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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

ActualidadLa era de Piscis

La era de Piscis

Desde la década de los setenta, se viene formando una ola cultural/filosófica/religiosa, basada en una serie de tradiciones esotéricas antiguas, que suelen creer en una forma holística de divinidad que impregna todo el universo, incluidos a los propios seres humanos; este movimiento coloca un énfasis en la autoridad espiritual del yo. Corriente que, acompaña la creencia de entidades semidivinas, llamados ángeles y maestros, con quienes es posible la comunicación a través de la forma de canalización.

Aunque la humanidad ha tenido grandes avances tecnológicos y una gran sabiduría, ha entrado en un periodo de degeneración espiritual que solo puede ser remediada, con la instauración de una era llamada “Acuario” que llevará al ser humano, hacia una nueva conciencia. Se cree que con la era de Piscis, termina un período que buscó la salvación fuera del hombre, la era de Acuario, es una invitación a trascender la dependencia y buscar el salvador dentro de nosotros mismos. El universo es un ser único y vivo que evoluciona y nos lleva hacia la autoconciencia.

La nueva era de acuario considera a dios como un ser impersonal y anónimo, el dios de acuario es el mismo hombre que está más allá del bien y del mal. Jesús, Buda, Mahoma son maestros iluminados; se ridiculiza el que los cristianos crean un ser que se humanizó para salvarnos. Existe una ley en el universo de cadena de regresos a esta vida bajo diversos aspectos corporales, perdiéndose con ello la libertada, la inutilidad de mis esfuerzos y decisiones, sacrificios y sufrimientos ya que, al fin al cabo tendré que hacerlo todo de nuevo una y otra vez. Somos energía cósmica y si somos parte evolutiva del universo, existen cosas, lugares y ejercicios que pueden aumentar nuestra capacidad y control de esta energía. Un lenguaje seudocientífico, que, según la nueva era, está escondido en la sabiduría antigua.

Todo un sincretismo, que rechaza la idea de creación y la existencia de un Dios personal, no hay distinción entre Dios y mundo; sin jerarquías ni credos, el potencial está en el interior del hombre. Una espiritualidad light, sin culpabilidades; una plenitud donde dios es todo y todo es dios. Un intento vano del hombre de salvarse a sí mismo haciendo una serie de promesas que no puede cumplir, al atribuirse poderes que tampoco suele tener.

El comienzo del tercer milenio ha traído consigo no solo los dos mil años del nacimiento de Jesús, sino para los astrólogos, una era en decadencia “Piscis” conocida como la era cristiana: patriarcal, autoritaria, con instituciones incapaces de mejorar el mundo, con una medicina tradicional alopática incapaz de curar eficazmente, una era que ha llegado a su fin.

Todo un cambio no solo del mundo mismo sino de nuestra cultura, en nuestro modo de relacionarnos con nuestro cosmos, sobre todo en quienes acentúan la idea de un nuevo paradigma de vida, con la creación de una nueva conciencia espiritual. La “era de Acuario” que no es una teoría sino una visión. Con una columna vertebral el evolucionismo y los poderes o fuerzas espirituales que están ocultos supuestamente en la naturaleza. Que rechaza todo tipo de dualismo: Creador-creación, espíritu-materia, hombre-naturaleza. Con un futuro: “una espiritualidad planetaria”. Con un enfoque mixto de la salud que combina la medicina profesional con la autocuración, una comprensión del yo más andrógina, y con formas de integrar la ciencia, la mística, la tecnología y la ecología.

Una nueva era que no distingue entre el bien y el mal: donde toda acción humana, es fruto de la iluminación o la ignorancia. Nadie debe ser condenado, a la vez, nadie tiene necesidad de ser perdonado. La existencia del mal es una actitud de la mente. El amor es energía, una vibración de alta frecuencia; el secreto de la felicidad y de la salud consiste en sintonizar con la gran “cadena del ser”, de encontrar el propio puesto en ella. Los maestros ofrecen la clave para encontrar las correspondencias entre todos los elementos del universo, de modo que cada quien puede modular la tonalidad de su vida y estar en armonía absoluta con los demás y con cuanto lo rodea.

Cabe preguntarse ¿esta nueva era si posee la coherencia intelectual para proporcionar una imagen completa a partir de una cosmovisión que realmente pueda, integrar la naturaleza y la realidad espiritual?

Uno de los elementos más comunes de esta espiritualidad radica en la fascinación por las manifestaciones extraordinarias y en particular por los seres paranormales. Su forma de comunicación para ser poseídos por otra entidad durante el trance, que lo denominan “Channeling” o canalización.

Toda persona puede ser iniciada en los misterios del cosmos, o el yo por medio de un itinerario espiritual de transformación, la meta última es la gnosis, la forma superior de conocimiento, equivalente a la salvación.

Todas estas prácticas tienen en común alcanzar estados de conciencia, que los lleven a alcanzar el Todo. Dios es la prolongación del progreso del individuo; la enfermedad y el sufrimiento son consecuencia de una actuación contra la naturaleza, solo encontraras la salud si entras en sintonía nuevamente con ella. El universo visible e invisible están vinculados por una serie de correspondencias, analogías e influencias entre el microcosmos y el macrocosmos, entre los planetas y las diversas partes del cuerpo humano.

Todo el cosmos se ve como un “todo orgánico”, animado por una Energía, alma divina o Espíritu. El ser humano tiene la capacidad de ascender a esferas superiores invisibles y de controlar sus propias vidas más allá de la muerte. Todo cuanto hay en el universo esta interrelacionado. En efecto, cada parte es en sí misma una imagen de la totalidad. El todo está en cada cosa y cada cosa en el todo.

Todos los seres están íntimamente vinculados y forman una sola familia con diferentes grados de evolución. Toda persona humana es un hologramauna imagen de la creación entera, en la cual cada cosa vibra con su propia frecuencia. Cada ser humano es una neurona del sistema nervioso central y todas las entidades individuales se hallan en relación de complementariedad unas con otras. Nuestra tarea es reconocer que somos divinos. Para estas corrientes, el futuro está en las estrellas.

Es claro que estos movimientos, traen en su raíz por un lado la mentalidad secularista, que aparta a Dios y a lo religioso de los fundamentos de la sociedad y la cultura; por otro lado, son las nuevas formas de religiosidad, donde aparece una fascinación por lo sobrenatural, la búsqueda de armonía, la salud integral y el deseo de una totalidad que supere todo dualismo. La Era de Acuario simboliza progreso, emancipación, desapego, serenidad, libertad y aventura.

Padre Pacho

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1 COMENTARIO

  1. Cómo ligar que el homo sapiens con sus procesos tecnológicos nos esté sorprendiendo a diario con los encuentros de nuevos mundos nuevos sistemas solares nuevas galaxias;como enviar y regresar sondas con materiales……..esa incesante búsqueda de vida el saber en última que somos y para que vivimos;cambia entonces los paradigmas,es la búsqueda del por qué y para qué y salen a relucir cuánta teoría lo pueda interpretar; búscate,no estás tan lejos, estás a una bocanada de aire……

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