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DeportesEl técnico Craviotto, ¿sigue metido en la burbuja... ?

El técnico Craviotto, ¿sigue metido en la burbuja… ?

Por Hugo Ocampo Villegas

“El fútbol es una burbuja, hay salarios que no son coherentes con nuestra sociedad. Los profesionales de la salud y la educación deberían ganar mucho más. Aquí vamos a aterrizar todos porque el fútbol estaba inflado en Colombia y el mundo. Admiro y defiendo a nuestros jugadores pero nos estábamos dando una vida que no corresponde”. Son palabras del cotizado técnico risaraldense Juan Carlos Osorio en una entrevista que le hicieron en El Alargue de Caracol.

Osorio de manera voluntaria renunció a su sueldo con el Atlético Nacional dándole un margen al club hasta que se supere la difícil situación por la parálisis del fútbol e invitó a los jugadores que tomarán una decisión personal con respecto al tema.

Leí también que el cuerpo técnico y jugadores del Atlético Huila llegaron a un acuerdo para ayudar a solventar la crisis que atraviesa el equipo opita por cuenta de la pandemia del Covid-19: recibirán el 60% de su salario. Donaron un 20% al club y el otro 20% lo percibirán por varios meses apenas se supere la crisis.

Y abro esta columna con Osorio y el Atlético Huila para referirme al impase surgido en el Deportivo Pereira, que fue noticia polémica esta semana en el partido laboral –auspiciado por el coronavirus- que decidieron protagonizar en el escritorio el grupo directivo y los jugadores con su cuerpo técnico, al no concretarse un arreglo satisfactorio para este último bando.

Lo que me ha llamado la atención en el cruce de comunicaciones que hubo, con el agregado de las declaraciones de Candamil, ha sido la actitud y el silencio público del entrenador Néstor Craviotto, quien en este litigio se alineó al lado de sus futbolistas cuando, en mi criterio, debería ser el mediador entre unos y otros.

Entre otras cosas, el comunicado de ellos que circuló por las redes no llevaba nombres ni firmas. No sé si se habrá presentado uno físico debidamente rubricado. Entre otras afirmaciones, manifestaban que los directivos habían incumplido con el premio del ascenso y estaban colgados en el pago del sueldo de marzo con los jugadores y que al cuerpo técnico le debían el mes completo. Y proponían para el mes de abril dos alternativas:

Uno, no afectar el salario de los jugadores que devengan hasta 5 millones de pesos al mes. Y, dos, a los que perciben más de 5 millones, cancelarles el 70% pero en todo caso sin bajar de ese mismo tope y que el 30% debería cancelarse en tres meses, a partir de septiembre de este año.

Obviamente la parte directiva respondió: si se les canceló la bonificación del ascenso por la suma de 450 millones de pesos y que los premios totales del 2019 para todo el plantel rondaron los mil millones de pesos y que sólo se les adeudaba la suma de 47 millones del premio del partido contra Boyacá Chicó y que de marzo se les canceló a todos, incluyendo al cuerpo técnico, el 70% del sueldo pero con el compromiso de abonar el 30% restante por cuotas en los últimos tres meses del año. Aclararon también que los 370 millones de pesos recibidos de la Federación se destinaron al pago de ese 70% de la nómina de marzo. Y expusieron otra serie de argumentos administrativos que no van del caso para esta columna.

¿Y dónde está el punto del conflicto?: En que para abril la directiva propuso el pago del 50% respetando el mínimo vital de 5 millones de pesos. Y el 100% para los de menores ingresos. Y los jugadores, como ya se dijo, plantearon el 70% a la fecha y el 30% restante posfechado para los meses finales del año

Frente a todo esto, qué decir de la actitud del estratega argentino…?. Leí también un wasap en la red de prensa deportiva del periodista Carlos Arboleda del Diario del Otún que decía: ‘Craviotto gana 100 millones de pesos al mes y ahora en momentos de crisis durante dos meses ¿no le alcanza para vivir con 50 millones…?. Peló el cobre y bien feo junto a los jugadores”.

Lo corroboré –cabe decir que no soy periodista del día a día con el Deportivo Pereira- preguntándole a un vocero oficial del club si era cierto que el entrenador Néstor Craviotto ganaba 100 millones de pesos y me respondió “Más o menos”.

Yo, como Carlos, si creo que al señor Craviotto –un muy buen técnico y soy seguidor suyo, más no el mejor que haya pasado por el Pereira, al decir de unos- le faltó ponerse en su sitio que debió ser neutral: entendiendo la situación administrativa del club haber acercado a los jugadores a una propuesta razonable.

Definitivamente el técnico argentino si se mantiene en esa burbuja a la que se refería Juan Carlos Osorio en un concepto auto crítico frente a la realidad socio económica en que nos puso esta pandemia.  Y creo que su mejor gesto para con el club y la afición que lo respaldó es que se baje de ella y acepte que la actual situación no está para mantener al tope las cifras salariales que se venían manejando en el negocio del fútbol en Colombia y muy seguramente en el mundo futbolístico.

Es hora que la soberbia económica del fútbol, de la que no son sólo responsables las pretensiones de los jugadores sino la ambición desmedida de sus dirigentes- aterrice y hacia un futuro se le ponga límites a las cifras exorbitantes que se mueven menospreciando con arrogancia el sentido común, promoviendo aterradoramente la desigualdad entre unos pocos elegidos –entre jugadores y técnicos- que habitan esa burbuja y una inmensidad que es terrenal en torno a un balón.

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