El conflicto entre Israel y Palestina no empezó con la incursión del grupo terrorista Hamás el pasado 7 de octubre a un campo de recreación en Israel. Este es apenas uno de los episodios de tantos otros que han ocurrido a lo largo de mucho tiempo atrás, desde que la ONU en 2002 propendiera por la conformación de dos estados autónomos e independientes: Israel y Palestina. Sin embargo, esto fue apenas un propósito, donde hoy el mundo occidental reconoce sin vacilaciones únicamente al Estado de Israel. El Estado de Palestina es un pendiente que aún no está resuelto y es la razón básica del conflicto árabe-Israel, donde la población palestina se encuentra secuestrada en la denominada franja de Gaza.
En Colombia, salimos raudos a opinar para rápidamente tomar partido, calificando un bando de buenos y el otro de malos, un bando de víctimas y el otro de victimarios; sin tener en cuenta el contexto histórico en que se ha realizado el conflicto religioso-político y que tantas víctimas ha producido.
Es bueno dejar en claro que el grupo Hamás es una organización terrorista, pero que no representa al gobierno de Palestina. También es bueno aclarar que, el primer ministro Benjamín Netanyahu tampoco representa a todos los Israelíes. Tal como lo señala el escritor y columnista Santiago Gamboa en su columna del Espectador del 13 de octubre de 2023: “Ellos son los extremos más radicales y violentos. Para los extremistas palestinos, todos los israelíes son soldados y para los extremistas israelíes, todos los palestinos son terroristas. El asunto radica en que hoy la crisis está en manos de ellos, de ahí que el diálogo sea tan difícil”.
En las redes sociales está circulando una foto donde se ven dos niños de mediana edad abrazados, cada uno con sus atuendos propios de su cultura. Uno es israelí y el otro palestino. Sus expresiones son francas, tranquilas y cordiales entre ellos. Son dos niños que quisieran vivir fraternalmente en un ambiente donde puedan ver realizados sus sueños. No obstante, esta imagen parece ser la excepción. La realidad es que el entorno en que crecen tanto los niños israelíes como los niños palestinos es de odio y violencia.
El editorial de El Espectador del 15 de octubre de 2023, hay un llamado a que se respete la vida de civiles: “Las normas del Derecho Internacional Humanitario son claras: “La vida de los civiles, sin importar su género, su condición racial, religiosa o política, debe ser respetada y privilegiada por encima de cualquier consideración. La exigencia de proteger los derechos humanos de los millones de civiles asentados en Gaza debe ser respetada sin excusas de ninguna clase”.
El pasado viernes 19 octubre de 2023, el presidente de Colombia Gustavo Petro en un acto de conciliación y de paz, se reunió con los embajadores de Israel y Palestina, con la intención de ayudar desescalar el conflicto. Como un acto humanitario ordenó enviar un avión con ayuda a la franja de Gaza. Esperemos que los nuevos politólogos de cafetería estudien a conciencia el conflicto para que puedan mejorar sus “opiniones”. La vida de un niño israelí, vale lo mismo que la de un niño palestino.
JAIRO ARANGO GAVIRIA
Octubre 2023
Respetado Columnista:
Su conclusión precisa, sólida, valiosa
En el podcast de María Jimena Dussan, los politólogos
Margarita Cadavid:
«La situación de refugiado no puede ser eterna,»
Mauricio Jaramillo:
» Soy población no combatiente «.
La guerra negocio internacional, que sirve a las grandes potencias: venden arsenal a unos y otros, en cualquier latitud de la tierra, su fin sostener la economía propia , doble moral.