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LUIS FERNANDO CARDONA
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El ser urbano

EL HOMBRE QUE CAMBIÓ EL BAZUCO POR EL TABACO

En la mañana salí a la Plaza de Bolívar a tomarle unas fotos al Bolívar Desnudo, a la catedral y a lo que viera por ahí. Encontré a un anciano sentado en las gradas con un gran costal al lado prendiendo un gran tabaco, me pareció curioso, le pedí permiso de hacerle unas fotos -hágale- me dijo actuando con naturalidad, después le pregunté de todo:

¿Usted cómo se llama? -Omar Morales

¿Es reciclador? – No, no reciclo, solo pido

¿Entonces en el bulto qué tiene? -Mis tres plásticos y una cobija, duermo en el pasillo del Lago Uribe con otros tres amigos, si llueve ellos se van, yo si me quedo envuelto en mis plásticos no me mojo

¿Cuantos años tiene? -75

¿De dónde es? -De Santa Barbara, vivía con mis padres y hermanos en una finca trabajando el campo, yo era el mayor de seis hijos.

¿Por qué resultó en la calle? – a los 20 años presté servicio militar en Barranquilla, cuando terminé me volví muy vago, me fui de la casa de 30 años, trabajaba en las fincas en Quindío o Risaralda, di muchas vueltas, de un sitio a otro, nunca volví a saber de nadie de la familia, no me querían por vago, ya deben haber muerto todos, hace unos diez años no me volvieron a dar trabajo por viejo, me vine a Pereira y me tocó dormir en la calle, unos días vivo en Armenia, otros en Quimbaya pero siempre vuelvo porque Pereira es una elegancia, me quedo en la plaza y me llega la comida, nunca me falta.

¿Dónde se baña? – En el Consota, voy caminando hasta cerca a un motel, hay un buen charco y me baño cada ocho días

¿Usted es consumidor? – No, era, ahora solo fumo tabaco, hace unos siete años viví cerca a una olla, fumaba marihuana pero me daba muy duro, fumé bazuco del bueno hasta que lo dejé por el tabaco antes de la pandemia, los consigo debajo del puente, cada uno vale $300, fumé tabaco desde los 10 años, mi mamá fumaba mucho y cuando íbamos por los caminos rumbo a la costa ella ahuyentaba las culebras con el humo, nos daba para que hiciéramos lo mismo.

¿Entonces usted recapacitó y dejó de consumir bazuco? – Le voy a contar la verdad, dejé el bazuco porque estaba muy caro y lo dañaron mucho.

Guardé mi cámara y me despedí del viejito mañoso.

ALVARO CAMACHO ANDRADE

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