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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadGUACAS, ENTIERROS Y CALETAS, UN PASATIEMPO NACIONAL.

GUACAS, ENTIERROS Y CALETAS, UN PASATIEMPO NACIONAL.

Años atrás, fuimos sorprendidos por las noticias de los excesos y despilfarros de un grupo de soldados profesionales que malgastaban dinero a manos llenas, llenando de curiosidad a sus superiores y el país en general; repasaré la historia de la Guaca de las Farc, una típica historia colombiana, llena de aristas y giros inesperados

En nuestra región cafetera muchos hemos sufrido la compulsión del guaquero: buscar tesoros enterrados; mi papá estuvo en un tiempo dedicado a buscarlos, sin mayores resultados, y yo, durante un corto tiempo sufrí la misma fiebre: los tesoros enterrados que son de personas blancas, obligadas a esconderlos por no existir bancos o, por no confiar en el sistema bancario, se llaman entierros; los de un indígena enterrado con sus pertenencias se llaman guacas. Los conquistadores españoles saquearon miles de tumbas Taironas, en la región Caribe en los días iniciales de su invasión.

Hablando de los metales preciosos de América, los españoles ignoraban las técnicas mineras, por esa razón los alemanes fueron los encargados de trabajar esos metales, los banqueros alemanes habían prestado a Carlos I de España, el dinero para proclamarse como el emperador Carlos V (del Sacro Imperio Romano Germánico), siendo acreedores de las españoles: ”Lo curioso es que casi la totalidad del trabajo “minero” en América consistió en arrancar el oro a los pueblos aborígenes, profanar las tumbas ricas en piedras y oficios tan pertinentes como éstos. Se debía pagar el Quinto Real de todo lo extraído” (A la mina no voy, Magazín dominical “El Espectador”, febrero 20 de 2000 página 9, Camilo Jiménez – Lloreda). La quinta parte de lo conseguido, eran impuestos para la Corona española.

Pero, no se crea que la guaquería y los grandes tesoros indígenas son cosa del pasado lejano. En la Hacienda Malagana, ubicada en el corregimiento de San Isidro en Palmira, Valle, durante unos ocho meses se hicieron grandes excavaciones saqueando un cementerio indígena; lo que no alcanzó a ser removido fue estudiado: “Según las pruebas hechas de radiocarbono, este cacicazgo convivió paralelamente a las grandes culturas del suroccidente colombiano, entre los años 200 a.C. y los 500 d. C. La fertilidad de esta región y su cercanía con la red de caminos entre Calima, Tierradentro, Quimbaya y San Agustín  permitieron que el señorío Malagana compartiera símbolos, creencias, técnicas de las culturas de su época” (Los tesoros de los señores de Malagana, la exposición del siglo, “La Tarde” Pereira, lunes 22 de julio de 1996, página 6D).La exposición estaba integrada por 115 piezas de oro y 25 cerámicas salvadas de la guaquería, o de ser sacadas del país al ser compradas por el Museo de Oro (Foto 1).

Cortesía ancient-origins.es.

Una hipotética guaca muisca dejó alborotados a los saqueadores, en la hacienda Terreros, en Soacha,  al preparar un terreno para la construcción de una urbanización encontraron restos humanos y cerámicas de la cultura muisca, que por investigaciones del Icanh corresponden a periodos posteriores al siglo X. Hubo otros hallazgos: “En Julio de 2003, unos obreros que abrían con retroexcavadora la vía para una ruta alimentadora de Transmilenio en el barrio La Candelaria, en el sur de Bogotá, hallaron un esqueleto con ollas de barro identificadas como de la cultura Muisca”. “En enero de este año, fueron descubiertas seis tumbas con dos esqueletos y algunos pedazos de vasijas Muisca elaboradas al parecer entre los siglos XII y XVI. En el sitio el Bosque, en Tunja, en área declarada de interés arqueológico por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia” (La guaca muisca que desvela a los soachunos, “El Tiempo”, domingo 13 de febrero de 2005, página 1-8, Lucevín Gómez E.). (Foto 2).

cortesía: El Tiempo.

Según explicó Fernando Ibáñez, director de Cultura de Soacha: “Guacha Socha (nombre prehistórico del municipio), era un principado del reino de los zipas y significaba “Ciudad del dios varón”, de “Sua”, o de “El Sol” (La guaca muisca que desvela a los soachunos, “El Tiempo”, domingo 13 de febrero de 2005, página 1-8, Lucevín Gómez E.).

Volviendo a la guaca de las Farc, ésta es su cronología:

“1  Abril 18 del 2003. Cuando patrullaban por el Caquetá, los soldados de la Brigada Móvil número 6 encuentran una caleta de cerca de 40 mil millones de pesos.

2  Mayo 19 del 2003. El Ejército le revela al país la noticia. Los implicados en ese momento eran 147 militares del Batallón de Contraguerilla número 50.

3 Junio 12 del 2006. Empieza en la base de Tolemaida una histórica corte marcial con 55 uniformados. Otros 92 son juzgados como reos ausentes. (Foto 3).

Cortesía El Tiempo

4 Agosto 10 del 2006. De los 147 implicados, 144 fueron condenados a penas entre 4 y 10 años. Dos fueron absueltos y otro murió en un accidente.

5 Junio 4 del 2007. El Tribunal Superior Militar decreta la nulidad de la etapa de juicio por violación al debido proceso y el derecho a la defensa” (El soldado de la guaca que ahora es mujer, “El Tiempo” domingo 13 de abril de 2008, página 1-4, Jinet Bedoya Lima).

En el tiempo del hallazgo de la guaca, Liliana (nombre actual del exsoldado) y sus compañeros completaban 20 día en las selvas del Coreguaje, Caquetá, buscando a los tres norteamericanos secuestrados por las Farc en febrero del mismo año: “Todas esas mañanas eran lo mismo: centinela, el desayuno -de por sí ya se nos estaban acabando los abastecimientos – y seguir buscando. Mientras mi contraguerrilla estaba, por un lado, después supimos que ese día, los de la otra contraguerrilla encontraron unas caletas con armas y un papel con la ubicación de más caletas, que eran las que tenían la plata”. “Según su relato, la alegría de lo que le tocaba a ella le llegó el 18, el Viernes Santo. Uno de los cuadros decidió darnos un fajo a cada uno para que nadie se fuera con las manos vacías. Desde ese ese día hasta el domingo, cuando yo también resucité, no sabía cómo iba a cambiar mi vida” (El soldado de la guaca que ahora es mujer, “El Tiempo” domingo 13 de abril de 2008, página 1-4, Jinet Bedoya Lima).

Su vida cambió, se hizo una cirugía de cambio de sexo, pero luego no pudo ni comunicarse con sus parientes por miedo a ser localizada por la guerrilla. “Lograr su sueño le costó caro ¿Usted se imagina? Soy una triple vergüenza para mi familia: me robé una guaca, me volví prófugo y luego me cambié de sexo. ¡ellos no me quieren ver! (El soldado de la guaca que ahora es mujer, “El Tiempo” domingo 13 de abril de 2008, página 1-4, Jinet Bedoya Lima).

En Colombia, la búsqueda de riquezas ocultas tuvo un auge a raíz de que muchos capos del narcotráfico, entre ellos los Rodríguez Orejuela y alias “chupeta”, decidieron ocultar parte de sus riquezas en caletas, algunas de ellas halladas en sus residencias: tampoco se puede olvidar la historia de la búsqueda de las caletas de alias “el Mejicano” y las de Pablo Escobar, que dio origen a una serie de programas de Discovery Channel; se supone, que al igual que las guacas indígenas, también hay caletas de capos esperando ser localizadas.

La  historia de la segunda guaca de las Farc empieza con el empresario caleño Gustavo Álvarez M. (Foto 4) :Álvarez fue el hombre que en el 2005 contactó al senador Élmer Arenas y le dijo que el Teniente Jorge Sanabria tenía las coordenadas de un entierro decenas de veces más grande que el que se repartieron los soldados de las compañías Buitre y Demoledor” (El empresario caleño que llegó al Caguán buscando la segunda guaca, “El Tiempo” Redacción Justicia, domingo 8 de junio de 2007, página 1-11). El senador narró que estuvo en Palacio reunido con el ex comandante del Ejército Reinaldo Castellanos, allí se decidió que las Fuerzas Especiales apoyarían la entrada de guaqueros a la zona del río Coreguaje donde hubo un gran campamento de la “Teófilo Forero”, durante la época del despeje. (Foto 5).

cortesía El Tiempo

“La participación de civiles -además de los miembros del Batallón de Fuerzas Especiales número 4 y de los que habían encontrado la primera guaca- era uno de los secretos mejor guardados de esa operación. De hecho, altos mandos aseguraron que ese no era un procedimiento regular y que debe haber una investigación” (El empresario caleño que llegó al Caguán buscando la segunda guaca, “El Tiempo” Redacción Justicia, domingo 8 de junio de 2007, página 1-11). Los militares, unos 50 hombres, empezaron a prepararse para ir por la segunda guaca, la primera parte del entrenamiento fue en la Escuela de Artillería, en el sur de Bogotá, la final en la de Comunicaciones, en Facatativá, bajo la supervisión del Comando Ejército.

Al parecer dos militares retirados, sin nada que ver con la guaca del 2003 viajaron al Caguán, aseguran haber recibido armamento y raciones para 5 días, y la supuesta promesa del 40% del botín que nunca apareció. “Un cáncer fulminante mató a finales de mayo pasado al hombre que, desde la sombra, movió los hilos para que se realizara una de las operaciones militares más controvertidas de los últimos tiempos: la búsqueda de la segunda guaca de las Farc” (El empresario caleño que llegó al Caguán buscando la segunda guaca, “El Tiempo” Redacción Justicia, domingo 8 de junio de 2007, página 1-11).

Una breve reseña de nuestro hobby nacional, con el que afortunadamente, algunos han logrado enriquecerse.       

 

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1 COMENTARIO

  1. Excelente relato, quedé iniciado. Donde han quedado la mayoría de las caletas encontradas, quien se ha quedado con el dinero, porque no han financiado el presupuesto nacional.

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