Días antes de las elecciones presidenciales Federicco reunió en la oficina a sus más cercanos colaboradores y amigos. El penthouse en un sector exclusivo de Envigado engalanado con las banderas de los partidos Liberal, Conservador, Mira, Centro Democrático, Cambio Radical, de la U, de Colombia y una verde con dos vocales y una consonante, con coloridas rosas, claveles de solapa y rojas amapolas. La mesa servida con viandas de una gran variedad gastronómica, desde caviar, langosta o lagarto, hasta sándwich y tamales sobrantes de la última reunión en la plaza pública, whisky, aguardiente, ron, mermelada, productos Postobón y leche Colanta.
Los comensales coreaban al unísono las canciones de Marbelle que lucía orgullosa su última cirugía mientras Silvestre Dangond le echaba el ojo a Paloma. No faltaba el grupito de la recocha conformado por deportistas, el Tino abrazó fuertemente a Égan y lo hizo llorar, Catherine brincó para que lo soltara y el Pibe decía «todo bien». De un momento a otro Federico pidió silencio aunque casi le toca llamar al Esmad para callar a Marbelle que dando alaridos le preguntaba a Uribe cantando: «¿En dónde están los muertos?».
– Los he reunido para hacerles una pregunta: ¿vamos a luchar contra la corrupción?
La confusión reinó y un tenso silencio llenó el recinto, el rostro de cada uno se puso rojo menos el de Égan que seguía pálido, se miraban entre ellos como preguntándose ¿éste qué está fumando?
Algunos respondieron tímidamente.
Gaviria poco convencido: Ciertamente
Zapateiro un poco afónico: Ajúa
Char a grito entero: Yo pongo el billete
Pastrana sin vergüenza: Mi papá me enseñó que no debemos dejarnos robar las elecciones.
Martuchis pensando en la playa : Hablemos de eso en el hotel de mi marido
Abudinen con el signo $ en los ojos: 70.000 veces le he dicho que sí
Yidis casual: Cuenten conmigo, cobro poco
Duque sin titubear: Delego al Ñeñe
Cabal: Estudien vagos
Varguil: No haga preguntas difíciles
Uribe mientras revisaba el recibo del chance con el número 6402: Siguiente pregunta
Cabello: Depende
Cuando el Tino preguntó ¿entonces por quién toca votar? todos rieron y Silvestre con acordeón en mano gritó !Que siga la fiesta, les voy a cantar «Mi propia historia» todos aplaudieron, Silvestre hizo cambiar de tema y salvó al resto de responder la pregunta incómoda, !Ajua! gritó nuevamente Zapateiro y yo desperté sobresaltado de esa pesadilla.
ÁLVARO CAMACHO ANDRADE
Respetado Columnista:
Excelente.
Y ojalá despertemos de la pesadilla en la que está inmerso el país, desde hace 20 años con el eterno guerrerista y más de 30 años con la clase pollitica tradicional, que no admite que el pueblo esté hastiado de sus gobiernantes corruptos.
Excelente. Divertido pero con un trasfondo muy complicado.