NUESTROS CONTRATADEROS (II parte)
En “contrataderos” alcaldía de Pereira no se queda a la cola en la utilización de entidades como empresas de servicios públicos o industriales y comerciales, para manejar y disponer recursos y contratación. Una que no ha tenido control efectivo y vigilancia por parte de la ciudadanía y que es un “contratadero” de bolsillo, es la empresa de aseo. Esta empresa dejó de prestar este servicio público en el 2007, pues la administración de Juan Manuel Arango lo concesionó por 20 años a ATESA DE OCCIDENTE, y en el 2010 el entonces alcalde Israel Londoño la prorrogó por 10 años. Como participación ASEO DE PEREIRA recibe el 12.1% de los ingresos totales obtenidos.
Lo anterior indica que a los pereiranos en la factura de aseo se nos cobra una tasa de descuento en la tarifa del 13.88% (Resolución Comisión reguladora de agua, alcantarillado y aseo) para el operador ATESA y del 12.1% para ASEO DE PEREIRA, lo cual explica los onerosos costos que cancelamos por este servicio, entre las dos se llevan el 25.98% de la tarifa. Enriquecemos dos patrones. Durante el 2022 ASEO DE PEREIRA obtuvo de participación la suma de $8.500 millones, de los cuales destinó $3.416 millones para costos de prestación de servicios, $2.150 millones para gastos de administración, y una utilidad de $2.861 millones. Esta empresa tiene una planta de personal de 11 funcionarios y su gerente recibe un salario básico de $9.1 millones por mes, y suscribió 198 contratos en el año 2022, por un valor de $5.351 millones de pesos, todos a dedo. Cumple así doble función, “contratadero” y “atracadero”.
Otro “contratadero” es la Empresa de Desarrollo Urbano de Pereira EDUP, antigua INFIPEREIRA, entidad que subsiste por transferencias del municipio, no desarrolla proyecto de importancia alguno, nada produce, solo sirve de mecanismo para burlar el estatuto general de contratación pública. Durante el año 2022 suscribió 83 contratos por $3.765 millones, todos mediante contratación directa. Situación similar cumplen el INSTITUTO DE MOVILIDAD quien en el anterior periodo fiscal suscribió 279 contratos por la suma de $8.079 millones y LA EMPRESA AGUAS Y AGUAS con 564 contratos por $54.953 millones. Esta última desde años atrás aprobó un manual de contratación cuyo único objetivo es impedir la pluralidad de oferentes, cosa ya demostrada. La Empresa de Energía niega cualquier acceso a conocer su contratación, no obstante que el 51% accionario es público, el otro 49% se entregó a los Ríos Velilla y los Nule.
Mediante la figura de los “contrataderos”, los alcaldes y sus aliados de la politiquería tienen total control del gasto de inversión, niegan toda posibilidad a personas naturales y jurídicas de ofertar los servicios que prestan, ante la ausencia de mecanismos de selección transparente, lo cual es un derecho de todos los ciudadanos, como el de intervenir activamente en el control de la gestión pública, y participar en la planeación, seguimiento y vigilancia de los resultados de la contratación estatal. Muchos son los reclamos que se vienen haciendo de tiempo atrás para evitar la figura perversa de los “contrataderos” que restringe derechos y se convierten en herramienta para la gran corrupción que sepulta nuestras instituciones, nada se ha logrado. Existe legislación para una contratación transparente, lo que no existe es honradez en los gobernantes, y que ahora pregonan “libertad y orden”.