Durante el receso navideño me puse a repasar algunas de las películas ya vistas en Netflix, deteniéndome en particular en el Código Enigma, una película británica basada en hechos reales, con base en el libro del matemático y escritor , Andrew Hodges, “ Alan Turing : El Enigma” , donde se recrea el papel del científico matemático Alan Turíng, Doctorado en la Universidad de Princeton, líder del equipo de criptologos, contratados de manera secreta por el ejército Británico, que construyó una máquina, antecedente de los computadores y la inteligencia artificial, la cual ayudó descifrar el código secreto con que los alemanes se comunicaban durante la Segunda Guerra Mundial.
Los alemanes cambiaban todos los días, a las 12 de la noche, el cifrado, a través de la máquina llamada enigma, haciendo imposible que los criptologos pudieran descifrarlos en tan poco tiempo.
Conocer el destino de los submarinos alemanes desde la interceptación de las comunicaciones no era posible, incluso disponiendo de un ejemplar de aquellas máquinas como en efecto ocurrió.
Los daños que infringían los submarinos a los convoyes cargados de provisiones y armas que, a través del mar del Norte, se dirigían a Gran Bretaña desde Estados Unidos, eran enormes y devastadores.
Haber descifrado el código fue la mayor y mejor arma secreta de los ejércitos aliados.
Hay varias cosas que pueden sorprender en esta historia; por ejemplo la mediación directa de Winston Churchill, primer Ministro Inglés de la época, para respaldar a Alan Turing cuando quisieron despedirlo, o el tratamiento infame que la legislación británica le daba a los homosexuales, como en efecto lo era el personaje. Unos años después de terminada la guerra, fue condenado por sodomía por un juez y se le otorgó la opción de castracion quimica para no tener que ir a prision. Touring terminó cometiendo suicidio en el año 1954..
Pero quizás la más complejo por calificarlo de alguna manera, fue la decisión del alto mando británico de permitir deliberadamente que ocurrieran muchos de los mortíferos ataques alemanes, para evitar así que la Inteligencia alemana dedujera que el código enigma, como lo llamaban, había sido descubierto.
Había que mantener el secreto a cualquier precio, permitiendo muchos ataques, bajo la doctrina de males menores para lograr el objetivo mayor; ganar la guerra.
No faltará quien objete las decisiones tomadas, pensando que mucha destrucción y victimas hubieran podido evitarse si la selección de objetivos a salvar, hubiera sido en uno u otro sentido. Incluso algunos podrían pensar que no hay derecho a ocultar la información bajo ninguna circunstancia.
No hubo juicios para nadie después de la guerra en esta materia, es más lo mantuvieron como secreto de estado por más de 50 años. En el año 2009, el por entonces primer ministro británico Gordon Brown, se disculpó en nombre del gobierno británico por el trato «absolutamente injusto» recibido por Turing, y finalmente en el año 2013, la reina Isabel II de Inglaterra otorgó a Alan Turing el perdón real, honrando además los logros alcanzados por el eminente científico.
“Una vez, el director del internado envió una carta a los padres de Alan en la que les decía lo siguiente: «Espero que no se caiga entre dos taburetes. Si va a permanecer en la escuela pública, debe aspirar a educarse. Si va a ser únicamente un especialista científico, está perdiendo el tiempo en una escuela pública». A pesar de todo, el joven Alan siguió resolviendo problemas matemáticos, y ya empezó a dar pruebas de su genialidad cuando, a los dieciséis años conoció y comprendió el trabajo del físico alemán Albert Einstein. También logró deducir, a partir de un texto, el cuestionamiento que hacía el propio Einstein acerca de la leyes de Newton” (1)
Los historiadores según la película y el mismo Winston Churchill según National Geographic , estiman que el haber descifrado el código Enigma acortó la guerra en más de dos años y salvó la vida de más de 14 millones de personas.
Que dirán aquellos que se muestran implicables con el castigo a los culpables de los delitos, sin considerar atenuantes. Me refiero a los que no consienten que para buscar La Paz haya que hacer concesiones.
Ideas que pregonan la inconveniencia de perdonar por cuanto ello llevaría implícito la invitación a delinquir por cuanto dan por hecho, que el antecedente hace perderle el miedo al castigo.
Creo muy poco en esta fé justiciera, entre otras cosas por que quien está dedicado a delinquir no se pone a pensar en la magnitud de la pena. Creo más bien que lo hace pensando en que no lo van castigar.
A ello contribuye la brutal impunidad que existe en Colombia superior al 90%.
Pienso que la violencia que azota nuestro país merece tomar ciertos riesgos en pro de bloquear el círculo vicioso en que ella se engendra.
Muy aleccionadora la experiencia que se está dando en Buenaventura con el compromiso de la iglesia en cabeza del Obispo Rubén Dario Jaramillo.
Así mismo hay que observar los procesos que de manera innovadora se están aperturando en el marco de la política de Paz total del actual Gobierno, que no obedecen a libretos preconcebidos y como tales, son apuestas que reconocen la necesidad de buscar caminos alternativos.
Saludos
Luis Enrique Arango Jimemez
1 –https://historia.nationalgeographic.com.es/a/alan-turing-arma-secreta-aliados_16352 Enviado desde mi iPhone