Por: Olga Lucía Caro Valencia
Varias ciudades han optado por implementar medidas según sus necesidades para llevar un control con sus habitantes en el momento de estos salir a hacer sus compras o diligencias en medio de la cuarentena obligatoria, algunas de ellas llamadas pico y cédula o incluso pico y género; esta última ha desatado cientos de opiniones.
El primer experimento de esta medida se realizó en Bogotá donde las organizaciones defensoras de los derechos de la comunidad LGBTI+ han rechazado la medida porque es considerada una forma de discriminación y de posibles aumentos de violencia contra los integrantes de esta comunidad, puesto que la categorización puede generar actos homofóbicos; sin embargo y pese a todas estas voces de protestas, en Manizales, Villamaría y Neira se iba a implementar el “pico y género con cédula”, lo cual de inmediato generó debate, sin embargo la medida no prosperó y a las 24 horas siguientes fue descartada por el propio alcalde de la capital caldense.
En síntesis, y para efectos de entender esta medida, las personas que se perciben a sí mismas como mujeres, saldrían el día de las mujeres, sin importar sus características físicas o biológicas, lo propio para quien se perciba como hombre y pese a que no va a funcionar, en Manizales, se optó por brindar un nuevo pico y cédula donde solo 1 vez a la semana podrán salir las personas a quienes no cubren las excepciones, generando más restricción en la movilidad e incluso de quienes viven del diario.
Pero no solo es la comunidad LGBTI+ la que se quejó de estos métodos de control social, también son los hombres y mujeres cabeza de hogar que deben salir a trabajar o a buscar la forma de llevar recursos a sus hogares, puesto que cada día se restringe más la salida y pese a las medidas de exclusión del Gobierno Nacional que rigen desde el 27 de abril, son muchos los que se quedan por fuera de esos grupos y a quienes las necesidades les sigue creciendo con el paso de los días.
Hay casos que incluso, aunque parecen jocosos, son reales y se trata de las dificultades de las mujeres en sus labores diarias donde deben usar la fuerza para ciertas tareas, un ejemplo sucede en Corabastos en Bogotá, puesto que el día solo para ellas, no pueden cargar grandes pesos y hacen falta los hombres que se dedican a este oficio, los llamados coteros.
Esperemos que en Caldas y los municipios que se suman a estas medidas de pico y cédula o pico y género, puedan abordar la situación basados en el ejemplo de lo que ha venido pasando en otros lugares, pues si bien, según medios regionales, este departamento ha mostrado un relativo buen comportamiento y por esto sus bajas cifras en contagiados.
Entonces no debería ser «pico y género» sino «pico y sexo», así sería más concreto el concepto de la medida. En cuanto al tema de los hombres y mujeres cabeza de hogar que resultan afectados, las administraciones pueden hacer ciertas excepciones, al fin y al cabo lo hacen para todo.