Han Kang nació en Gwangju, Corea del Sur el 27 de noviembre de 1970. Laureada con el Premio Nobel de Literatura 2024. Es la primera surcoreana y primera mujer asiática en obtener este galardón. Resalta la Academia Sueca al otorgarle el Premio que tiene una prosa poética en donde expone la fragilidad de la vida humana y confronta traumas históricos, destaca cómo su obra conecta el cuerpo y el alma, a los vivos y los muertos, con una innovadora prosa. Con un dominio exquisito de la pluma basado en la observación de la sociedad surcoreana de su historia desde mediados del siglo XX, utiliza la metáfora para contar historias, algunas ficticias, dan forma a una literatura excelsa.
No es una lectura fácil, puede ser el hecho provenir de una cultura oriental, con formas diferentes de ver y sentir la vida, pero es un acto literario de rebeldía, que lleva a releer páginas de esta singular obra. “La vegetariana” publicada en 2007, ganó también el Premio Booker Internacional en 2016. Es una novela casi violenta en la que cuenta la historia de una mujer casada, “joven y de apariencia normal” que no tiene ni virtudes destacadas ni defectos especialmente notorios. Deja de comer carne de un momento a otro y luego se observa a sí misma como un árbol. Es una obra en la que el cuerpo, la mente y la sociedad se entrelazan en una lucha visceral, es una lucha por la individualidad, el ser.
Es el retrato de una mujer que refleja el cumplimiento de tradiciones en la sociedad surcoreana, donde el papel de la mujer está delimitado por expectativas muy machistas de una cultura capitalista, en donde su padre ex militar, que se jactaba de matar comunistas en la guerra de Vietnam, la había criado a base de azotes hasta los diecisiete años. Un país en donde se imponen reglas de estética y comportamientos acordes con el consumo propios del capitalismo. Es un retrato de aislamiento en el que se sumerge sin pedir permiso.
La vida de Yeonghye da un giro radical cuando, tras sufrir una serie de pesadillas brutales y sangrientas, toma la decisión de volverse vegetariana. Poco valorada por su esposo, un hombre egoísta y superficial, muy disgustado con el cambio tan grande en el comportamiento de su esposa, a quien la ve como un ser insustancial, ineficaz e insignificante. Este acto desencadena una serie de eventos que sacuden su vida familiar y social, revelando las tensiones latentes entre su identidad individual y las imposiciones externas. Hay pasajes como tratar de introducirle comida a la fuerza, son muestras figuradas, de violencia de cargas que impone la sociedad.
La decisión de Yeonghye de dejar de consumir carne es mucho más que un cambio dietético; es un primer paso en una transformación profunda que afecta tanto a su cuerpo, como su mente. Este rechazo se convierte en un acto de resistencia, un desafío contra su esposo, su familia, contra la estructura de poder social surcoreano, en donde existe hace años una gran desigualdad de género, que se manifiesta en la brecha salarial, en las tasas de empleo, de responsabilidad en el hogar y la segregación ocupacional. La carne y su consumo se presentan como símbolos de la violencia y el control que la sociedad ejerce sobre el individuo, sobre todo, en las mujeres. Ser vegetariano es una forma de rebelión contra un sistema.
Las mujeres surcoreanas son las mejor preparadas académicamente en los países de la OCDE, pero tienen mayor desigualdad salarial del 31,1% entre hombres y mujeres, casi tres veces el promedio de la OCDE de 11,9%. En cuanto a la participación laboral, la proporción de mujeres coreanas fue 17,2% menor que en los hombres. Las mujeres tienden a ocupar puestos de trabajo temporales y mal pagados, con menos probabilidades de ser ascendidas a puestos directivos en su lugar de trabajo, siendo incluso, más competentes en muchos casos que los hombres.
“La vegetariana” aborda la transformación física y mental de su protagonista. Su cuerpo se convierte en un campo de batalla en el que se enfrentan los deseos y expectativas de los demás con su propia necesidad de liberación. Deja de ser vista como una persona por quienes la rodean, se convierte en un objeto de fascinación, preocupación y deseo. Su decisión de rechazar el consumo de carne, y con ello la violencia inherente al acto de comer, es una forma de rechazar la violencia que la rodea, tanto en su vida familiar como en su entorno social. Y entrar en armonía con la naturaleza que significa una forma trascendental del cambio.
Plantea una crítica a las estructuras de poder que oprimen a las mujeres en la sociedad, especialmente en Corea del Sur. La novela es una muestra aguda de cómo una sociedad patriarcal impone un control muy fuerte sobre los cuerpos y las mentes de las personas, en especial, con las mujeres. Da una mirada sobre los límites de la libertad personal y la presión que se ejerce. Han Kang nos desafía en la lectura de esta novela al cuestionar normas sociales y los límites de la cordura.
Queda la reflexión de cómo al tomar la decisión de dejar el consumo carne puede ser visto como una locura, lo sencillo en un problema, así como la singularidad en un estilo de vida, pueda verse como una amenaza.
Leí el libro. Es una historia impactante. Me atrapó. También leí Imposible decir adiós. Sin palabras.
Han Kang tiene el poder de hacernos reflexionar sobre la complejidad humana de una forma profunda y casi dolorosa. Excelente escritora que apenas estoy descubriendo. De ella, me estoy leyendo el libro: La Clase de Griego. Recomendado.
Impresionante lo que para nosotros es una decisión personal, en países como ese se convierte en un acto de resistencia. Buen artículo, gracias por compartir.
Un buen artículo , no es fácil asimilar lo de la vida y la muerte