El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, y puede afirmarse, que el 80% de las actividades vitales del organismo están relacionadas directa o indirectamente, con este órgano.
Es claro, entonces, que necesitamos un hígado sano, que funcione tal como el organismo lo requiere. El hígado es la glándula más grande que tiene el cuerpo humano y se ubica al lado derecho del cuerpo, entre el diafragma y el estómago, su color es rojo oscuro y pesa 2 kilos aproximadamente, cuyas funciones más importantes son: producción y filtrado de la sangre; elaboración de la bilis, que interviene en el proceso digestivo; procesamiento biológico y transformación de los alimentos y de sus nutrientes; transformación de azúcares y ácidos; síntesis de proteínas esenciales para el organismo y de diversas vitaminas; regulación del equilibrio de diversos aspectos de nuestro metabolismo, como el volumen sanguíneo o la tasa de colesterol; y expulsión y eliminación de sustancias tóxicas y nocivas.
Resulta claro entonces, por qué es necesario cuidarlo, ya que sus trastornos y disfunciones repercuten en todo el organismo y sus afecciones y enfermedades más importantes pueden traer consecuencias gravísimas e incluso la muerte.
Algunas de las enfermedades del hígado, como la hepatitis, son de origen viral y se previenen específicamente a través de vacunas y otros productos medicinales. Pero gran parte de sus dolencias son resultado de una mala alimentación o del consumo de alcohol. Por lo tanto, pueden prevenirse con una dieta sana y equilibrada y con otros hábitos sencillos.
Coma de manera sana y equilibrada, ya que el exceso de comida industrializada, con conservantes o con demasiadas grasas, recarga el trabajo del hígado, que debe intervenir en el procesamiento de todos esos nutrientes y sustancias.
Evite los productos envasados, consuma alimentos frescos y naturales aumentando la cantidad de frutas y verduras. Disminuya la cantidad de carne vacuna que come diariamente e incluya pollo y pescado en su dieta y elija los cortes desgrasados.
Evite las frituras, ya que son extremadamente nocivas para el hígado y aumentan el número de grasas que debe procesar su organismo. Reemplace el azúcar refinado por la miel, esta endulza cualquier bebida o postre, es más sana y mucho más fácil de digerir. Evite el té y el café, ya que contienen sustancias tóxicas que afectan el hígado.
El sobrepeso y la obesidad también son un enemigo del hígado, estos factores afectan el conjunto del sistema hepático, por eso, trate de mantener el peso correspondiente a su sexo y edad, planifique su dieta de manera equilibrada y baje de peso, sin poner en riesgo su salud.
No beba alcohol en exceso, en cantidades muy moderadas las bebidas alcohólicas no afectan a un organismo sano, y según investigaciones médicas, pueden tener un efecto benéfico, pero el exceso de alcohol es uno de los peores enemigos del hígado.
Evite el tabaco o reduzca al máximo los cigarrillos diarios que consume. El humo del tabaco contiene toxinas que el hígado debe neutralizar y expulsar del organismo, y si se fuma en exceso, el trabajo del hígado se recarga y puede no responder correctamente a sus funciones básicas.
Realice actividad física, pues las caminatas, el ejercicio físico moderado, los deportes y demás actividades ayudan a eliminar grasas y toxinas. Por eso alivian el trabajo del hígado y favorecen su buen estado, pero realícelos ‘con criterio y equilibrio de acuerdo con su edad y estado físico, ya que los esfuerzos excesivos son perjudiciales para el hígado.