Por: Luis Fernando Cardona Gutiérrez
Hoy, 30 de agosto, nuestra amada ciudad, Pereira, arriba a sus 157 años de fundada. Fue por medio de una misa celebrada por el padre Remigio Antonio Cañarte en el costado norte del solar que hoy ocupa la plaza de Bolívar (Calle 19 con carrera 8ª), en un rancho de guadua y paja, donde se congregaron 78 señores, con sus mujeres e hijos, provenientes de la ciudad de Cartago, para darle vida jurídica a la villa que más tarde se convertiría en la próspera ciudad de Pereira, la Querendona, trasnochadora y morena.
Esa fecha, exacta o no, es la que se reconoce por tradición oral cada año por estas mismas calendas, pero el historiador Jaime Jaramillo Uribe afirma que fue un 30 de septiembre, y que este milagro se le debe a la obsesión del padre Cañarte por cumplir la voluntad de un moribundo, el propietario de estas tierras, don Francisco Pereira Martínez, quien en Tocaima, Cundinamarca, se lo habría hecho prometer para que su alma no quedara penando en el purgatorio.
“Acaba de morir en Tocaima mi estimado amigo el doctor Francisco Pereira y si no vamos a fundar la población de que tanto nos ha hablado, su ánima quedará sufriendo en el purgatorio”, habría manifestado el sacerdote fundador, según el historiador Ricardo Sánchez.
Pereira Martínez, quien murió el 20 de agosto, “había adquirido por compra hecha a la nación, un extenso globo de terreno calculado en 10.000 hectáreas, dentro de los límites aproximados del actual municipio de Pereira, por los cuales pagó la suma de 4.234 pesos reales”.
Cuenta el historiador que Pereira Martínez había vivido en estas tierras durante los años de la reconquista española, pero se trasladó a Bogotá entre los años de 1825 a 1862, y allí llegó a ocupar grandes cargos en la administración republicana, entre ellos el de magistrado de la Corte Suprema de Justicia, en la época de la conspiración septembrina contra el Libertador Simón Bolívar. Y fue en 1862 cuando comenzó a proponerles a sus coterráneos, los cartagüeños, la idea de fundar una villa en los terrenos que aún consideraba de su propiedad.
Entre estos amigos estaba el padre Cañarte, que inició la marcha de la fundación, a lomo de mula, el 24 de agosto, en compañía de Félix de la Abadía, Sebastián Montaño, Jorge Martínez, el presbítero Juan N. Pinilla, Elías Recio y Jesús María Ormaza.
También señalan los anales de la historia, que el poblado no estaba inhóspito, pues al menos 79 personas en no menos de 20 casas ya moraban aquí, e incluso estos colonos asistieron a la misa celebrada el 30 de septiembre.
Bueno, eso cuenta la historia, y los hijos de esta patria chica repetimos de memoria cada año mientras renovamos nuestro amor por la tierra que nos vio nacer.
Lo que lamentamos es que hoy, en parte debido a la pandemia que obliga al distanciamiento social y en parte, también, por la desidia de nuestros líderes y gobernantes, la celebración aniversaria de Pereira se quedó en el olvido. Es poco, casi nada, lo que han divulgado las autoridades municipales sobre este onomástico. Inclusive, en la página oficial del Municipio www.pereira.gov.co nada aparece en la portada, alusivo a tan trascendental fecha.
Atrás quedaron aquellas jornadas “carnestoléndicas” donde propios y extraños saltaban jubilosos a las calles rebosantes de alegría, la ciudad se convertía en mareada humana, las casetas traían orquestas de moda, las bandas marciales recorrían las calles entonando cánticos y los clubes sociales organizaban elegantes recepciones, todo ello para evocar un nuevo aniversario de la fundación de la ciudad.
La historia recoge carnavales memorables como las Fiestas del Centenario, en 1963, cuando el alcalde de la ciudad, Mario Delgado Echeverri, presidió unas fiestas tan inolvidables que fueron elevadas a ley de la República y fueron objeto de Decreto de Honores expedido por el Presidente Valencia. Y cómo no recordar las verbenas populares en tiempos de un Juan Guillermo Ángel o un Jairo Arango Gaviria cuando elegían diariamente la reina de un barrio hasta ir conformando el ramillete que al final del mes se disputaría el cetro y la corona en el Reinado Popular de la Cosecha. Sin dejar de mencionar los reinados internacionales, las comparsas, las orquestas, los festivales de la trova, las ferias artesanales, los festivales folclóricos, gastronómicos y de orquídeas, las Ferias equinas, las cabalgatas y los desfiles de autos clásicos.
Todo esto quedó en el pasado porque hoy, amenazados de contagio por el Covid 19 nos vemos obligados a permanecer en el encierro y el distanciamiento social, y la poca oferta recreativa es la que nos regalan los gestores culturales por las redes sociales.
Pero fiesta, lo que se llama fiesta, de celebración, no tenemos casi nada, salvo por la inauguración de la terminal del concesionado aeropuerto Matecaña; lo demás es un silencio que retumba. Y nosotros nos preguntamos si a la pandemia del Coronavirus se habrá sumado otra, la del olvido estatal.
Mira más de la historia de la ciudad en este video cortesía de Pereira se Respeta:
Feliz cumpleaños Pereira del alma, todo lo mejor para ti !!
Importante fecha para recordar en algunos y en otros aprender la historia de nuestra maravillosa ciudad, deseando que este olvido solo sea circunstancial y que los
Años que están por venir sean conmemorados a la altura de años anteriores y por qué no, mejores 🙌
Feliz cumpleaños Pereira de mi alma,
No sabes como te extraño 🥳❤️❤️🙌
Si Señor Director: le faltó iniciativa a Alcaldía, a las autoridades civiles, religiosas , políticas, empresariales, establecer eventos virtuales, que mor mostraran lo que fue el nacimiento de la ciudad, sus alcances urbanísticos, su desarrollo cultural, y demás.
Algo si queda en el corazón de propios y extraños: » Pereiranos somos todos»
Que viva Pereira en su cumpleaños!
Buena reseña histórica que nos enseña un poco de cosas que nosotros ignorábamos.