A lo largo de la historia colombiana han surgido líderes de gran relevancia que apuntaron a darle visibilidad a las personas homosexuales; por ejemplo, en la década de los cuarenta, una época conservadora en Bogotá, se conformaron «Los Felipitos» como un grupo de personas que dieron origen a los primeros bares de homosocialización.
Pero son, sin duda, los años 60′ y 70′ donde se nos abre otro panorama. Comienzan con mucha más fuerza los «Nuevos movimientos Sociales», que permitieron la liberación de pensamiento. Nace el movimiento gay en el mundo y esto, sin duda, nos da pie en el país para salir del closet.
León Zuleta, Manuel Velandia, Manuel Ernesto Rodríguez y Guillermo Cortés, solo por mencionar algunos, nos abrieron el camino a lo que se visionaba como la lucha por los derechos de nuestra comunidad. Pero fue tan sólo hasta finales de los años 90′, si la memoria no me falla, donde líderes de todo el territorio nacional se movilizan en el marco del fallido primer proceso de Paz con las FARC, teniendo en cuenta por primera vez a la población LGBT en este contexto a través de «Planeta Paz».
Amigos como Hernando Muñoz, Marcela Sánchez, Carolina Giraldo, Carlos Tovar y el Líder Giovanny Cano, entre muchos más, se pusieron la camiseta en la construcción de la paz. Permitieron, por primera vez, hablar de la sigla LGBT (Lesbianas- Gais- Bisexuales y Trans). Pese a que no se consolidara el proceso, se logró el nacimiento de tres organizaciones que actualmente abanderan la defensa de los Derechos Humanos de la población diversa en el país como Colombia Diversa, Santamaría Fundación y Caribe Afirmativo.
Por su parte, en Risaralda, recién llegado a Dosquebradas en el 2010, participé de un encuentro que lideraban Giovanny Cano y Jorge Andrés Ortega a través de la Alcaldía de Pereira y Fundación Hábitat, donde conocí algo acerca de LGBT. Meses después, en un encuentro Regional de la formulación de la Política Publica LGBTI, me relacioné con Francis Echavarría, Anderson Gallego y un puñado de personas que creían en la transformación de una sociedad que todavía sentía miedo y terror por nosotros.
Dos años después nos unimos Francis Echavarría, Jair Restrepo, Jorge Ortega, Jaime Ricardo Cadavid, Líder Giovanny Cano, Carolina Toro y un 27 de julio le dimos vida al Colectivo «Prisma», que nació como un grupo de estudio para autoformarnos, hacer incidencia social y comenzar a movilizarnos en Pereira y Dosquebradas. Ese experimento funcionó, muchas personas se unieron en días posteriores.
Tres años más tarde le dimos vida a la Fundación Plataformas, lo cual creció hasta llegar a Caldas, Quindío y muchos municipios de Risaralda. Pero, desde inicios del 2019, veo que las organizaciones de Risaralda van en declive.
Nos dedicamos a hacerle el trabajo a las gobernaciones y alcaldías en cumplimiento de los planes de desarrollo. En muchos de los casos no se recibe reconocimiento alguno. A raíz de eso, siento que los líderes LGBTI dieron un paso al costado, se cansaron y nunca, desde el Estado y la sociedad civil, se les brindó apoyo.
A lo anterior, se le suma la apatía de la población y las peleas internas de parte de las organizaciones sociales, entre los integrantes de estas y una contra otra. La situación se volvió aguda, perdiendo posicionamiento y credibilidad en la misma población, la cual ya no le jala a las peleas, soberbia y petulancia de los activistas. Por lo cual, se perdieron, sino todos, muchos de los espacios que se habían logrado.
Ahora sólo nos reunimos para anteponer los intereses particulares, la vocación social se perdió y nunca se llegaron a acuerdos entre las mismas organizaciones sociales. Los que estaban terminaron rotos porque, como nos lo enseñó Hernando Muñoz: «no fuimos capaces de tragarnos los sapos».
Este artículo va más allá del interés de activistas y de organizaciones, porque «los LGBTIQ necesitan revolución, y merecen renovación». Se necesita sangre nueva, que tome y ondee las banderas del colectivo, que la población no sólo aparezca el día de la marcha en junio, sino que no sientan miedo de defender los derechos de todo el colectivo.
Necesitamos una renovación profunda, que se deje la codicia y de pensar sólo en dinero, retomando la ruta social que se traía, obviamente se requiere dinero para los proyectos, pero es evidente que a las administraciones locales y departamentales no les interesa esta población, sino sumarles a sus metas y entregar contratos a entidades sin experiencia. Esto sucede por la falta de organización de las mismas ONG’s, lo cual implicaría caminar juntos en pro de la comunidad y en la búsqueda de cofinanciación con instituciones internacionales para diferentes proyectos.
Retomemos el rumbo, bajemos las armas y busquemos revolucionar el nuevo activismo que impacta, retomando la confianza y, sobre todo, escuchemos a la población que representamos. Es hora de unirnos nuevamente, reclutar nuevos soñadores, buscar lo que nos une y cambiar los intereses particulares por los colectivos.
DATO FINAL
¿Se enteraron que el Viernes Santo asesinaron a un integrante de los sectores LGBT en el barrio el Japón de Dosquebradas? ¿Será otro de los múltiples crímenes ocurridos en Risaralda que queda en el olvido, o esta vez si tendremos resultados por parte de las autoridades? Seguiré esperando, como espero, desde hace 9 años, respuesta por los 50 casos que reporta a hoy Colombia Diversa.
Interessnte pues es una realidad que las personas defensoras de derechos lgtbiq no podemos olvidar nuestras responsabilidades de sustento economico y tenemos que dividirnos en nuestras obligaciones pero tambien nos decepcionanos al ver la institucionalidad muy tranquila. Preocupante y tambien lo vengo diciendo en muchos excenarios sobre nuestra endofobia.
Totalmente de acuerdo, sobre renovación y cambio para la Poblacion LGBTIQ.
como Activistaque Soy, Veo demasiada Discrepancia y endofobia entre los mismos colectivos. Y líderes Sociales queremos pasar, por encima de los demas Activistas, no respetan el trabajo que desde décadas y años vienen realizando activistas y líderes antiguos uno habla y les llama la atención dicen que uno se cree el papa de los pollitos cuando el espacio que ellos tienen ahora es un trabajo duro que se viene haciendo y Visibilizando desde años atrás encierros,madera maltrato señalamientos y hasta muertes para lograr lo que hay ahora. Para el estado Y el Gobierno querer hacer de lado o acabar con un trabajo de de décadas muchos años de lucha,en ciertas reuniones de mesas, se puede observan la soberbia y la diferencia que ciertos líderes y Fundaciones se llevan, que lastima y que dolor siento. Hacemos marchas, reclamamos derechos, y respeto cuando entre nosotros mismos somos endofobicos,Luchamos contra la homofobia y nosotros bien endofobicos
Tristemente es necesario reconocer que para ser aceptados, se necesita primero aceptarse, respetarse y dialogar; si eso no sucede al interior de los colectivos, muy difícilmente sucederá al exterior de ellos, y más difícil será que sean escuchados. Nadie da o puede dar de lo que no tiene.