Por ÁLVARO CAMACHO ANDRADE
Siempre cuento que nací en un cuarto oscuro porque tanto mi padre Álvaro Camacho como mi mamá Elsa Andrade de Camacho eran fotógrafos.
Mi madre era una mujer pequeña de estatura, pero muy grande en todo su ser. Se hizo fotógrafa por necesidad porque comenzando la década de 1960 cuando mi papá se ausentaba de la ciudad para cubrir por varios días, ya fuera la feria de Manizales, la feria de Cali, un congreso en Popayán o unos juegos nacionales, los clientes pedían fotos para los eventos sociales.
Inició con cosas sencillas como cumpleaños de los vecinos, un matrimonio y cosas así, hasta que un día llamaron para algún evento importante de la colonia judía. Les gustaron tanto las fotos que durante 30 años fue la fotógrafa oficial del Carmel Club Campestre y de todas las familias judías de Bogotá hasta llegar a trabajar con mi padre en la mayoría de las ocasiones. Fueron objeto de su lente presidentes, Miss Universo, Empresarios, embajadores, Artistas de fama mundial, deportistas, artistas plásticos, intelectuales y cuanta figura pública pasara por las actividades de la colonia.
Ni Maradona se pudo escapar de su click.
Grande mi mamá. Si Maradona te ve en el cielo dirá: «Dios, mira la que me tomaba fotos»
Álvaro Camacho Andrade 26/11/2020
Una anécdota de orgullo, de gratitud.
Felicitaciones.
Gracias