Jaime Bedoya Medina.
*Posesionado monseñor LUIS JOSÉ RUEDA APARICIO, como arzobispo de Bogotá, el santo padre Francisco andaba con la linterna de Diógenes buscando al sucesor del cardenal Rubén Salazar, con quien valga decirlo, me sentí sintonizado porque tuvo una postura muy clara sobre el proceso de paz, apoyó la negociación y condenó la mentira de cierto partido sobre el cuento de la entrega del país al castro-chavismo.
De esta conservadora y acomodada pléyade de obispos colombianos, con poquísimas excepciones, como el indoblegable arzobispo de Cali, era poco lo que podía escogerse. El pontífice pedía consejo y candidatos. Seguramente el nuncio apostólico, por cierto, argentino, le sugirió el nombre de este desconocido pastor, que el mismo Francisco había trasladado a la alcurniosa Popayán, donde se dio al cariño de la gente humilde, que es de su predilección y del respeto de los encumbrados. Me cuentan que andaba 8 o más horas a lomo de mula en pos de las comunidades más pobres de indígenas, afros y campesinos raizales.
Quién hace eso, por Dios, cuando la mayoría de prelados, si no tienen el carro último modelo al pie del palacio, no se mueven. Este obispo huele a oveja y no a gobelinos y champaña, como lo reitera el providencial papa Francisco.
Tiene sangre comunera y no se ha olvidado de sus orígenes. Carece de renombrados títulos, como algunos de los que pasaron por Pereira, pero cuya práctica dejó mucho que desear y no me refiero a monseñor Duque, humilde, sencillo y cercano a la gente; aunque estudió en Roma y habla italiano. Pero sabe que Cristo estuvo siempre al lado de los marginados, que comió con prostitutas, viudas, recaudadores de impuestos, publicanos y pecadores. Es consciente que los de arriba no creen, fingen y dan limosna, nada más. Pero no repudia a nadie. Es un agente impulsador del proceso de paz y condena de frente el asesinato de los líderes sociales. De manera que está del lado correcto y merece todo mi acatamiento y respeto.
Es un seguro cardenal, dado que esta arquidiócesis primada es sede para tal dignidad. Y por lo tanto, irá al próximo conclave que elegirá al sucesor del cardenal argentino.
Francisco está escogiendo electores comprometidos con el proceso reformador. No será raro que los cardenales se fijen en este sencillo, modesto y servicial obispo para que continúe las innovaciones que la iglesia necesita con urgencia como el celibato a libre elección del presbítero, el sacerdocio para mujeres y el control natal por medios científicos y no solo naturales.
Jaime Bedoya Medina.
Excelente.
Admiración por los representantes de Dios, que poseen sentido de realidad, de acción, de conexión con las clases vulnerables:.