«He llorado. He llorado en abundancia. Creo que la no última vez que lo hice fue cuando mi madre desencarnó. Un día que era el más calmado, el más sereno del paro/revuelta nacional; Un día para celebrar; Siendo las 7 y 25 de la noche se hizo mil pedazos. El anhelo de que prevaleciera el respeto al otro, el respeto entre diferentes, explotó en medio del sonido de las balas. Ver dos jóvenes baleados, a quienes creímos muertos de inmediato, me rompió el corazón. Y 3 o 4 días después ¡Lo mismo! ¿¡qué p&%$ les pasa!? ¿¡que p/&%/%& m&/%/&%% tienen en su cerebro, en sus corazones!? ¿¡qué clase de seres humanos son!?» … Escribí esa semana. Y sigo parado ahí.
Luego de esos dos asesinatos vino una oleada de amenazas. Supe las de Juan Pablo, las de Ana. Pero el paro siguió. Si alguien creyó que asesinando o amenazando muchachos iban a parar esa marejada [lejos aún de maremoto (…)] se equivocaron. Siguió por meses. Lucas y Héctor se volvieron símbolos. De hecho, el mar que la originó, sigue ahí. Poco o nada ha cambiado. Sólo cambió que pudimos ver por un momento lo que la comunidad internacional y las cifras dicen: Somos uno de los países más injustos, inequitativos e indignos del planeta. Y ese mar lleno de pestilencias, sigue ahí. Un paro, así dure meses, difícilmente va a cambiar algo que lleva décadas, siglos construyéndose. Sólo un compromiso de largo aliento, de los grandes y medianos empresarios, los políticos (¡se coge la cara! 😱), las universidades, los grandes medios, iglesias, comunidades, mejor dicho: de todos aquellos que pueden influir en algo, puede… reducir el tamaño de la próxima marejada (…). ¿Chile era el modelo en el pasado? ¿y su constituyente en el presente?.
Y también vinieron los rumores sobre Lucas. Muchos. Algunos los he confirmado con gente de su entorno. Otros son parte de esa perversidad enferma y muy colombiana de ser tal vez el único país del mundo donde el asesinado es quien debe dar explicaciones de por qué fue asesinado y no sus asesinos. Al ritmo que vamos los niños (menos de 4 años) que cada año se asesinan en Pereira (…), según los datos de medicina legal, tendrán que explicar por qué los matan: ese niño «algo debía» «algo hizo» «por bueno no fue» «quién sabe en qué andaba» «las amistades» … ¡aquí el único asesinado bueno es nuestro familiar más cercano!¡todos los demás debían algo!¡ESTAMOS ENFERMOS!
Lucas era el diablo. Puede ser. Digamos que sí. ¿y? ¿y quién dijo que en Colombia hay pena de muerte? ¿y (entre muchas preguntas) ¿por qué matarlo en plenas manifestaciones? ¿y por qué hacerlo en el sitio que en ese momento simbolizaba el paro nacional en el área metropolitana? …¿seguimos?¿como rara la cosa no?… ¿por eso será que hay tanto cuento?… ¿se les fue la mano?…
Es una vergüenza lo acaecido. Llamemos las cosas por su nombre. ¿Por qué se han resuelto tantos crímenes cometidos en el Paro menos ese, uno de los primeros? «Condenamos lo sucedido en Pereira con el joven Lucas Villa y sus compañeros mientras marchaban pacíficamente en el viaducto. @DirectorPolicia Vargas, tenemos que dar con el paradero de culpables y llevarlos ante la Justicia. No toleramos estos actos de violencia y los rechazamos» Ordenó el supuesto jefe de las fuerzas armadas. https://twitter.com/IvanDuque/status/1390343761528504324 … También lo exigieron el gobernador y el alcalde: Absolutamente nada ha pasado. La respuesta más cercana a lo que sucedió vino, ya no «asombrosamente» sino, «como era de esperarse», de un medio de comunicación: https://youtu.be/Oj3hlffFo3w?t=269 … ¿será que en el 2022 nos dicen qué pasó? … ya veremos… #NosVemosEnLosCorazones
ADD: Esta es la última columna del 2021… y no sé cuándo será la próxima. Un abrazo, gracias por ESTAR. Te invito a https://chat.whatsapp.com/KK0hFFqFndmKnOKom5Uqmo