Por DANILO GÓMEZ HERRERA
Pregonero de tu historia
Guerra psicológica, veto y censura:
Transcurría el año de 1984 y yo laboraba en RCN Pereira. Hernán Mejía Campuzano era el presidente del equipo “Matecaña”. Fueron más de 20 años haciendo su tarea, desde secretario hasta presidente. Ha quedado en la historia como el dirigente más importante del Deportivo Pereira.
Los hechos: el citado directivo era un hombre con poder en lo deportivo y social, y el joven periodista Danilo Gómez Herrera se atrevió a criticarlo.
En un programa radial lo cuestioné porque había impedido que la Liga de fútbol organizara los preliminares en el estadio. Señalé que era un vulgar chantaje, como retaliación contra Orlando Restrepo Vásquez, el presidente de la entidad aficionada, quien no le firmaba las transferencias de jugadores juveniles integrados al equipo profesional porque el Pereira no le pagaba a la Liga el 1% de las taquillas como lo establecía la Federación Colombiana de Fútbol.
¡Ahí ardió Roma! Estalló de la ira don Hernán y me prohibió el ingreso a las oficinas del equipo para averiguar las noticias. Y cero entrevistas. No existían los celulares y menos el internet. Entonces el periodismo era presencial en el sitio de los hechos.
Vetado y censurado me las arreglaba para buscar las noticias. Eso sí, podía ingresar los domingos al estadio para las transmisiones. ¿Y mi trabajo de reportería en el camerino? a 9,15, como se dice en el fútbol.
Dos técnicos extranjeros del Pereira en esa época también me vetaron. ¿Solidaridad con el patrón?
El periodista británico George Orwell dejó la siguiente frase para la posteridad…”Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Lo demás, son relaciones públicas”.
En mi ímpetu juvenil pensé que la situación no pasaría a mayores. Estaba equivocado. Por el contrario, la situación empeoró. El cronista arreció las críticas y el dirigente contragolpeó con furia.
El hecho es que los juzgados se convirtieron en mi fuente predilecta. Resulta que allí había noticias del Deportivo Pereira ya que sufría demandas de jugadores y otros acreedores, y esas informaciones me llegaban de inmediato.
Hubo quejas del Pereira ante RCN, y luego cuando pasé a Caracol en 1985 la situación no cambió. En esa ocasión la estrategia del directivo fue pedir mi cabeza. Entonces escribió al gerente de Caracol anunciando que mientras Danilo Gómez trabajara allí no se suministraban informaciones.
La respuesta de Alberto Ángel Arango fue enérgica en respaldo para el periodista. Una decisión que siempre valoré. (Carta adjunta)
En medio de esa acalorada disputa nadie propició un acercamiento. En 1985 estando en Medellín realizando entrevistas en el hotel donde se alojaba el Pereira, recibí una amenaza muy fuerte por parte del dirigente. El hecho lo denuncié en la radio, pero no ante la justicia: “Qué hacés aquí hp… Si seguís jodiendo te voy a mandar a los de la moto”, me gritó furioso don Hernán. El dueño del Pereira en ese momento, Germán García, lo abrazó, y le dijo…”Hernán, vámonos, dejá tranquilo a Danilo”. En ese momento los jugadores que entrevistaba quedaron asombrados. Y yo, con un susto ni el berraco.
La pipa de la paz: finalizando el año de 1986 cuando se hacían las reuniones para el Suramericano de fútbol juvenil de 1987 en Pereira, en medio de un coctel, fui abordado por Hernán Mejía Campuzano en tono conciliador, quien me dijo: “Danilo, ya estoy muy viejo, y usted no es un niño. Lo invito a terminar con esta pelea”. Le respondí a Don Hernán que simplemente hacía mi trabajo, y que no tenía problema en reactivar la relación profesional.
Sonó el chin de las copas…y al calor de una champaña nos dimos la mano. Sin testigos, sin intermediarios. Entre los dos se puso fin a ese episodio. Y ambos estábamos sobrios.
A partir de ese día toda revista o libro que publicara la Conmebol, don Hernán me lo hacía llegar con su firma y alguna dedicatoria. Y por supuesto regresaron las entrevistas, y yo, seguía en Caracol.
La anécdota: en abril de 1997 jugaban Paraguay y Colombia por la eliminatoria a Francia 98. Estando en Asunción me proponía realizar unos reportajes con los exfutbolistas que habían militado en el Deportivo Pereira. En el hotel donde se alojaba la Selección Colombia me abordó Hernán Mejía Campuzano y me dijo: “Nicolás Leoz el presidente de la Conmebol nos llamó a los dirigentes colombianos a una cena privada en su casa, y usted es mi invitado Danilo”. Luego de agradecerle ese noble gesto le comenté a don Hernán el compromiso que tenía esa noche ahí en Asunción con Gaona, Gómez, Rolón, Sossa, Pangrazio, Vega, Del Puerto, Paniagua y Rivarola, para unos reportajes. Relato este detalle para mostrar esa faceta cálida de Mejía Campuzano, quien falleció en Pereira el 6 de marzo de 2019.
Don Hernán, ¡descanse en paz viejo querido!
A pesar de lo ocurrido siempre lo recuerdo con gratitud porque eso me llevó a ser investigador, a buscar la noticia, y también a madurar como cronista. Es lo que se llama experiencia adquirida.
C O R P E R E I R A:
La creación de Corpereira en 1986 por parte del dirigente pereirano Carlos Arturo Mejía parecía el camino de la salvación. Era el sueño de consolidar un verdadero club con los escenarios de la Corporación deportiva Centenario y con emisión de acciones. Este empresario fue asesinado en 1987, tras dirigir con rotundo éxito el Suramericano de fútbol juvenil en Pereira. Conservo la fotografía donde aparecen Carlos Arturo Mejía con su pequeño hijo, el padre Valencia y “Chila” en el coliseo menor, firmando el acta de creación de Corpereira.
Pinceladas de la historia
El equipo matecaña es un sobreviviente en el fútbol colombiano. La falta de recursos económicos lo llevó a desaparecer de la Dimayor en 1954 y 1955, por aquello del pacto de Lima cuando los futbolistas extranjeros debían regresar a sus países. La nómina del Pereira era integrada por paraguayos. Reapareció en 1956 gracias a la gestión de Don Isaac Gómez Murillo. Este señor cívico sí era un mecenas de verdad.
Ganar un clásico regional o un partido ante los equipos grandes le permite al hincha alimentar la ilusión, pero todo queda ahí. A pesar de las buenas campañas realizadas en diferentes épocas, el título en primera división siempre ha sido esquivo. En 1989 un mediocre árbitro convalidó un gol contra el Pereira en Bogotá frente al Santa Fe cuando el balón estaba a 5 metros de la línea de gol en el momento en que fue rechazado por Heberth González. Eso solo le pasa al Pereira.
Deportivo Pereira fue el primer equipo en Colombia que entró en un proceso de liquidación en el cual ha estado sumergido durante estos últimos 7 años. Como no se realizó la subasta anunciada, entonces hubo venta directa. Ahora comienza una nueva etapa con el popular Sócrates Valencia, reconocido dirigente del fútbol aficionado en Pereira. Se espera que con él haya una nueva filosofía en la administración del equipo.
Ojalá sea fructífera su tarea para lograr por fin un título, tan esquivo en siete décadas de paciente espera. La hincada “Matecaña” sueña con mejores resultados con los nuevos patrones del Deportivo Pereira.
Respetado Columnista: un humana y grata reseña de un trabajo honesto y riguroso por parte de un verdadero Periodista Deportivo.
Desconocía ese trayecto de luchas y glorias
Esperamos ver los equipos del eje cafetero en contienda: con respeto.
Equipos del eje cafetero con solidez financiera y manejo honesto.