EDITORIAL
Hace doce días el pueblo colombiano salió a las calles ordenadamente a reclamar por lo que considera justo, pero en la oscuridad de la noche lo infiltraron los instigadores, los vándalos, los saqueadores, los pirómanos, y la situación se salió de control. Colombia arde en llamas mientras los poderosos se frotan las manos en la seguridad de sus fincas de recreo o en sus mullidos escaños en los puestos públicos y privados. “En rio revuelta ganancia de pescadores”. Es hora de recoger los escombros y reconstruir lo destruido para que volvamos a convivir como humanos. El gobierno, de iniciar los consensos con los dirigentes de la marcha para volver a poner el país y producir en armonía, ordenar el cese inmediato del uso desmedido de la fuerza, y los organismos de justicia de investigar y castigar ejemplarmente a los culpables de las muertes de tantos inocentes . La vida está primero.
Señor Director: un aplauso, por su columna que en palabras sensatas, es una visión para salir de los conflictos por medio de la paz.
Rasgo característico en El Opinadero, consensuar, respetar.