La importancia de los minerales en nuestro cuerpo

Los seres humanos necesitamos ingerir con la dieta determinados elementos inorgánicos indispensables para nuestro desarrollo y buen funcionamiento y estos elementos son los minerales. Los minerales se pueden clasificar según las necesidades en la dieta, es decir según la cantidad que se precisa aportar con la comida. Esta clasificación no debe conducirnos a engaños, el hecho de que se precise poca cantidad de un mineral no implica que su función sea poco importante; hay ciertas reacciones en nuestro organismo que, a pesar de requerir una pequeña proporción de determinados minerales, no serían posibles si no existieran estos elementos. Podemos por lo tanto clasificar los elementos en dos grupos: los macroelementos y los elementos traza. Los macroelementos o elementos mayoritarios debemos ingerirlos en mayores cantidades puesto que nuestro cuerpo necesita un suministro mayor de estos minerales y reciben el nombre de macroelementos por que los alimentos que ingerimos a lo largo del día deben aportar varios gramos de estos elementos a nuestro organismo y en este grupo se encuentran el sodio, el magnesio, el cloro, el potasio, el calcio, el fósforo y el azufre. Los microelementos o elementos traza son necesarios en la dieta así sean sus cantidades ínfimas en el cuerpo humano y dentro de ellos encontramos el hierro, el yodo, el flúor, el cobre, el zinc, el manganeso, el selenio, el molibdeno, el vanadio, el níquel, el cromo, el cobalto, el boro, el silicio, el estaño, el antimonio, el arsénico y el bromo. Esta lista de elementos no es en absoluto definitiva, puesto que se han encontrado otros elementos en el cuerpo humano a los que, por el momento no se les ha atribuido una función concreta, algunos ejemplos son el estroncio, el barrio, el circonio, el bromo, el rubidio, el aluminio, el germanio, el oro, la plata y el titanio. Se postula que algunos de estos alimentos son contaminantes generados por nuestro proceso de industrialización y que su presencia en el cuerpo humano es puramente accidental, aun así, no se descarta que se descubren nuevas funciones que obliguen a ampliar la lista de minerales en nuestro cuerpo. Muchos de los minerales que nuestro cuerpo necesita se encuentran en cantidades muy pequeñas en el medio ambiente, por lo que nuestro organismo se ve obligado a desplegar mecanismos de captación extremadamente eficaces. Una vez hemos conseguido captar estas sustancias surge otro problema: el de la conservación de estos nutrientes en el interior de nuestro cuerpo, por lo que debemos conseguir que se dificulte al máximo la pérdida de estos elementos. Contrariamente si hay un exceso de un determinado mineral nuestro cuerpo intentará por todos sus medios, evitar su entrada y facilitar su salida, se consigue así paliar los efectos de un exceso o de un defecto de minerales en el cuerpo, gracias a la activación de mecanismos de control. Esta capacidad de regulación no implica que podamos seguir alegremente una dieta incorrecta, puesto que, aunque es cierto que poseemos mecanismos de control, estos pueden dar resultados satisfactorios solo dentro de unos límites, por lo tanto, a pesar de que existan mecanismos de ahorro y de expulsión de minerales, no debemos olvidar nunca la importancia de una buena dieta. Una característica fundamental de los minerales es que gran cantidad de ellos son esenciales, esto significa que su ausencia en la dieta causará toda una sintomatología que puede incluso conducir a la muerte. El hecho de que sean esenciales no quiere decir que debamos atiborrarnos de minerales ya que también aparecen serios problemas por un exceso de los mismos.