Por JUAN GUILLERMO ÁNGEL MEJIA
Los Ferrocarriles Nacionales llegaron a tener 2.600 kilómetros de vías, 1.000 de ellas construidas con parte de los 25 millones de dólares con que los Estados Unidos indemnizaron a Colombia por la pérdida de Panamá; nosotros lamentamos que ese medio de transporte desapareciera, entre muchas razones porque dejó de ser eficiente y económico puesto que los volúmenes que movilizaba entonces eran muy bajos para hacer rentable un sistema pesado y rígido, además el monopolio del transporte en cabeza de los ferrocarriles, nacionalizados en 1.954, hacía que cuando paraban las locomotoras se paralizaba el país entero, en fin, cuando se levantaron los rieles que partían a Pereira en dos ya el sistema se marchitaba, así que se retiraron porque no había trenes y no dejaron de moverse las locomotoras porque en Pereira se levantaron en el tramo urbano para construir lo que hoy se conoce como la avenida del ferrocarril y se rediseñara y firmara compromiso con los Ferrocarriles Nacionales, de construir la estación de reemplazo, en el sector de El Tigre, la cual nunca se desarrolló por la misma razón: no había ni trenes, ni carga, ni pasajeros.
A raíz de la anunciada inauguración del nuevo terminal del aeropuerto Matecaña se dice que, gracias a la privatización del mismo, hoy podemos gozar de un mucho mejor terminal, afirmación que compartimos, el nuevo es muchísimo mejor que el viejo; lo que no podemos aceptar sin discusión es que ese fue el gran negocio que hiciera Pereira argumentando que el estado es un pésimo administrador cosa que no siempre es cierta y que los empresarios privados si lo hacen muy bien, algo que tampoco es dogma, aserto que contradicen las Empresas Públicas de Medellín o lo que fueran las de Pereira, o los colapsos sonados de empresas privadas y de las que están envueltas en los múltiples casos de corrupción.
Imprecisiones del escrito son varias, el proceso de la privatización se dio en la administración de Enrique Vásquez, el alcalde Gallo no tenía alternativa alguna, a tal punto que se vio en la obligación de consultar si podía firmar con la empresa ganadora, única proponente, puesto que la otra fue simple comparsa, dada la vinculación de la favorecida con el escándalo Odebrech; tampoco podemos aceptar que de haberlo acometido el sector público a la fecha apenas tendría un avance del 15%; no resiste esa presunción una comparación con el cable que se construye al mismo tiempo y que a pesar de ser una obra muchas veces más compleja avanza a velocidades comparables; en cuanto a la supuesta imposibilidad de acometer la obra sin necesidad de entregarla por décadas sin fin tampoco se puede aceptar sin fórmula de juicio, el aeropuerto es un bien rentable, fue bien manejado por gerentes como Martha Manrique o Gladys Gonzáles, cayó en la politiquería y mal manejo en administraciones posteriores pero a pesar de ello producía excedentes que eran prenda suficiente para obtener los recursos necesarios y pagarlos en corto plazo, y finalmente no solamente los muy ricos deben poseer todos los servicios públicos rentables, ellos solo buscan lucro, no hacer caridad, por ello el aeropuerrto que es un excelente negocio y que era la única renta segura de Pereira, se convertirá más dinero para unos quienes ya son muy ricos e inversión que pagaremos con tarifas caras y lo peor entregamos con bombos y platillos lo que era patrimonio y orgullo pereirano.
Porque todo lo rentable está en manos de unos pocos es que Colombia es un país inequitativo donde muchos apenas sobreviven, lo de Matecaña fue un despojo para Pereira, resultado de la venta de parte de las otrora ejemplares Empresas Púbicas, y del acceso al poder de quienes disfrazan de civismo el entregar todo lo que nos dejaron los que si eran amantes de la tierra y la servían y no se servían de lo que era patrimonio de todos.
