Por ADRIANA VALLEJO DE LA PAVA
En los últimos días algunas personas cercanas al gobierno nacional han rechazado en las redes sociales las críticas al proyecto de reforma tributaria y han reclamado a los opositores que presenten propuestas concretas para superar el alto déficit fiscal.
Siempre es más fácil criticar que proponer en eso tienen razón, también es cierto que se requieren recursos adicionales y que la situación de las finanzas públicas es insostenible, sin embargo, las pretensiones de la reforma, las contradicciones que contiene y la coyuntura social y política del país dificulta la realización de un debate propositivo.
En primer lugar, porque ese proyecto de ley fue ampliamente anunciado, pero no socializado. En segundo lugar, porque no sólo pretende generar los recursos adicionales para compensar la pérdida de ingresos, atender la deuda y el gasto público, sino que pretende ampliar este último.
En tercer lugar, porque no hay argumentos técnicos para incluir en el mismo proyecto de ley una reforma tributaria y un proyecto de inversión: “Por medio de la cual se consolida una infraestructura de equidad fiscalmente sostenible para fortalecer la política de erradicación de la pobreza, a través de la redefinición de la regla fiscal, el fortalecimiento y focalización del gasto social y la redistribución de cargas tributarias y ambientales con criterios de solidaridad y que permitan atender los efectos generados por la pandemia y se dictan otras disposiciones”.
La propuesta concreta es que se retire el proyecto de ley y se revise el programa de inversión pública del año 2022 en forma integral en un proyecto aparte o en el proyecto de presupuesto. Un mejor gasto público no necesariamente implica más inversión. Son muchas las investigaciones que han realizado las universidades, los organismos mulitilaterales y los centros de investigación como Fedesarrollo (Comisión del gasto público y la inversión) sobre la necesidad de reorientar y focalizar mejor el gasto público en Colombia que debería considerar el gobierno nacional.
El largo título del proyecto de ley refleja una manera de entender el desarrollo basada en el aumento de subsidios para superar la pobreza, sin embargo, no todos los programas asistenciales impactan en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Otro camino es buscar proyectos para fortalecer la generación de empleo y la clase media.
El nuevo proyecto de reforma tributaria debería incluir metas para evitar las fugas de recursos que hoy se presentan con los paraísos fiscales, el contrabando, el lavado de activos o la evasión.
Respetada Columnista: reformas tributarias sin asiento cuando:
>Se combata la corrupción.
>Se reduzca el funcionamiento del estado: numero de congresistas y sus asesores, sus beneficios.
numero de embajadas, de cónsules.
>Reducir la burocracia: nacional, departamental y municipal.
>Cancelar la repartición de mermelada que ofrece el gobierno nacional( para el caso cancelar la repartición de tocino)
> Poner impuesto a la riqueza.
> Eliminar las exenciones a las multinacionales.
Bien, otras tantas alternativas que no lesionen el bolsillo del pobre.