Avenida Quimbaya SÍ, Belalcázar NO

Por Ferley Henao Ospina

Cambiarle el nombre a la avenida Belalcázar es otra iniciativa que la ex Concejal Carolina Giraldo Botero, pionera e impulsora del Gran Parque San Mateo, coordinadora de la Consulta Anticorrupción y de otras sustanciales propuestas para hacer de Pereira una mejor ciudad, presentó a consideración de los ciudadanos quienes han reaccionado muy positivamente. Es tendencia y está haciendo reverdecer el civismo que teníamos dormido.

La propuesta, perfectamente sintonizada con el sentir de los pereiranos, consiste en oficializar un nombre que realmente represente la pereiranidad o los valores históricos de la región, para esta avenida que absurdamente bautizaron con el nombre de un colonizador que no es precisamente un ciudadano ejemplar, sino todo lo contrario.

“…y uno se pregunta: ¿Bueno, por qué Benalcázar, el conquistador español que fue gobernador de Popayán?… Entonces lo primero que dice es: si vamos a hacer “homenaje” a un conquistador debería ser, por lo menos el que fundó la tierra… no es Belalcázar sino Robledo. Y ¿qué hizo Belalcázar por aquí? Sí, pasó por aquí. Luego tuvo una disputa con Robledo sobre quién debería gobernar esta tierra, porque Robledo había llegado, había fundado y a Belalcázar no le gustó. Tan no le gustó que lo mandó a matar…  ¿Y quién era Robledo?… algunos apartes de las crónicas muestran lo sanguinario que había sido Robledo. Más sanguinario había sido Belalcázar y entonces uno ahora dice: ¿Si valdrá la pena hacerle homenaje a alguno de los conquistadores?”. Carolina Giraldo Botero en diálogo con Café Caliente [completo AQUÍ]

Los nombres de las calles y los lugares que forman parte de la comunidad tienen como propósito contarnos aquello que constituye su historia, su cultura, sus raíces. Algunos tienen carácter conmemorativo, es decir, cumplen la función de rememorar personalidades, fechas, hechos y valores que tienen importancia para la colectividad.

Es decir, bautizar los sitios, las calles, los barrios, pone de relieve variables culturales a nivel local, lo cual resulta muy útil dado el creciente interés por estudiar las causas y consecuencias de factores culturales. Esto significa que los nombres de las calles no deben ser aleatorios, sino que tienen que representar aspectos culturales, sociales y políticos de una ciudad o de algún lugar y su historia.

Con lo anterior, podemos decir sin lugar a equivocarnos, que en Pereira incurrieron en un error al designar la avenida con el nombre de un español que no tuvo ningún protagonismo en esta región ni en esta ciudad y que por lo tanto, el municipio debe proceder a enmendarlo y permitir que los pereiranos dispongamos en esa y en todas las avenidas de la ciudad, de los nombres que nos representen de verdad.

Este movimiento cívico que se ha levantado para pedir el cambio de ese nombre, debe ser escuchado y atendido. Las posibilidades de nombres son muchas, muchísimas y Quimbaya ha comenzado a ponerse de manifiesto en el ambiente que se está creando en torno a este tema.

Que este nombre surja de un sondeo o de un concurso podrían ser unas alternativas. Lo importante es que sí se emprenda la acción y esa avenida deje de llamarse como se está llamando para que Pereira comience nuevamente a recuperar y mantener su identidad.

Al cambio de nombre para esa avenida se han sumado tantas personas, familias, instituciones y colectivos que podemos decir, parodiando a Yamid Amat cuando su iniciativa radial innovadora se convirtió en práctica común, “Parece que todo Pereira fuera Carolina”.

ANALISIS EN CAFÉ CALIENTE CON CAROLINA GIRALDO