¡Adiós al Cambio! Ganó Pereira. 

Con la contundente derrota del candidato liberal uribista a la Alcaldía, ganó Pereira. 

Mirando los resultados del pasado domingo, de los 216.761 pereiranos que votaron, podría decirse que el 70% (152.837), quienes votaron por los demás candidatos y el voto en blanco, lo hicieron en contra del candidato Lopera y su grupo político. Basta con recordar que todas las campañas a Alcaldía de esta ciudad, excepto la de continuidad, se hicieron en contra del actual Alcalde y su jefe político. 

El proyecto del llamado «CAMBIO» en Pereira, fracasó. Sus dirigentes perdieron la brújula moral de lo público. Usaron el poder para beneficios personales, el enriquecimiento ilícito, y cuantiosos recursos públicos para campañas con fines electorales y compra de votos. 

Los pereiranos se cansaron de la idea de perpetuidad en el poder sin límites legales ni morales del grupo político del Senador Gallo y el Alcalde Maya, sus cuestionadas practicas menoscabaron la democracia local, la política, el gobierno mismo y la confianza institucional. 

Sumado a todo esto, el balance de su gestión es reprobable. 

Veamos, el gobierno de Carlos Maya ha sido el de mayor recaudo de impuestos en toda la historia. Aún así, no se ven reflejados en obras de alto impacto, ni en inversión. Llevaron al municipio a un nivel de endeudamiento histórico. 

Al cierre de 2022 LA DEUDA TOTAL DEL MUNICIPIO DE PEREIRA SECTOR CENTRAL, DESCENTRALIZADO Y EMPRESAS DE SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS ES DE: 299.409.205.781. 

En contraste a este alto endeudamiento, se cuestiona la gestión de proyectos y recursos ante la nación. En 6 años entre el 2015 y 2020, los ingresos de capital por cofinanciación de la nación del municipio de Pereira son de escasos 3.322 millones de pesos, además no presentaron proyectos estratégicos ante el Gobierno Nacional, una gestión impresentable para una ciudad como Pereira que pretende ser polo de desarrollo regional. 

Se les cuestiona haber privatizado el Aeropuerto Matecaña, a pesar de que en campaña Gallo prometió que no lo haría. Otro gran cuestionamiento a su gestión es la forma como han direccionado la empresa de Aseo. Convirtieron a Pereira en el basurero de la región, diariamente el relleno sanitario recibe 850 toneladas de basura de otros municipios y departamentos, y el aprovechamiento de residuos es menor al 5%. Todo esto generó un alto impacto negativo en lo ambiental, en la infraestructura vial, y en lo social. 

En consecuencia, con la derrota del grupo del CAMBIO, ganó Pereira. Los buenos pereiranos jamás toleraron en esta ciudad un poder perpetuo que se sienta superior a las leyes y a la ciudadanía. Aprendamos de esta mala experiencia con el falso cambio, para no repetirla.  

Inicia un nuevo tiempo en el gobierno de la ciudad. El Alcalde electo Mauricio Salazar logró conectar con el hartazgo ciudadano por el grupo del «CAMBIO». Salazar representa a la ciudadanía en contra del mal gobierno actual. A su vez se enfrenta a grandes desafíos. 

Las condiciones de pobreza y desigualdad muestran un panorama preocupante en términos del goce de derechos en alimentación, salud, educación, vivienda digna, servicios públicos, ambiente sano, recreación y movilidad.  No menores son las tareas de regresar la confianza institucional a la Alcaldía, trabajar por la seguridad con enfoque de participación ciudadana, junto al problema del alumbrado público y sacar a Pereira del monumental trancón.

Recibe las empresas de Aguas y Aguas, la de transporte público Megabus, en crisis financiera y con alta insatisfacción de los usuarios en la prestación del servicio; sumado a las pérdidas millonarias que reporta mes a mes MegaCable. En materia de Infraestractura vial Pereira tiene un retraso de 8 años, y urge una inversión prioritaria en la infraestructura educativa. 

Groso modo este es el balance por sector de la gestión de 8 años del “CAMBIO”, y apenas algunos de los retos que tiene el próximo gobierno. 

Hay un factor determinante para el buen gobierno de Pereira, recoger los importantes y potentes avances construidos por las agendas sociales, ciudadanas y gremiales, entre ellos la agenda de competitividad, los 11 retos para el desarrollo de Risaralda 2024-2027, la agenda mujer y de juventud.

Como nota de cierre y ya pasadas las votaciones, valga decir, esta será registrada como una de las elecciones locales más violentas de las últimas décadas.