Hacia junio-julio algunas personas cercanas pudieron leer 2 páginas, divididas en 3 reflexiones sobre las elecciones de alcaldes en Pereira. Sólo ahora, conocidos los resultados, las hago públicas en el (nuevo) blog https://orlandoparragopinion.com/ (en construcción).
El artículo analiza las elecciones a la alcaldía de Pereira en el siglo XX. Reflexiona sobre los diferentes candidatos y partidos políticos implicados, y destaca sus patrones y dinámicas. Señala la influencia de la maquinaria política y los avales, la fragmentación del voto alternativo y la importancia de consolidar el apoyo dentro del voto libre. También menciona el desgaste de los alcaldes en el poder y el ciclo de apoyo a los adversarios en las elecciones posteriores. Concluye con varias reflexiones sobre las elecciones y el panorama político en Pereira.
En la 1ª parte, repasa los diferentes candidatos y sus afiliaciones políticas a lo largo de los años. Menciona el declive del Riverismo y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas. También destaca cómo los avales de los partidos no siempre se traducen en apoyo real. Cierra señalando que pocas personas recuerdan (y recordarán) los nombres de los alcaldes de hace varias décadas.
En la 2ª, se plantea que, en este siglo, las elecciones a la alcaldía han conocido dinámicas «curiosas». En un caso, un candidato derrotó por un estrecho margen a su oponente con la ayuda de «aliados tránsfugas» en el concejo. En otro, un alcalde de la U, se enfrentó a una fuerte oposición y tuvo problemas con la gobernanza interna y la comunicación de logros, lo que se tradujo en una estrepitosa derrota a manos de un candidato Liberal. En otra elección, el Centro Democrático ganó escaños en el Congreso, el liberalismo recuperó su influencia en las cámaras; los «alternativos» hicieron su aparición, aunque sin éxito para ganar la alcaldía.
En la 3ª, se extraen (a Julio) algunas conclusiones Sólo dos alcaldes (muy populares) han conseguido que sus candidatos sean elegidos. La izquierda, sola, No ganaría la alcaldía, ni siquiera triplicando sus votos. Los conservadores son influyentes, pero no tienen la última palabra. La mayoría de los votos del concejo se alinean -en la recta final- con los ganadores. El voto de opinión está fragmentado. El impacto de tener dos cámaras es mínimo. Los alcaldes son incapaces de «alinear» a todos «los líderes» debido a la limitación de recursos, lo que lleva a un ciclo infinito donde buena parte de esos líderes apoyan a sus oponentes en las siguientes elecciones. Sólo los alcaldes capaces de atraer a la clase media y media-alta han podido promover a su sucesor. Hay dos tácticas: «únete a mí y venceremos» o «divide y vencerás».
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