fracaso, tengo cierta inclinación por considerar que fue un éxito que defino por la presencia de los siguientes hechos:
El PH fue el único movimiento político que se organizó y utilizó las herramientas que le ofrece el Estado para sondear tanto a sus aspirantes al congreso como a los candidatos a la Presidencia de la república, método que le permitió purgar la lista al Senado y excluir por vanidad o estrategia a María José Pizarro, hija del asesinado líder del M19 Carlos Pizarro, para en su lugar reivindicar el primer lugar a Carolina Corcho como reconocimiento a sus casi 700 mil votos que no son nada despreciables para una mujer que nunca se había hecho contar.
La consulta les permitió determinar con precisión dónde están fuertes y dónde están débiles e igualmente reflejó el respaldo que tiene este movimiento en el Caribe y en el Pacífico colombiano, aunado al respaldo en las clases populares de los mayores centros poblados; teniendo esta primera radiografía, el PH podrá saber dónde debe aunar sus esfuerzos proselitistas.
Contrario a ésta dinámica y metodología de campo utilizada por la izquierda, los movimientos de derecha dejaron al azar las estrategias para reducirlas a encuestas internas del que diga Uribe y seguir capitalizando un único y desgastado discurso del comunismo, del odio y de la inmoralidad del presidente Petro para gobernar, como respuesta a las propuestas hacia sus electores.
Es una verdad de bulto que el país atraviesa una crisis de seguridad que no es extraña y que de hecho en el pasado revestía mayores proporciones, también es cierto que el presidente Petro -en su egolatría y vanidad- ha utilizado el protagonismo del cargo para su reconocimiento internacional, sacrificando la gobernabilidad, pero las simples críticas de los errores ajenos dejaron de ser atractivas para los electores, quienes se han hastiado del monotemático discurso de la oposición, para reclamar proposiciones concretas y conocimiento práctico que permita resolver los problemas reales de la gente.
Si bien la izquierda como modelo económico a nivel mundial tiene serios cuestionamientos, lo cierto es que en Colombia el sistema así sea administrado con ideas de izquierda, por la estructura de la Constitución se ejecuta con ideas capitalistas de derecha, razones por las cuales es un despropósito considerar como un régimen a la actual administración, máxime cuando la Corte Constitucional y el Congreso han frenado institucionalmente para bien o para mal las iniciativas gubernamentales más representativas del presidente Petro.
Atacar al actual gobierno bajo la premisa de la imposición del comunismo, además de ser una falacia argumentativa, es de una notoria mediocridad política de la cual gozan precisamente todos los partidos de oposición, quienes en honor a la verdad no supieron ni hacer oposición ni aprender de los errores que los llevaron a perder el poder, para en su lugar enfrascarse en el circulo vicioso de criticar lo que tampoco pudieron resolver y pretender ahora que los consideremos como los salvadores de nuestras actuales desgracias gestadas por ellos mismos.
No creo que los lideres de los partidos de oposición hayan visto la consulta con tranquilidad, en un país polarizado, la diferencia entre una tendencia y otra se definirá con pocos votos y eso lo saben Uribe y Gaviria quienes iniciaron de manera extemporánea su estrategia, elemental por demás, de vincular a sus propios contradictores, teniendo en cuenta que “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”, por eso sumarán además a Andrés Pastrana y a Germán Vargas, porque necesitan estar unidos para contrarrestar a Petro, quien sigue manteniendo el apoyo popular.
No obstante esa alianza, los grandes beneficiados de las escasas políticas de Petro han sido los campesinos que pueden cultivar sus tierras y vender sus productos, los cuales llegan al mercado a precios razonables que permiten controlar la inflación, también los servicios turísticos que registraron ventas históricas con 5 millones de extranjeros en sólo el último año, sin desconocer el crecimiento de sector industrial y el comercio transversal a toda la economía; pero lo más beneficiados en el Gobierno de Petro han sido los bancos, sólo el grupo Cibest del que hace parte Bancolombia, reportó al cierre de agosto de 2025 utilidades por 4.3 billones de pesos, sin contar los logros de Davivienda y del resto del sistema financiero colombiano.
Confieso que no me gusta la forma de gobernar de Petro, pero no puedo desconocer la suerte que lo acompaña y que le permite en combinación con un contexto internacional presentar cifras macroeconómicamente satisfactorias acompañadas de una tasa de desempleo del 8.2% que no se registraba hace mas de 24 años.
Todos estos elementos le permitirán a una izquierda moderada o disfrazada a través de Roy Barreras o cualquier otro candidato de centro, conservar el voto de los menos favorecidos y la clase media, que en últimas seguimos siendo más de la mitad de los colombianos, por cuanto en la derecha no se ven prospectos moderados más allá de posturas radicales que invitan a la eliminación de todo aquel que piense diferente.
Amanecerá y veremos…


