Exigimos resolver el engaño que se pretende cometer el próximo domingo, con un tarjetón de tres opciones que no corresponden a verdad, ni a lógica electoral. Tal vez ninguna de las opciones es la válida, desde la razón. Algunos dizque en eso actúen con el corazón y los más con el bolsillo o las tripas, esperando recompensas indebidas.
Pero lo que no puede ninguna autoridad es engañar.
Y lo harán ofreciendo tres opciones, de las cuales ya de entrada es como esas ternas de dos o de uno solo, para los puestos del engaño concursado.
Lo del voto en blanco es engañoso. Inútil, dicen los entendidos. En segunda vuelta no sirve, no cuenta y no se «vale»… ¿Aplica?
Lo que dicen es que ni le suma al mismo blanco, que será inocuo; ni se sumará a ninguno y con ese nadie ganaría. Daría paso al de mayor número de votos señalados por su lugar, es decir que ni resta, ni resta. ¿Pero lo contabilizan para esas maromas de potencial electoral, abstenciones y demás contabilidades ilusorias de la politiquería?
Será tan auténtico, en su conjunto, ese voto, como las fotos de los fantasmas que andan ventilando que dizque yacen en el fondo del mar hace más de 300 años y ¡Qué son un tesoro náufrago! ¡»Preservado» por el óxido, el orín del mar y la sal de esas aguas jamás aquietadas, ni limpias de arenas movedizas.
Como diría mi tía, eso es tan útil como las tetas de mi abuelo, máxime si dejamos claro que él murió durante la Guerra Civil Española.
Todos debemos exigir que esa impresión de tarjetones así configurados, sea declarara ilegal. Que no cobren nada por ellos. Y que jamás vuelvan a pretender enredar con esa miserable cuentería …¡Las cuentas claras! y tendría valor jurídico, si se declara toda esa nulidad, antes de la cita de esa Segunda Vuelta electoral colombiana.