OJO CON EL CINE
Cuando existía el Cine Club “Goethe” de la Embajada Alemana en Bogotá y el hombre que lo dirigía al lado de la gestora cultural Sabine Menestrey y que llevaba el nombre que aún conserva, Gustavo Valencia, el crítico de cine que en nuestro país, creo, es el que más sabe sobre el cine que hacen esos realizadores mágicos que nos han mostrado un cine de grandes proporciones narrativas e iconográficas, fuimos invitados por uno de los directivos de dicho Estamento, a ver durante tres días, en largas sesiones de tres horas mañana y tarde, una película de cerca de cincuenta horas que después fue pasada por la televisión de su país y de muchos otros de Europa, en capítulos de una hora, convirtiéndola en una exitosa serie.
Los asistentes, de varias regiones de Colombia y que pertenecíamos a la “rosca” (perdón, los más cercanos, los más amigos, los cómplices) de Gustavo, todos, nos sorprendimos por la magia de esa cinta que no nos dejó parpadear con tan desproporcionada realización cinematográfica, la que, además, pasó a ser, para la historia del cine, un ejemplo de éxito intelectual, cultural, poético, político, histórico, literario, conceptual, ideológico y otras cosas más, que no acepta reproches ni los recibirá jamás con agrado.
(Se trataba de Heimat, una de las creaciones más emblemáticas y ambiciosas de la historia del audiovisual, y una de las historias favoritas de Stanley Kubrick o David Simon (creador de The Wire). Ha sido galardonada con numerosos premios como el premio del Jurado a la Crítica Internacional del Festival de Venecia o el premio a la Mejor película extranjera (Heimat, nuestra tierra) del London Critics Circle Film Awards y es reconocida como una de las obras más originales de la historia del audiovisual.
La trilogía cuenta la vida personal y doméstica de una familia rural alemana desde 1919 hasta el 2000, en el pueblo de Schabbach, y se entrelaza con los acontecimientos sociales y políticos importantes transcurridos en el país, combinando el drama, la historia y la estética cinematográfica de alternar el color con el blanco y negro.
La serie se compone de tres partes (Heimat, Heimat II, Heimat III) con más de 50 horas de duración, repartidas en un total inicial de 30 episodios, que se han visto reducidos a 26 en la versión restaurada con un nuevo corte del director.
Sabíamos si acaso, de películas de larga duración, muy largas, pero no tanto, como la tal “Intolerancia”, la original de David W. Griffith, que, según cuentas, duraba 11 horas la proyección y que, para hacerla comercial, la editaron para cuatro horas en los teatros matriculados con Hollywood en todo el mundo, la que muchos soportaron, pero que muchos también se negaron a querer. Sabíamos también que un puñado de películas realizadas y concebidas para la Semana Mayor, la Santa, “Made in Usa” (Hollywood), tenían (y aún conservan) tres (3) horas de duración en la pantalla, las cuales se concibieron con un merecido descanso (al cual le ponían sobre esa tela grande que teníamos los espectadores al frente en los teatros), a la hora y media después de iniciada la función del “matinal” y el “matiné”, proyectado desde la cabina de mando, el intertítulo “INTERMEDIO”), que obligaba a los afiebrados al cine, a salir al “lobby” donde se escondían las Cafeterías, para adquirir los helados, los perros calientes, los jugos, las crispetas de colores con anilina y los conos, que nos daban el aliento necesario para continuar con la jornada programada.
Revisando en más de una revista y un libro, no en Google porque es más mentiroso y exagerado que algunos presidentes de muchos de nuestros países, encontramos una serie de películas que sin saberse en realidad las razones de ser, se hicieron con una duración de más de dos horas, y muchas (aunque no tantas) con tres de duración pegadas en la pantalla de las salas y otras tantas, con 4 o más de esas horas, ya incomodando a los espectadores, que se han (nos hemos) acostumbrado a la soportable hora y media con la que nos acostumbraron los americanos que todo lo estandarizan a su antojo, desde cuando Charles Chaplin dejó de hacer cine en blanco y negro, mudo y en 16 milímetros.
Nos encontramos también, con una serie (muy pequeña, por cierto) de películas de más horas de proyección, que son más cintas de cine arte, exploratorias, raras, no convencionales que ilustrativas, formativas, románticas, de amor o de odio, de venganza, de acción, de risa o suspenso, cosas con las que los humanos somos capaces de aguantar con los ojos abiertos y cómodos en cualquier silla de cualquier sala de esas que pululan en las ciudades con un mínimo de educación y cultura.
Que hay películas de más tiempo de duración en su proyección, sí, si las hay, pero no las recomiendan ni sus autores, el cuerpo de entrada nos avisa que ni lo intentemos. Me dieron ganas de compartirle a mis lectores (los tres de siempre), los títulos y la duración de las que figuran por ahí, consideradas de un tiempo para acá, como las más largas (en este listado no reseñaron unas locuras que han hecho unos realizadores que han botado miles de metros de cinta en cosas impresionantemente banales, pueriles y cursis que fueron noticia fugaz en ciertos momentos de esquizofrenia publicitaria en importantes ciudades cinéfilas de este planeta.
Las películas más largas:
Logistics: 51.420 minutos (857 hr / 35 días y 17 horas)
Modern Times Forever: 14400 minutos (240 hr / 10 días)
Beijing 2003: 9000 minutos (150 hr / 6 días y 6 horas)
Cinématon: 9000 minutos (150 hr / 6 días y 6 horas)
Untitled #125: 7200 minutos (120 hr / 5 días)
Matrjoschka: 5700 minutos (95 hr / 3 días, 23 horas)
The Cure for Insomnia: 5220 minutos (87 hr / 3 días, 15 horas)
The Longest Most Meaningless Movie in the World: 2880 minutos (48 hr / 2 Dias)
Four Stars: 1500 minutos (25 hr / 1 día y 1 hora)
Psicosis 24 horas: 1440 minutos (24 hr / 1 día)
The Clock: 1440 minutos (24 hr / 1 día)
Happy: 1440 minutos (24 hr / 1 día)
My Human Time: 1440 minutos (24 hr / 1 día)
Crude Oil: 840 minutos (14 horas)
Bordeaux Piece: 823 minutos (13 hr y 43 min)
Yukong déplaça les montagnes: 763 minutos (12 hr y 43 min)
The White House: 690 minutos (11 hr y 30 min)
Circus Savage: 643 minutos (10 hr y 43 min)
Paint Drying: 607 minutos (10 hr, 7 min).
Lo que indica que no todos los que hacen cine, lo hacen con esa buena voluntad para que todos los Buenos espectadores las vean.
Si bien, nadie en el mundo puede decir que ha visto todas las películas que se hayan hecho a lo largo de estos solo ciento veintinueve años de existencia de ese maravilloso invento de los hermanos Lumiere, mucho menos habrá quién en la tierra pueda o quiera o sueñe, con decir que desea ver enteras, solo las más largas……
No hay cuerpo que lo resista.
Claro que con la moda última de los realizadores hollywoodianos que les dio por hacer películas de 3 (tres) horas y hasta un poco más, es muy probable que algunos nuevos buenos espectadores, deseen prepararse para llevarme la contraria. Yo, por ejemplo, siendo tan buen (o mejor tan extraordinario) amante del cine, ya no estoy en condiciones de ver en una semana, más de una película con esa duración, así su director se llame Francis Ford Coppola. ¡En menos tiempo se pueden contar y con muy buenos efectos y buenos actores y con una muy bella música, muy buenas historias!