Por: Jerson Andrés Ledesma Valencia
Recuperar la capacidad de asombro.
El pequeño espacio de múltiples colores, una sala estrecha, pero suficiente para acomodar los libros. Los niños aún están en el descanso y la maestra los espera para que de nuevo inicien sus actividades.
La biblioteca espera por Amaro, el niño que no solo ama los libros, sino aquel que los descubre; ¿qué significa descubrir los libros? Es adentrarse en aventuras interminables, es despertar las voces del pasado y sumar la propia en un río de ideas que va y viene.
La lectura es una fuente para alimentar la imaginación y al mismo tiempo una posibilidad para interpretar el mundo, ofrece la construcción de un criterio propio y sensibiliza el contacto social a partir de la experiencia subjetiva. –Nosotros hemos construido este espacio, yo misma he traído las cosas de mi casa para formar la biblioteca, porque amamos los libros y mis niños también. Expresa la maestra, una mujer joven que lleva varios años en la docencia escolar en una institución rural de Dosquebradas.
Ella, al igual que los doce chicos que la acompañan, levantan la Biblioteca de Calambur en medio de la espesura de los árboles y de una carretera que no parece tener fin; la célebre narración de Iván Borja Hernández surge en medio de una lucha por la vida, su personaje principal crece con el interés de llenar su espíritu curioso de páginas, alza las escaleras y llega a títulos confusos, extraños, pero inquietantes.
Los niños de la vereda Boquerón replican las sensaciones de Amaro, leen para vivir, viven para soñar en estanterías artísticas improvisadas, su lugar es culto, por lo tanto, sagrado, místico, una válvula de escape frente a la normalidad raquítica que ensombrece; rodeados por las voces del pasado recuperan su capacidad de asombro y entonces generan preguntas que validan su condición social, humana y científica.
Al amanecer, de nuevo, con sus mochilas al hombro ocupan su pequeña escuela mientras escuchan a su maestra, saben que en la pequeña sala de atrás están los libros, la Biblioteca de Calambur los estará esperando.
Siempre la lectura , permitirá abrir el mundo fantástico de los niños, siempre una lectura abrirá horizontes. La lectura como un descubrirse, como un encuentro con otros mundos.
Me emociona e identifico con este maravilloso articulo.