Por ADRIANA VALLEJO DE LA PAVA
Inicio el año con gran incertidumbre por causa de los incrementos en los contagios de Covid 19, en diferentes partes del mundo, incluyendo los municipios del país, por el surgimiento de nuevas cepas, confirmadas de en el Reino Unido y por la amenaza de nuevas pandemias producto de enfermedades zoonóticas en el continente africano.
Lo anterior ha traído como consecuencia la implementación de medidas de confinamiento con diferentes tipos de restricciones, pero con las mismas implicaciones sociales y económicas para los sectores que habían empezado a recuperarse especialmente, el comercio, los servicios y el turismo.
La mala comunicación con la población ha generado una desconfianza en las instituciones y ha aumentado la incertidumbre para la nueva inversión y para las empresas que requieren reglas claras para continuar en el mercado y reponerse del golpe sufrido durante los meses de confinamiento.
En Risaralda ha sido evidente la falta de unidad de criterios entre las autoridades departamentales y las municipales, siendo la primera más inclinada al establecimiento de medidas restrictivas que limiten la libertad de circulación de la población y la segunda más proclive a la implementación de las medidas de bioseguridad, pero sin limitar el ejercicio de las actividades económicas y la movilidad de la población.
Lo que no ha logrado ninguna de las autoridades ni nacionales, ni departamentales, ni municipales es mejorar el comportamiento ciudadano, ni en tiempos de aislamiento obligatorio, ni en los momentos de aislamiento selectivo. Ni con intentos de medidas de control y autoridad, ni sin ellas, el comportamiento ha cambiado.
Las campañas de salud no son campañas de cultura ciudadana, no es lo mismo lanzar mensajes para promover la vacunación de la población que implementar campañas que logren generar conciencia y cambiar el comportamiento o los hábitos ciudadanos.
Al menos en este punto debería existir coordinación entre los diferentes niveles de gobierno. Muy oportuna la campaña que lanzó la Sociedad de Mejoras #ELIJACUIDARSE a través de la cual con imágenes del personal de salud se invita a los ciudadanos a usar el tapabocas o a evitar fiestas, sin embargo, como ha ocurrido en el pasado, si no hay inversión y gran apropiación de todas las instituciones públicas y privadas la campaña no va a tener el impacto que se necesita para lograr un cambio en el comportamiento ciudadano. Todo control lleva implícita su propia violación, sin cultura ciudadana, la gente encuentra la forma de evadir las costosas medidas.