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CulturaLas mujeres de Simón Bolívar.

Las mujeres de Simón Bolívar.

Por DANILO  SALAZAR RÍOS.

La existencia de este guerrero, estadista,  libertador y visionario  estuvo repartida entre el olor de la pólvora  de las batallas que nos liberaron de las cadenas españolas y la compañía de hermosas mujeres, existe unanimidad en que era un gran seductor, pero nadie está en condiciones de nombrar todas sus conquistas femeninas, algunas de las cuales eran mujeres europeas habituadas a los coqueteos y escarceos amorosos, perfumes, sábanas, encajes y aventuras galantes, y otras por el contrario humildes campesinas que le entregaron al libertador su doncellez en lechos de hojarasca, acompañadas de sinfonías de grillos  y pájaros.

Una de las primeras mujeres a las que tiene acceso siendo muy joven es María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, una bella rubia, descendiente del virrey Azanza, a quien conoció en Veracruz, México, fue un amorío fácil, ella se le entregó por tres semanas, sin dejar mayor huella en él, que estaba ansioso por llegar a España.

En  España conoce a María teresa del Toro y Alaysa,  emparentada  con el conde de Rebolledo, comparte con ella, iniciando un amor que no gustaba al suegro, que no quería que su hija se casase con un muchacho de 17 años, en artículo escrito en  “El Tiempo” el jueves 17 de  febrero de 1994, página 5-A Germán Arciniegas cuenta así el suceso:  “su padre, el Marqués del Toro, quiso desbravar al novio, mandándolo a Francia a que conociera un poco  el mundo antes de entregarle a su hija.  Se trataba de un mozo  todavía cerrero, que necesitaba domarse, tomando un poco de trato de las gentes”. De paso por Francia se hospeda en Bayona, en casa de don Manuel Tristán, emparentado con el virrey de Perú, Marino Tristán, su esposa  Teresa Laisney, una francesita con muchos atractivos,  le enseñó  las bellezas de los campos franceses y el encanto de la lengua, guardó dos cartas románticas de él,  que años después leería Flora Tristán, hija de Teresa, nacida nueve meses después de pasar por ahí  Bolívar, por lo que se considera a Flora como una posible hija de Bolívar, se ha especulado mucho sobre hijos del héroe, sin poderse  comprobar  nada, Flora  Tristán fue una de las abanderadas francesas del socialismo e inventora del grito “trabajadores del mundo , uníos”, fue escritora política que vivió en  Londres al mismo tiempo que Marx ”, añade el señor Arciniegas “quién  lee los manifiestos de Flora, se da cuenta de que la literatura que ella manejó no parece heredada de don Manuel Tristán  sino una prolongación inconsciente de las proclamas del libertador”, también  fue abuela de Gauguin, pintor de los  soles y colores de la polinesia, de los tahitianos, quién causó revuelo con su obra en París.

Bolívar regresa a Madrid, se casa con María Teresa  en 1802, luego de viajar por  Europa por casi dos años, ella moriría de fiebre amarilla antes de cumplir un año de casada,  con su muerte, el que parecía destinado a ser un terrateniente feliz, contando las vacas que tenía en las haciendas heredadas de su padre, se convirtió en el  jefe militar más famoso de América; en primer lugar, porque el general Petión fundador de la republica de Haití, en 1807 les impuso a Francisco de Miranda y a Manuel Piar, el mando de Bolívar para reconquistar Caracas, y  en  segundo lugar, porque  luego de su encuentro con San Martín en Guayaquil,  salió convertido en jefe de todos los ejércitos que luchaban por la independencia de sus países.

Viudo, regresa a Europa, y allí se encuentra con una parienta lejana, Fanny du Villard, y comienza a gozar de sus encantos de mujer, acostumbrado a los amoríos inocentes  y fugaces, recibe de ella la enseñanza de todos los placeres, lo que le hace llamarla “el elíxir de mi vida”, en casa de Fanny conoce  al varón Alexander Von Humboldt, quién se asegura, lo avergonzó al comentar:  “su país está maduro para la independencia, pero  yo  francamente no veo quién pueda dirigir esa empresa” .

Posteriormente,  en su periplo  Bolívar coteja en Milán a Marina, amiga íntima del escritor y dramaturgo  Alejandro Manzoni,  modelo del romanticismo  Italiano, quien no pudo evitar que  ese joven intruso caribe disfrutara de los encantos de su amiga.  Bolívar al hablar de ella dijo: “Esa mujer ha decidido mi suerte”.

Otra de las más conocidas de  sus mujeres  es Josefina Machado  una de las quinceañeras que lo coronaron en la iglesia de San Francisco en 1813, quien se disputó con otras caraqueñas el honor de ser la amante del guerrero libertador,  inmerso de lleno  en esos momentos en “ la campaña admirable”, se  dice que Bolívar la consideró el mayor amor de todos, la fogosa Pepita Machado retuvo a Bolívar por cuatro días en sus brazos, y dicen que  por esa razón el desembarco en Acumare fue un fracaso con consecuencias dolorosas.

Uno de los amores más cuestionados, envuelto en las brumas de la  fábula, es el sostenido por el  entonces Coronel Bolívar con Ana Lenoit de 17 años, hija de un francés, se dice que ocurrió a orillas de río Magdalena,  donde existen pueblos casi olvidados  y se cuentan grandes  sucesos que hacen parte de nuestra historia, supuestamente el libertador se detuvo dos días en el pueblo de Tenerife, según la leyenda  ambos recitaban en voz alta y en exquisito francés, versos  y poemas  de autores  románticos franceses. Nuestro  Nobel de Literatura, recreó ésta historia  en su libro “El general en su laberinto”, mostrándolo como un hombre pasional y muy humano,  sin embargo Vicente Lecuna desvirtúa la historia por considerar que estando en guerra y queriendo sorprender al enemigo, Bolívar no podría haber estado en Tenerife  ni por unas horas. En  “El Tiempo”, jueves 30 de Diciembre de 2010 , página 18, el  escritor  Ramón Molinares Sarmiento escribió un artículo llamado “Las  mujeres de Bolívar”,  dice lo siguiente sobre el romance:  a los versos de Anita,  Bolívar respondía “ con unos versos que, cambiándoles una palabra, repetiría muchos años después, cuando en su último diciembre, bajaba enfermo por las aguas del río Magdalena  a morir en Santa Marta: “¡ Oh río mira ¡ el año apenas ha terminado / y cerca de tus ondas que ella tanto quería /vengo a sentarme solo en tus arenas/donde la viste un día”, según el citado  autor  al despedirla en Tenerife él le dijo: “ No, tú no puedes ir a la campaña del Magdalena”, ella no lo  olvidó a pesar de los años en que no se vieron, y cuando viajó a  llevarle  flores a  Santa Marta, ya estaba muerto. ¿Este amor  fue  realidad o ficción?,  no lo sé, pero la historia me emociona.

Una de las bellas mujeres que pasó por la vida de Bolívar fue Isabel Soublette, prima de Pepita Machado, competidora y  enemiga de ella, por el amor del  libertador,  era además hermana de uno de los  militares del ejército libertador, Carlos Soublette; un malintencionado dijo que el ascenso de este general se debía  a que su hermana compartía cama con Bolívar, y  basado en éste chisme Karl Marx escribió  un libelo contra el libertador.

Otra famosa quinceañera, una de las  que  coronaron a Bolívar en Bogotá después de su triunfo en la batalla de Boyacá, fue Bernardina Ibáñez, quién tampoco pudo resistirse a los requerimientos  del héroe, y no pudo negarle sus encantos, ella y su hermana dejaron huellas en la historia de Colombia.

Especial mención en este abanico de amantes de Bolívar merece Julia Corbier, criolla  que lo salvó de la muerte en Jamaica,  en Kingston, una noche mientras él colmaba de  apasionados besos el cuerpo  dulce y moreno  de ella, el puñal de un traidor se enterró en el cuerpo de Félix Amestoy, quién ocupaba esa noche la hamaca, donde generalmente dormía  Bolívar .

Por supuesto en la larga  lista de conquistas de Bolívar, no puede faltar, Manuelita Sáenz, la más conocida de sus amantes, dama de la alta sociedad, casada con un médico inglés, el día que conoce al guerrero,  le lanza un ramo de flores, después de tener intimidad con el libertador,  enamorada, empieza  a querer ser parte de su vida, y Bolívar intenta distanciarse de ella,  luego de un intercambio epistolar entre los dos, Manuelita decide no seguir a su marido y salir tras su amante, se lo explica en carta que le envía; vestida de militar  participa en escuadrones de caballería en las batallas de  Junín y Ayacucho, recibe por sus servicios el grado de coronel,  sigue manuelita a su amado hasta  Perú y después de consolidada la independencia regresan a vivir a Bogotá, allí  salva al libertador en  la famosa “conspiración septembrina” cuyo propósito era asesinarlo acusándolo de dictador, se dice que la fuga en medio de la noche le causó posteriormente problemas de salud y la muerte. El 8 de Mayo de 1830 Bolívar salió para Santa Marta, no permitió que ella lo acompañara, fallece solo, cuando ella llega al país, es expulsada por Santander, lo mismo ocurre en  Ecuador, sobrevivió a Bolívar por más de 20 años, los últimos los pasa en mucha pobreza y  muere en 1856. En el 2010, en el marco del bicentenario del inicio de la independencia, en Venezuela, el presidente de esa época, Hugo Chávez, la asciende de manera póstuma a general del ejército Bolivariano como un homenaje por su participación en la independencia de nuestras naciones.

Según el locutor y conferencista venezolano Cesar Pérez Guevara, hay más amantes de Bolívar, él mismo alardeó de haber tenido unas 40, Pérez nombra a: Paulina García, Francisca Zubiaga Bernales de Gamarra, apodada la Mariscala, Benedictina  Nadal y Jeanete  Heart, según el citado señor,  en su condición de criollo y millonario, habría que  añadir a su lista otras mujeres, que por su condición no eran bien vistas en esa época, es el caso de las esclavas con algunas de las cuales habría tenido amoríos, de igual manera  Ramón Molinares nombra a una humilde campesina llamada Juana Pastrono Salcedo como una de las primeras doncellas con quien el libertador tuvo un amorío, y también nombra a Aurosa Pardo y a Delfina Guardiola, de esta última dice, le cerró la puerta en la cara a Bolívar, él saltó por la ventana y se encerró  por tres días y tres noches con ella. Concluye  el señor Pérez que, indudablemente  el mayor amor de Bolívar fue la gloria y que en carta al general Sucre escribió “Nadie ostenta la gloria impunemente, y yo amo más que nada la gloria”, añade que, desilusionado de los resultados de sus años de batallas, en carta a  Juan José Flores dice “el que hace una revolución ara en el mar y siembra en el viento”.          

3 COMENTARIOS

  1. Sobre ese particular les sugiero consultar el libro de Gerhard Masur, «Simon Bolivar» y una publicacion del antiguo Circulo de Lectores intitulada «Caminos Abiertos por Simon Bolivar» que considero son fehacientes, serias, bien documentadas y hasta divertidas. Buen provecho.

  2. Mis parabienes al autor de este magnifico articulo por el que logra, de manera delicada y amable, hacer un retrato fiel del Bolívar estadista, guerrero, poeta, y apasionadamente «mujeriego» y humano que por siempre deberá ser motivo de orgullo para todas las generaciones porvenir, y ni se diga de los auténticos Bolivarianos de entre los que yo soy uno de los mas humildes.

  3. Excelente Articulo. Que bueno hablar con El Historiador Herney del Instituto Bolivariano de Historia, es la persona que nos puede ampliar mucho mas del tema.

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