La frase «falta de autoridad» podría considerarse de cajón, escuelera o miedo a ser dictatorial; quienes la malinterpretan piensan que la autoridad se refiere a viejos gruñones, personas con mal genio, a la limitación de la libertad de pensamiento y etc, etc, etc. Pensar así es muy común en Colombia y Latinoamérica, ejercer la autoridad no es bienvenida en el trópico; los países más avanzados del mundo piensan muy distinto a nosotros, aquí podemos hablar de la falta de educación que tenemos y a un proceso de atraso cultural. Los que se las dan de intelectuales y los que argumentan que hay cosas más importantes y de fondo, no le dedican tiempo a este término. La introducción se refiere a que la mayoría de nuestros problemas de estancamiento del país, impunidad, enfrentamientos, violencia verbal y corrupción, están alrededor de la falta de autoridad. A los colombianos nos encanta decir que en otros países hay movilidad, respeto, orden, aplicación rápida de las leyes, transparencia, respeto y que todo fluye de una manera más veloz, pero van a esos países y allí respetan, acá ni se les ocurre. Acá no respetamos semáforos, no nos gusta hacer colas, no respetamos protocolos, nos gusta “capar” impuestos y los que más lo hacen están en los estratos más altos. El escudo habla de Libertad y Orden, pero el orden y la autoridad son enemigos de los deshonestos, o sea que acá vamos viendo por qué no nos gusta la famosa autoridad. Las causas de este mal entre muchísimas, son: atraso cultural, falta de educación, funcionarios públicos mediocres, politiquería que contrata funcionarios con intereses particulares, comandantes de policía que no arriesgan su retiro, funcionarios laxos que no arriesgan sus votos futuros y una gran corrupción en el sector público y privado; acá los privados por defender sus intereses particulares y evadir impuestos propician el no cumplimiento de la autoridad. No creo que la solución a este mal sea esperar varios lustros donde nuestra idiosincrasia cambie por el mejoramiento educativo de la población, creo que la autoridad debe ser ejercida desde ya a través de los más educados y en los cargos más relevantes de las administraciones públicas y privadas. El cómo es, anteponiendo en nuestro país el interés general sobre el particular, desde allí todos respetaremos las leyes y las normas. Si una persona va al exterior y respeta a la autoridad de tránsito, pues acá debe hacer lo mismo y evitar ofrecer el “billete”. Identifiquemos a los que deben ejercer la autoridad en todos los campos y exijámosles, la gente sí le tiene miedo a la autoridad.