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Economía y medio ambienteFrena por la vida ante cualquier ser sintiente

Frena por la vida ante cualquier ser sintiente

Por SANDRA MILENA CORREA MONTOYA

sandraeduzoo@yahoo.com

Según la revista Semana, en España se reportan anualmente cerca de 30 millones de casos de animales atropellados; contando solo los vertebrados.

La Tasa en Estados Unidos es de un millón de atropellamientos al día, es decir, 365 millones al año; mientras que Brasil reporta 475 millones de casos anualmente. Según datos de Instituto Humboldt 2017 las especies victimas del atropellamiento en Colombia en su orden son zarigüeyas, ardillas, tamandúa mexicano, gallinazo, zorro cangrejero. El 45% lo representan mamíferos, el 32% aves, el 15% anfibios y el 8% reptiles.  Podría decirse que el atropellamiento de animales silvestres podría tomarse como una amenaza en la perdida de diversidad de fauna silvestre razón por la cual es tan importante la toma de datos que permitan conocer la realidad de los atropellamientos.

Para el caso de animales domésticos como perros, gatos, vacas, caballos entre otros animales de granja el porcentaje más alto se lo llevan los perros y puede decirse de acuerdo a estadísticas reportadas por algunos centros de rescate que el 50% de los perros que han llegado a estos lugares se debe a accidentes de tránsito.

¿Pero qué es lo que realmente hay que conocer detrás de todo esto? ¿Quizás las personas digan: no es mi culpa, ¿la culpa es de los animales que se atraviesan? La vía es nuestra.  De donde salió ese animal tan extraño como en el caso de los silvestres.

Debemos entender todo desde el principio. En nuestro planeta nosotros, la especie humana, no somos la única especie, convivimos y compartimos los recursos naturales con muchas especies más; en el caso de los animales silvestres su territorio su hábitat donde han vivido siempre se ve amenazado a cada minuto por construcciones a través de las cuales se hacen carreteras que antes eran sus rutas de migración;  sus caminos de búsqueda de alimento y agua;  y ellos no identifican ni letreros, ni semáforos ni a veces nuestra desconsiderada actitud frente a la vida de los animales. Los reptiles como las serpientes suelen buscar las carreteras pavimentadas para obtener calor de la misma producto del sobrecalentamiento del pavimento, los gallinazos recogen los restos de los animales atropellados en las carreteras, las zarigüeyas pasan a través de las vías generalmente con sus crías buscando refugio en las montañas ya que su hábitat, su hogar, ha sido dividido por carreteras y esto hace que a diario se convierta en un riesgo permanente con el que aprenden a sobrevivir.

Para el caso de los animales domésticos es diferente porque estos  deben tener un doliente, un titular que debería estarlos cuidando como debe ser y de esta manera un atropellamiento se constituirá en la responsabilidad de alguien; sin embargo, el drama de los animales abandonados es alto y hago la diferencia de animales callejeros, ya que estos son los que nacen en la calle y aprenden a sobrevivir; uno puede ver cómo muchas veces un perro que se ha criado en la calle (que tampoco es el ideal) espera  que cambie el semáforo en una ciudad para pasar la vía. Mientras que un perro abandonado, en su mayoría termina atropellado con secuelas para toda la vida o simplemente perdió la vida.

A pesar de este contexto la actuación debe ser de todos, en el principio de hacer bien las cosas; las carreteras deben ser diseñadas, en un país como Colombia, teniendo en cuenta su gran biodiversidad y esto hace que se deberían tener carreteras con puentes, viaductos, túneles para el paso de animales. Existen ya en el mundo muchos ejemplos de ellos como el puente para cangrejos migratorios en la Isla de Navidad, el Ecoducto de Woeste de Hoeve en Holanda,  el puente para cacatúas en Australia; el túnel para elefantes en Kenia, el puente para monos en Brasil, para ardillas en Estados Unidos entre otros.

Para los animales domésticos se hace necesario las jornadas de esterilización que permitan el control de las poblaciones en la calle, pero sobre todo el marcaje y su identificación que permitan hacer seguimiento a las personas que abandonan los animales y de esta manera poder establecer responsabilidades incluso de tipo penal.

Pero más allá de hacer carreteras con diseños ecológicos que nos permitan vivir en armonía con la naturaleza y destacar este país como un destino de turismo de naturaleza y que protege los animales, se hace necesario la responsabilidad de todos. Siempre he creído que quien es capaz de atentar contra la vida de un animal podría hacerlo contra la vida de un ser humano. Hoy los animales en Colombia han sido declarados seres sintientes y no pueden ser tratados más como cosas.

La ley 1774 del 2017 penaliza el maltrato animal. Es así como tenemos la obligación de poner los ojos en la vía de cualquier manifestación de vida que veamos y PARAR, FRENAR porque cualquier vida la debemos salvar. Y salvar significa que también debemos ayudar a los animales heridos en carretera, ellos también sienten. Hoy nuestro departamento de Risaralda, con orgullo y gracias a Autopistas del Café y la unión de las tres autoridades ambientales del eje cafetero, la personería de Pereira, la alcaldía de Pereira, el bioparque Ukumari y el ministerio de ambiente adelantan una importante campaña que busca la prevención de atropellamientos y el reporte de los animales atropellados para auxiliarlos.

Hacer un mundo mejor es posible si unimos esfuerzos por el bien común.

*Administradora ambiental.  Magister en biología línea conservación de vida silvestre.

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