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LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Actualidad¿Orgullo suramericano?

¿Orgullo suramericano?

El fútbol no es ajeno a la vida y casi a ningún ser humano. Es parte esencial de la existencia hasta el punto en que con los años ha llegado a convertirse en la actividad con mayor capacidad de convocatoria del planeta. El número de países afiliados a la FIFA supera desde hace varios años a los que hacen parte de la ONU, sin duda la mayor asociación de naciones del mundo. Y para confirmar esta realidad baste mencionar que el partido final del pasado mundial de Catar fue visto por más de 600 millones de personas. Todo un récord histórico inigualado.

Los humanos nos hemos acostumbrado a poner en el fútbol todas nuestras pasiones, sufrimos hasta el infarto, lloramos las derrotas de nuestro equipo y gozamos sin límite con sus victorias. Es una relación enfermiza que origina un dopaje colectivo. Las sociedades se fusionan en un frenesí comunitario hasta llegar al delirio. Se exacerban los nacionalismos y las rivalidades. Cuando se juega un partido es como si nada más existiera; el mundo se convierte en una cancha en la que «todo» se decide. Pero como cosa extraña es también uno de los pocos escenarios universales en el que se nos permite ser «polígamos»: ser hinchas del Pereira, de la selección Colombia, de Alemania, de Francia y de Brasil simultáneamente. Podemos tener cinco o seis equipos favoritos e incluso inclinamos nuestros afectos hacia uno de los dos contrincantes en cualquier partido que se juegue en el orbe.

Pero ser hincha de un equipo requiere un lazo fuerte que puede ser emocional, raizal, geográfico o de otra índole. Una sintonía que despierte los afectos y por ende las pasiones. Alguna conexión que no debe ser ajena a las realidades extradeportivas. Muchos colombianos inclinaron sus afectos hacia Argentina en la final de Catar por su condición de país suramericano enfrentado a otro de origen europeo sin tener consideraciones adicionales. No me sentí con las fuerzas suficientes para hacer parte de ese colectivo pues no puedo separar el fútbol de las realidades sociales que se viven en cada país.

No pude poner mi corazón latinoamericano en una selección que representa a la nación menos afecta a este continente. Los argentinos se creen europeos, reniegan de su condición de país del nuevo mundo, consideran a Buenos Aires la París suramericana. Exponen sin vergüenza ante el mundo el más alto grado de xenofobia al incluir en su Constitución Política un artículo que convierte en ciudadano de su país a cualquier «ario» proveniente de Europa con el solo hecho de pisar tierra argentina. Es imposible olvidar que en la guerra del Chaco (en 1984) la población negra argentina fue reclutada de manera desproporcionada y forzosa y llevada a una masacre intencional que hizo parte del blanqueamiento de la nación. Tampoco que Argentina fue el único país de América en donde se ejecutó, en 1919, una matanza sistemática de judíos. Es inocultable también que fue ese país el que le dio amparo a los nazis que huyeron de Alemania después de la guerra hasta el punto en que la población de Bariloche tiene un 50% de habitantes descendientes de germanos.

Y desde el punto de vista deportivo no puedo olvidar que Argentina y Uruguay se amangualaron el 14 de noviembre de 2001 en Montevideo para dejar a Colombia afuera del Mundial Corea-Japón 2002. Una vergüenza de partido. ¿Y qué decir de la reciente actitud de Dibu Martínez de ponerse en sus genitales el trofeo ganado o de los gritos agresivos de Messi contra Jerry Mina cuando botó un penalti en la Copa América? No creo que Argentina pueda ser hoy motivo de orgullo suramericano.

5 COMENTARIOS

  1. Nunca apoye a Argentina, no porque tuviera tanto conocimiento de su pasado repugnable, sino por el Ego gigante que manejan estos boludos.

  2. No vi un solo partido del mundial, la verdad es que no me identifico con ese tipo de apasionamientos. No obstante, de haber participado, no le hubiera hecho barra a Argentina precisamente por sus mismas razones. No tendría sentido.

  3. Muy interesante y acertada Dr Ernesto su evaluacion historica politica que dan fe de caracter de los afgentinos, son el extremo de los alemanes dentro de un total de 220 paises que tiene el planeta en su inteligencia emocional. Es tal la insesates que son los unicos que no reconocen el valor de Pele, pues para ellos hay dos argentinos por encima del verdadero Rey. El mundial fue diseñado para que Messi fuera campeon ya de salida. La ultima modificacion del reglamento de Fifa favorece con los penaltis a Argentina por lo teatreros y poco honestos que son y facilita a los arbitros de Fifa para decidir el marcador.
    Es asi como le regalan un penalti contra Holanda y a este se lo niegan mas tarde.
    Ante Francia nuevamente le dan su penalti y a ellos se lo niegan posteriormente.
    Tan estan acostumbrados a hacer goles desde 18 pasitos, ya que son incapaces de convertir goles de muchos metros de distancia, que ni Holanda ni Francia pudieron con ellos con penaltis y por eso fueron campeones.
    Permitame agregarle mas adelante la asquerosa fotico de esa bandola frente a los holandeses.

  4. Muy bueno su artículo, acertado comentario que desnuda la contraparte del triunfo de este equipo en el mundial del deporte, que como acertadamente UD señala, es el único deporte que nos aglutina como colombianos,y logra la euforia de casi todos los seres humanos.

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