* Pérdida del valor civil en fanatismos que incitan a la confrontación. ¿Regresión a la barbarie fratricida de la guerra civil?.
* La prodigiosa genialidad del mal y su proselitismo por el control del poder a ultranza.
Ser colombiano es la exuberancia en inteligencia sin capacidad racional. Irracionalidad en la gestión de la vida, la familia, el poder y el contraste de diferencias, divergencias, visiones contrarias del mundo. No ha sido posible consolidar en democracia real convertida en hechos, la formación del proyecto de nación para la coexistencia en la diversidad,
la diferencia y el libre desarrollo de la iniciativa desde los distintos modos de iniciativa y concepción de prosperidad en colectividad. El pensamiento binario impone la idea
segregadora, discriminadora y excluyente según la cual o son los unos o los otros distintos, pero ni juntos ni revueltos. La exclusión, desigualdad, inequidad como idea supremacista de todo o nada. Alternancia imposible. Sabotaje a todo lo que sea contrario. Desde la familia. El 40% de los delitos están en los hogares por violencia intrafamiliar con prevalencia de la agresión de hombres a mujeres advierte esta semana la Policía Nacional de Colombia.
La incitación a las vías de hecho para dirimir quien impone voluntades está en primer plano a la orden del día en donde debió existir civilidad si los procesos sociales y políticos hubieran tenido el curso responsable que corresponde independiente de la alternancia en la gobernanza de las sociedades. En Estados Unidos a dos meses y medio de elegir presidente de ese país con el grado de polarización desatado en su población, datos de investigaciones de opinión dicen que siete de cada cien electores estarían dispuestos a la violencia para subir al candidato de su predilección a la presidencia y otro seis por ciento estaría dispuesto a deponerlo, por vías de hecho. Los medios desempolvan en estas fechas sus documentales sobre la historia violenta de la llamada democracia número uno del mundo, los presidentes asesinados y la cantidad de magnicidios que registra la memoria en aquella nación caracterizada por la omnipresencia en donde quiera que haya guerras en el mundo. La pregunta recurrente en la industria mediática es ¿estaría preparado el país para una nueva guerra civil?.
La incitación a la violencia se inflama cada día en el mundo con las imágenes de Gaza y Ucrania y el barrio arde en suramérica con la tensión en Venezuela, vecino de al lado de Colombia que tiene su propio mapa de violencias internas que con los reportes oficiales tienen su mayor expresión de puertas para adentro en los hogares. Inteligentes para producir, muy vivos afuera e incapaces para razonar y contener la pulsión depredadora de la vida que arrasa en una regresión a la barbarie sin contención. Subyace en este panorama una endemia de crisis en salud mental emocional generalizada.
No soplan buenos vientos para el invento por la coexistencia, mal desarrollado a medias en latitudes como nuestra América donde prevalece la imposición de voluntades por excluir y marginar en desigualdad sin libertad real.
Un asomo de sensatez dice en medio de la campaña presidencial de los Estados Unidos, «No tengo ningún problema con todos quienes van a votar por el otro candidato. Ellos son mis parientes, mis vecinos, mis amigos, la gente con quienes me veo día a día. Claro que tenemos ideas diferentes y elegimos diferente, pero no tiene porqué ser ningún problema para vivir como lo hemos hecho siempre», expresión de un candidato a la Vicepresidencia de los Estados Unidos, hombre tradicional designado esta semana para esa postulación.
El norte exacto de la democracia verdadera, la diferencia con absoluto respeto. ¿Será muy difícil comprender que así tiene que ser la realidad por la vida?. Ser capaces de entender que no hay por qué desgastar la existencia, ni dañar e incendiar la convivencia con pasiones inútiles, odios, insultos, ofensas todo el tiempo. Comprender que ese desgaste es inútil y atenta contra la vida de todos, sobrepasa la afirmación «ser colombiano es ser inteligente … sólo falta ser racional». Ser capaz de comprender y ejercer absoluto respeto por todos los otros y las otras ideas respetables. ®️🇨🇴
Escrito por Hernando Ayala M. Ciudadano colombiano.