Fundado el 9 de febrero de 2020
LUIS FERNANDO CARDONA
Director Fundador

Sin categoría¿Para qué estigmatizar?

¿Para qué estigmatizar?

Por Juan Nicolás Gaviria B

Desde mis años de universidad, he tratado de consolidar una hipótesis que explique cómo nuestra sociedad ha surgido y establecido sus fundamentos económicos y su aparato productivo. En ese orden de ideas, mi planteamiento aduce a que son: El miedo, la obediencia y el sacrificio, los esquemas fundamentales que nos han regido como sociedad y por ende, la forma en la que funcionamos como ente económico.

Estos tres pilares los tomo de la religión, la católica por supuesto, la cual ha sido predominante en nuestra historia como República. Todos ellos fuertemente arraigados a las creencias y a la fe católica, argumentos rectores que buscan mantener el orden en el establecimiento social.

Permítame explicarme mejor. El temor a Dios limita las acciones de muchos, e indirectamente garantiza los derechos de otros; la obediencia a la palabra de Dios, le sirve a muchos como faro moral; finalmente el sacrificio, hace que ante la adversidad el individuo perdure y siga adelante produciendo.

Sin embargo, de la religión católica nos quedan también otras enseñanzas, estas no tan bien entendidas, pero perfectamente bien aplicas por algunos ágiles especímenes de la política nacional. Me refiero a la estigmatización.

Para la fe católica, los estigmas representan una gracia de Dios, una mística otorgada por éste a los santos, personas que por sus méritos deben ser reconocidas y admiradas por todos; personas especiales que han llevado una vida ejemplar y espiritual; una vida al servicio de Dios y de los desfavorecidos.

Pero estos hábiles individuos le dieron la vuelta al mensaje. Pretenden usar la estigmatización bajo una clara connotación negativa, pretenden señalar y marginar un segmento específico de nuestra sociedad, buscando con ello hacerlos ver y entender como inaceptables.

Me refiero a los “ricos”, así llamados en tono despectivo por él ilustre senador Gustavo Petro. Dijo recientemente este ágil senador que, “el COVID llegó a Colombia en avión a los barrios ricos y, se esparció por Transmilenio a toda la ciudad”.

Pero eso solo es un ejemplo de lo que ha dicho. Constante y frecuentemente la emprende contra este segmento de la ciudadanía nacional, ejercicio que hace con argumentos vacíos y carentes de rigor.

Es costumbre ver por parte del este hábil del discurso, cómo arremete indiscriminadamente contra industriales, empresarios, comerciantes y en general cualquier persona que, sin importar con cuánto sacrificio, obediencia y temor a Dios, haya logrado su buen devenir.

Expresa opiniones en contra de este segmento a partir de juicios de valor, juicios que adolecen de experiencia propia. Pues que yo sepa no ha fabricado nada, no ha generado un solo empleo; a excepción del emprendimiento que fue el M-19, no se le conoce ninguna otra actividad que suponga, sacrificio, obediencia y temor.

Lo que logra de forma magistral, es matricular incautos en un discurso de señalamientos, alimentando el odio de clases y fortaleciendo la polarización. Pero éste resulta ser más peligroso que la polarización política, pues va a la raíz de los esquemas de nuestra sociedad.

Este ejercicio atenta contra el intelecto colectivo, vulnera la capacidad de análisis y el discernimiento de un pueblo, que sólo quiere vivir tranquilo.

Como sociedad demandamos un panorama despejado y claro, pues el 22 requerirá de un análisis crítico y profundo; la pasión y el odio debemos dejarla en casa el día que salgamos a votar, ella no será buena consejera a la hora de elegir.

2 COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más articulos