Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Actualidad¿Cuál cambio? ... "Mejor malo conocido"  

¿Cuál cambio? … «Mejor malo conocido»  

  •  El capitalismo ficticio feudal visto desde la calle en ruana y alpargatas.
  • La brecha insalvable del dicho al hecho, mejor devolverse a la facticidad estable.

Un ciudadano no polarizado supone que la economía contraída en el período del cambio macondiano, mientras en el caos del sueño americano USA no cae su tendencia sostenida, el parroquiano confiado en su intuición y malicia muisca sabe que no llegan monedas al bolsillo porque no está circulando la inversión de erario, presupuesto nacional, regalías y tampoco fluye efectivo gota a gota del lavado de flujos de liquidez ilícita. Ésa percepción le dice al opinador de a pie que la economía macondiana de extractivismo, sin producción industrial ni creativa con valor agregado, economía basada en consumo de bienes importados, más un sistema financiero usurero, no puede dar sustentabilidad a una sociedad informal en su producción arriba del 60% y dedicada al reciclaje de corrupción desde los que más reciben ingresos.

¿Cuál es el gran reporte industrial nacional de transformación y venta de productos? Ni alimentos produce la economía importadora de cereales básicos para la dieta masiva. Hasta papa importaron todo este siglo.  Cambiar esa realidad de la economía basada en ingresos por fuera de la producción industrial y agrícola, sanear ése crecimiento ficticio, es la brecha imposible para el establecimiento acomodado sin generar riqueza, sólo reciclaje de rentas.  En las economías no formales no hay circulante monetario ni para comprar comida.  Los bancos no reportan sus billonadas de ganancias porque la construcción de mega obras públicas y vivienda para endeudar empleados, está parada. La normalidad del capitalismo ficticio y reciclador de erario y lavado, con su base de corrupción omnipresente, está colapsada. Los bolsillos pelados, el hambre y el crimen siameses desbordados y el gobierno soñador en grande, aferrado a su oferta elegida por una población acorralada y hastiada con el crimen de todos los linajes.

¿Sobrevendrá volver a la degradación de lo público de los primeros 22 años del siglo con más soledad y exclusión creciente para los menos aptos de la revolución creativa en la fallida economía naranja también despojada para ellos en la Colombia profunda, invisible, oculta, sin rostro ni pasarela de gente linda y famosa del sainete televisivo?

El opinador de a pie sabe que las monedas no fluirán si la vuelta no es como la hizo costumbre la economía subterránea durante sesenta años desde la repartija del erario en el frente nacional, donde nació como fórmula de no matarse por trapos azul y rojo el miti miti y el ahí vamos los de siempre en esa torta. En medio de esa perversidad pública, llegó la era de la cultura mafiosa,  traqueta para maridarse con la corrupción bicolor. Una anti cultura de semejantes «paradigmas» anti valores enraizados a lo largo de la transición con más saltos, no se transforma ni cambia en veinte meses de sabotaje extremo con los más rebotados en máxima algarabía mediática, saltando en el arca para devolverla a su puerto seguro de venalidad y privilegios para los 58 bolsillos que acaparan todo mientras todos los demás rebuscan el reciclaje monetario que gotea en el paraíso de la impunidad corrupción crimen.

El opinador de ruana y alpargatas, a pie en la calle, sabe por dónde va el agua al molino, pero sigue en gran volumen enredado en el pánico alebrestado con el perifoneo mediático de los pastorcillos mentirosos que también añoran su tajada de torta pública como la transferida por el erario de la fiscalía al mejor periodismo de excelencia según el gremio periodístico y sus premios de periodistas para periodistas en crisis de credibilidad, que vale cero ante la solidaridad de cuerpo y supervivencia orgánica.

Así las realidades de mayor facticidad, pensar en grande a largo plazo es delirio enajenado en interdicción mental. Sabido es también el cuento parroquial de los cangrejos colombianos que  se jalan para volver a la normalidad de amos y limosneros impuesta por las facciones de poder con instrumentos como la ignorancia, analfabetismo, odio visceral y miedo a un infierno peor que el territorial si se atreven a la rebelión. Mejor ésa normalidad, dicen los pobres, de lo malo conocido a favor de los amos de la democracia electoral descompuesta.

Del dicho al hecho, mejor volver a la ficción del glamour televisado en la burbuja de los famosos protagonistas del circo del macondicidio. Sumando otros cien años de impunidad criminal en lo público.

Opinión Acto Editorial escrito por Hernando Ayala M Periodista  

E Mail disnnet@gmail.com 

2 COMENTARIOS

  1. En el fondo, envía un mensaje subliminal quizás expresando su propio deseo. Después de los cuatro años del gobierno del cambio quedará incrustada una pedagogía que acabara con el miedo al progresismo y ya veremos en cual proporción desean volver al Satán.

    • Respetado Columnista:
      » Cuál cambio? Mejor…….»
      Claro que sostener el pensamiento y la acción de la humanidad en zonas de confort , sería el ideal de quienes sienten miedo a arriesgar :
      _ Miedo a romper paradigmas de políticas corruptas enquistadas, en todos los ámbitos sociales, políticos, religiosos y demás.
      _ Miedo a romper con medios de comunicación tradicional corruptos, que en horarios plenos dedican su franja entre: mostrar casos de violencia intrafamiliar, casos de sangre, entre otros, y continúan su presentación con enviados a carnavales, a partidos de fútbol, y ponen una sección de análisis político en el que se centran en hablar de los gastos del actual gobierno, ( los de la esposa del Señor Presidente) mientras tapan los casos de corrupción más abominable durante décadas, por parte de partidos, líderes, empresarios y organismos del estado.
      _ Miedo a escuchar, ver, leer, información, investigación, de medios serios alternativos.. quienes generan movilidad en el pensamiento critico.
      Claro que sí , estar en pasividad mental y dejar las cosas tal cual, sería el ideal para muchos, pero que importante que hemos perdido la confianza en las formas de gobierno tirano, que en otrora atropelló los derechos sociales..
      Estamos asistiendo y viviendo la sociedad global, en degeneración : :climática, alimentaria, económica, social.
      El hombre pensó que esta realidad era inagotable.
      Apelemos entonces, a un mundo de cambio: más diálogo, más aceptar procesos de vida en todos los aspectos, más humanos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos