No habían pasado tan siquiera dos horas después de las elecciones del 29 de mayo y aún se estaban contando votos cuándo Federico Gutiérrez, el candidato del gobierno, adhirió a Rodolfo Hernández sin condiciones, casi que entregándose. De ahí en adelante Rodolfo Hernández no ha vuelto a tener otra adhesión pública de ningún sector o líder político.
Fajardo lo buscó, poniéndole condiciones, (soberbia de perdedor) y junto a él, Amaya, Robledo y Cristo, y él los cacheteó y los despreció. Hizo de ese acto de decencia y exploración política, un show mediático, la payasada como el alcalde de Springfield, con su ciudad en los Simpson.
Los Galán, no han recibido ni un gracias de parte de Rodolfo por su apoyo, ni siquiera un lotecito con servicios, o un tiquete a santa Marta para ir ver el mar. (Luis Carlos debe estar revolcándose en su tumba)
Pero unos días después, producto de acercamientos y acuerdos, de reflexiones pasados algunos días de la primera vuelta, Antanas Mockus adhiere a Petro, también lo hizo Alejandro Gaviria, «No rumiaré rencores«, dijo, y llegó con sus salvedades (válidas). Vino Luis Gilberto Murillo, el exvice de Sergio Fajardo y sectores verdes adeptos al claudismo y a fajardo, se adhirieron en convención conjunta a Gustavo, el congresista Juan Carlos Losada, después de esgrimir razones muy sentidas, se separa de la decisión entreguista del Partido Liberal y Adhiere a Gustavo.
Esto para decir dos cosas.
1 a un sector oscurísimo de las élites les da pena, vergüenza, les da urticaria y oso decir públicamente que están con Rodolfo Hernández, del mismo modo a Hernández no le queda bien recibirlos con sus brazos abiertos después de que de ratas no los ha bajado. Esas son adhesiones producto del miedo y de la necesidad de mantener sus privilegios e impunidades.
2 Las adhesiones a Petro, en cambio, han sido producto de reflexiones, de salvedades, como las que le hace Gaviria que incluso echa tierra a las ofensas recibidas por Roy Barreras días atrás, o las que formula Juan Fernando Cristo. Hoy, otros sectores han llegado despacio, sin tanta alharaca, a la campaña de Gustavo, han comprendido que el país se debate entre la sensatez de la dificultad, en la que consiste manejar un país como Colombia, o la locura delirante y casi mesiánica de un Thor Castigador que con sus bofetadas pretenderá resolver los problemas tan complejos que tiene hoy el país.
Rodolfo es entonces, la liebre de la fábula, que liviano y saltarín se duerme confiado de que la tortuga perderá.
Gustavo es la tortuga, que con el peso inmenso de un caparazón hecho de sectores antagónicos que hoy lo apoyan, con profundas diferencias qué tramitar y pactar, con pies pesados y pasos lentos, no ha dejado de caminar buscando la meta.
Ya saben ustedes como finaliza la fábula.
MIGUEL ÁNGEL RUBIO OSPINA.
@rubio_miguel
Es un momento decisivo para el país las elecciones del próximo 19 de junio arrojarán el resultado de quién será el nuevo mandatario de Colombia, será el escenario dónde millones de colombianos decidirán sí Rodolfo Hernández una persona brusca para hablar poco estudiado poco letrado una persona que se altera con facilidad, una persona machista en extremo qué cree que manejar un país es cómo sacar la nómina de una empresa, y está Gustavo Petro una persona con conocimiento en el ámbito político letrado preparado qué ha sido senador de la república alcalde de Bogotá qué sabe y conoce las necesidades de la gente del pueblo del campesino del universitario, del médico de la enfermera del barbero de barrio, de aquel transportador que deja su familia por más de un mes del taxista qué día a día se levanta tratando de llevar el sustento a casa, sí sabe cómo funciona la economía de un país y sabe cómo gestionar recursos, una persona calmada al momento de hacer una intervención pública sensato, creo que Colombia no debe poner en una balanza de quién debería ser el próximo presidente de la república va hasta ver los noticieros basta leer la prensa para darse uno cuenta de qué candidato está más preparado no solo en experiencia sino académicamente quién tiene más sabiduría para saber llevar las riendas de todo un país. En la fábula somos nosotros quién decidimos quién llega a la meta si la tortuga lenta pero constante hola liebre loca a la cual solo le interesa ganar así no tenga conocimiento de lo que va hacer
Petro presidente, el pueblo lo quiere, no mas manipulación
Hola Miguel. Este es una de las notas políticas, de las tuyas, que más me han gustado. Y es de las notas políticas, de todos los que opinan sobre política que en realidad me han gustado. Aunque claramente sesgado hacia un candidato en particular, se percibe la veracidad de los argumentos, esgrimidos de manera suave, para una contienda decente. Gracias amigo por compartir. Le deseo lo mejor a Colombia y por tanto te deseo lo mejor en tus propósitos.
No sé cómo termina la fábula, es verdad, pero en esta carrera de ahora, quiero que gane PETRO, y ojalá por miles de kilómetros de ventaja, porque veo un conejo loco que creo, con su esquizofrenia, tomó otra pista que lo llevará muy lejos.
Esopo no imaginó jamás que una fábula podría dar para tánto.
Excelente !