“De camino a casa quiero ser libre, no valiente» (mujer anónima). En esta frase se resume la cruel realidad que viven las mujeres en Colombia. Hace un par de años hice una reflexión en esta columna sobre el significado de la celebración del Día Internacional de la Mujer y lo denominé “el día de la vergüenza” para significar y reconocer que somos los hombres quienes debemos tomar conciencia de la necesidad de dar un viraje radical frente al entorno machista y violento que hemos construido para ellas. Es imperativo volver sobre el tema para reiterar que esta fecha es una oportunidad para visibilizar las muchas inequidades de género que hay en nuestro entorno y los derechos que les estamos vulnerando a las mujeres en Colombia y en el mundo.
Es necesario expresar en primer término que dejarle la responsabilidad de la lucha por la igualdad a las mismas mujeres y a los movimientos feministas es otra forma de maltrato y una prueba del machismo que nos agobia. El día de la mujer es un día para los hombres, para que tomen conciencia sobre la vergüenza que pesa sobre ellos pues ha sido el “macho” el que se ha creído superior, el que discrimina, el abusador, el que debe liderar el cambio.
La violencia física y el acoso sexual han sido quizás las áreas que más se han cuestionado en las últimas décadas pero por fortuna han tomado fuerza recientemente las críticas frente a las muchas otras injusticias históricas: la discriminación salarial, la escases de oportunidades y reconocimientos, la poca participación política, los sesgos educativos, etc.. Hacer visibles todos estos atropellos es otra forma de participar en la batalla. Voy a mencionarles algunas cifras que ayudarán a dimensionar las inequidades en cuanto a la participación política de la mujer en Colombia: en el Senado las mujeres son el 21 %, en la Cámara de Representantes el 18 %, en los concejos municipales el 17 %, en las gobernaciones el 15 % y en las alcaldías locales apenas 12 %. Y según el último informe de la ONU —Mujeres y Transparencia por Colombia—tan solo el 3 % de lo que reciben los partidos políticos se destina para ellas. Terrible. Por otro lado, la Casa de la Mujer Stella Brand afirma que Risaralda es líder en feminicidios en el Eje Cafetero con 19 asesinatos en 2019 y que la violencia contra las mujeres en los hogares pereiranos no disminuye. Las cosas van entonces por pésimo camino y tenemos que reconocer que el machismo sigue creciendo, que estamos perdiendo la batalla, que es hora de darnos látigo y recomenzar.
No todo es un desastre afortunadamente. Fue reconfortante observar que la marcha que se hizo en Pereira el 8 de marzo para celebrar el día de la mujer tuvo una masiva participación del género masculino. Fue sin duda una celebración de la vergüenza y expresión de conciencia sobre lo repugnante y brutal que hemos sido los hombres con las mujeres en nuestro medio. Fue una jornada para no desmayar en la lucha por la verdadera igualdad de los sexos y por la reivindicación del papel de la mujer en la sociedad, pero sobre todo para arremeter contra todas las expresiones de violencia machista. Quienes brillaron por su ausencia fueron el alcalde, el gobernador, las autoridades, los gremios, los jueces, los empresarios y los sindicatos. Solo una concejal y uno que otro funcionario de manera personal hicieron de la marcha un estéril ladrido. Al Estado no le importa. ¿Le estamos ladrando a la luna? Qué vergüenza!
Publicada originalmente en El Diario y reproducida con autorización expresa del autor.
Simon de Beavour, filósofa francesa , planteó: » La acción intelectual ,, libre y activa de la mujer, la hacen una,verdadera mujer, no necesitaxreconocimientos».
Excelente columna, hasta los mandatarios con la NO participación en las marchas en favor de de la mujer se suman al maltrato de la misma. Será que ellos no crecieron rodeados de mujeres?
Muchas gracias por tan importante reflexión.