Esta semana el país fue sorprendido con un consejo de ministros transmitido por televisión. No son claros los propósitos de la presidencia para la realización de ese espacio, algunos consideran que es parte de la estrategia de los lideres populistas que se muestran como víctimas de los grandes poderes que no les permite implementar sus reformas o de funcionarios poco comprometidos con el “cambio” o de los defensores del establecimiento que lo ven como un enemigo del statu quo.
Otros creen que el espacio refleja la intención de hacer transparente el ejercicio de gobierno y que constituye un mecanismo democrático de rendición pública de cuentas. En realidad, los comentarios y análisis posteriores al consejo de ministros, con toda la razón, son en su mayoría muy negativos. El gobierno terminó afectando más su imagen y debilitando su gobernabilidad.
El presidente es el líder del gobierno, el gerente con todas las facultades. Como ocurre en todas las organizaciones públicas y privadas, la cabeza de una organización es la responsable con su equipo de todos los resultados. El bajo cumplimiento de los programas que mencionó el presidente no son sólo responsabilidad de sus ministros también son de él.
Los ciudadanos esperan de los gobernantes que les resuelvan sus problemas no que se realicen análisis filosóficos sobre sus posibles causas. Es cierto que los problemas sociales, ambientales o económicos son de la nación, es decir, de todos, pero la responsabilidad de fijar un norte, trazar planes y coordinar acciones es de quien tiene la competencia para hacerlo. La falta de experiencia en gerencia pública y la inacción gubernamental tiene unos responsables concretos.
Las consecuencias del consejo de ministros agravan el problema que supuestamente motivó su convocatoria, la baja ejecución de los programas públicos. Las renuncias de varios ministros afectarán aún más la baja ejecución presupuestal en los diferentes despachos.
La réplica de la oposición al consejo de ministros tampoco fue un reflejo de organización, coordinación o articulación de los partidos políticos. También faltaron propuestas para resolver los problemas del país.
En suma, esta semana perdió todo el país, al hacerse más notaria la debilidad institucional del ejecutivo y de los partidos políticos.
Esta semana como muchas otras que hemos vivido como país, perdimos todos. No puedo estar más de acuerdo con lo que expone la columnista. Por último pareciera que el Cáncer hizo metástasis y que la posibilidad de retorno al gobierno del cambio que esperanzó a millones de colombianos es imposible de alcanzar.
Respetada Columnista:
Está semana ganó el país.
Estamos acostumbrados a la doble moral de los gobiernos anteriores.
El Señor Presidente Gustavo Petro, conoce, sabe, del funcionamiento del Congreso, de los políticos tradicionales, de los medios de comunicación tradicional.( Más de treinta años en el ejercicio político, en develar el actuar obscuro de los partidos tradicionales).
En consecuencia, con respeto, con escucha atenta, sin filtros permite que abran las cartas aquellos que están allí por oportunismo político, sin el convencimiento de un proyecto de país diferente ( por ello se excusaron en la elección de Benedetti, de Laura Sanabria) ineptitud, no tenían LOGROS, en sus puestos.
Es que su Jefe es el Presidente, y de frente al país que voto por el y frente a quienes no, desenmascarar .
Estábamos acostumbrados a unos gobernantes que querían sostener una Democracia mentirosa, bien para ricos, banqueros, empresarios, y atropellar los derechos sociales del pueblo, hacer alianzas macabras con grupos armados de derecha y de izquierda, pagar por capturar delincuentes, y luego vemos que están vivos, atacar a estudiantes, maestros , obreros , al pueblo cuando se oponían a sus directrices.
En fin, un aplauso para que los Consejos de Mi istros, de Diputados, Concejales se hagan públicos, así nos damos cuenta de su transparencia o sus tra
mpas.