Por JESÚS ALBEIRO ZULUAGA LÓPEZ.
Recibimos la mañana,
prendemos el cigarrillo,
saludamos al vecino,
compartimos en tertulias,
combatimos hambre y frío,
caminamos por el parque,
le damos fuerza a la voz,
nos acercamos a Dios caminando con los hombres,
sobre el hombro recostamos el peso de las estopas,
acompañamos la arepa,
renovamos energías,
forjamos las amistades,
recomponemos el genio,
hartamos llenos los termos para aguantar todo el día,
trabajamos en la plaza,
compramos en el mercado,
con tabaco en la otra mano recogemos los recuerdos.
Reemplazamos los dolores siempre con sentires nuevos,
remojamos el buñuelo, la achira y el pandebono,
espantamos el demonio,
envainamos el machete.
Y así te atrevés, Gerente,
a decir que el engranaje
de este el Eje Cafetero
es tan solo un motorcito,
considéralo, Vallejo.
Buen trabajo…Saludos
Muchas gracias, maestrazo. Un abrazo.
Maravillosa foto y hermoso relato, cada día haces una gran labor con tus escritos, en este mundo se necesitan más personitas como tú. T.Q.M. un abrazo fuerte.
Te agradezco mucho, un abrazo muy grande, tía.