El cine clásico

Geross

 Muchas de las preguntas que uno se hace en el territorio del arte, tienen tantas respuestas como maneras de ver el mundo de cada quién y obvio, de su formación académica, social, humana y hasta de su manera de relacionarse con los demás. Pues el arte, como muchas otras disciplinas del pensamiento y el gusto, le da a uno muchas opciones para concebir las cosas, de manera muy propia, unipersonal, exclusiva e independiente, lo que las hace muy originales y hasta únicas. Obvio, en lo posible, dentro de una atmósfera de lógica y substancia racional.

Muchas veces me han preguntado lo mismo, que para mí qué es Cine Clásico y muchísimas veces yo le he hecho esta pregunta a infinidad de personas, diferentes todas en gustos, edades, formaciones académicas y de gustos muy particulares y las respuestas (Siendo la misma pregunta), han sido todas, muy diferentes.

Me dieron ganas hoy de escribir sobre este tema, sencillamente porque la invasión de recomendaciones en los diversos chats que saturan y ahogan nuestros celulares, para ver infinidad de “clásicos cinematográficos” en diferentes direcciones y portales, me parece muy divertido, pues todos los que recominedan una, dos, cinco o diez o más películas con el calificativo de clásicas, de hecho, están dando a conocer su mirada y concepción de este tipo de cine, con la variedad de películas que recomienda.

El desafío que debemos asumir para adentrarnos en el concepto de cine clásico, deberá incluir itinerarios, variaciones y replanteos de esa idea; en la que la evidencia enmascara cuestiones de gran complejidad y logra reportarse por mediación de algunos interrogantes: ¿de qué hablamos cuando hablamos de cine clásico? o, ¿qué se entiende por clásico en el cine? o, ¿qué clase de cine es este cine clásico? Partir de la evidencia y del “viejo conocido” le permite al espectador volver a mirar como por primera vez, reexaminar ciertas formas consideradas “clásicas”, interrogarse sobre la trascendencia del concepto, sin pretensión ninguna de reestablecer o de fijar un nuevo canon “de clásicos del cine” sino, antes bien, de indagar algunas formas, estilos y funciones que en el campo del cine han sido y siguen siendo, nominados como “clásicos”.

Sin ser experto en cine, solo porque noto en él una extraña manera de seleccionar las películas que mira en su televisor y las que selecciona cuando va con su novia a cine, mi hijo Alejandro me cautivó con su respuesta cuando me definió lo que para él es un clásico: “Sencillamente una película bien contada, con buena trama, con planteamiento, nudo y desenlace. Con buenos actors, buena música ambiental, buena fotografía, buena historia y que me deja huella para recordarla por muchos años”.

Lo demás, son apreciaciones que pueden hacer parte de un diccionario sobre ese tipo de cine, que le dará gusto a todos los que quieran comer de él.