En el Anexo Técnico de la licitación pública SMDR-LP- 064-2025, cuyo objeto es la modernización y reparación del estadio Hernán Ramírez Villegas, hemos encontrado una insólita exigencia que se hace para el ingeniero civil director de obra dirija también la instalación del nuevo sistema de sonido y de las nuevas pantallas gigantes, dos actividades de electrónica que no corresponden a la formación de un ingeniero civil. Como condiciones habilitantes se exige que ese ingeniero demuestre una experiencia de veinte años, de ellos, mínimo, dos años como contratista “y/o” director de obra en cuyos alcances esté la construcción “y/o” instalación de pistas de atletismo profesionales y sistemas de iluminación y sonido para estadios, con área mínima intervenida de 8000 m2.
Este conjunto de requisitos para el ingeniero civil director de la obra nos hace preguntar por la transparencia de esta nueva licitación de la administración del alcalde Mauricio Salazar, pues como debe haber muy pocos ingenieros que puedan cumplir estas raras exigencias, por decir lo menos, creemos que se puede ver seriamente afectada la libre competencia en el proceso.
Pero no es el único contenido polémico que existe en la documentación de esa licitación; en ella encontramos otros puntos que ameritan una explicación a partir de lo que nuestro estadio significa para Pereira y sus ciudadanos, como fruto que es de la emblemática tradición cívica de la ciudad, por lo que todo lo que a él se refiere debe hacerle honor a lo que representa para nuestra Pereira; de donde, las nuevas obras que se requieren para su modernización y mantenimiento deben engrandecer la ciudad y estar a la altura del civismo que simboliza nuestro querido estadio Hernán Ramírez.
Los habitantes de Pereira, con alguna edad, recordamos el convite en el que una cadena humana llevó piedra desde el río para los cimientos del estadio. Soñábamos entonces con levantar un escenario de nivel internacional y lo logramos, por eso el estadio Hernán Ramírez Villegas es un ícono de la ciudad que no puede ser degradado.
De acuerdo con la estadística compilada por el periodista Hugo Ocampo, hasta 2020, «El estadio Hernán Ramírez Villegas ha sido escenario de 47 partidos internacionales de selecciones nacionales en siete torneos, seis oficiales –uno FIFA y cinco CONMEBOL- y uno extra.» y por sus características y capacidad es un estadio que ha estado en la categoría “3” de la clasificación de la FIFA, que en las visitas que esa organización realizó a los estadios colombianos, con miras a acoger el Mundial Femenino Sub-20, de 2023, tuvo la mejor calificación entre los visitados, por encima de los de Medellín y Cali.
Sin embargo, ese brillo, para los pereiranos inmensamente deslumbrante e inspirador, está a punto de ensombrecerse por las inexplicables y absurdas decisiones del gobierno de Pereira, en su gestión de “modernizar” el estadio, entre ellas la de sólo acoger las normas FIFA para la iluminación, dejando de lado las especificaciones de otros insumos tecnológicos ajenos a lo reglamentado por esa Federación Internacional.
Por razón del espacio de esta columna, citaremos sólo dos ejemplos: En las nuevas normas FIFA, en el capítulo 5- Comunicaciones, apartado 5.7.4, Sistemas de megafonía* (sonido), (Public Address, PA), se precisa que ese sistema es un requisito de seguridad indispensable para obtener certificaciones exigidas por esa entidad y que se debe instalar en graderías, áreas VIP y de prensa, pasillos y zonas comunes, camerinos y zonas técnicas y salidas de emergencia, pues resulta esencial que los operadores de los estadios puedan comunicarse claramente con los espectadores dentro y fuera del estadio mediante un sistema de megafonía potente y fiable.
Agrega, entre otras características, que el sistema de megafonía (sonido) debe ser capaz de dirigir mensajes exclusivamente a sectores específicos dentro del estadio y adyacentes a él y su nivel de volumen debe aumentar en respuesta al aumento del ruido de la multitud, para garantizar la inteligibilidad de los mensajes de voz. (…)
En el mismo capítulo 5, pero la sección “Conectividad”, apartado 5.7.1., Red LAN (IP), prescribe que en todos los estadios estadio de fútbol debe existir una “Red de Área Local” basada en el Protocolo de Internet (IP) que permita la interconexión de dispositivos y sistemas digitales dentro del estadio y que esta red es esencial para el funcionamiento técnico, operativo y de transmisión del evento.
Frente a las observaciones que potenciales oferentes han hecho sobre los equipos necesarios para cumplir estas y otras dotaciones prescritas por FIFA para estadios de categoría internacional, la respuesta del Municipio de Pereira comienza con la siguiente formula: “Este tipo de especificaciones serán definidas por el contratista de acuerdo con el ítem… (referido al presupuesto) (…)”, lo que equivale a dejarlas a la decisión de un criterio incierto.
Pero entre las respuestas a observaciones de potenciales oferentes a la licitación, encontramos una que no está ligada a lo definido por el contratista y que es, quizá, el único ítem de los pliegos para el que se señala precisamente lo que la administración municipal quiere en cuanto un equipo tecnológico particular: A la pregunta de un interesado sobre la configuración de las pantallas gigantes le contestaron: “Las características requeridas son las siguientes dimensiones de las pantallas 8×4,5M, resolución mínima 2048×1152, (…)”
Los expertos consultados nos explican que la resolución 2048 x 1152 píxeles no es muy común en la actualidad y que puede considerarse intermedia y algo antigua, pues apareció entre 2010 y 2015. Actualmente ha sido superada por resoluciones más populares, eventualmente menos costosas y con mayor compatibilidad con contenidos que se producen ahora.
La recomendación de la FIFA, que está en las Directrices Técnicas para estadios de fútbol, que aparecen en el apartado 5.7 Tecnología de la Información, citado atrás, señalan una resolución mínima “Full HD” (1920 × 1080 píxeles).
En el cuadro de presupuesto de la licitación encontramos que están asignados $1.544 millones para la fabricación, suministro y puesta en funcionamiento de las dos pantallas gigantes y también, están destinados $70 millones para diseñar el equipo de amplificación de sonido y $855 millones para su suministro y puesta en funcionamiento.
Lo que nos genera otra inquietud: sí hay suficiente dinero en el presupuesto, ¿por qué no se adquiere un sistema de megafonía, o de sonido, para darle un nombre más familiar; que cumpla con las especificaciones FIFA?
Además, ¿por qué no, de una vez, se dota al Hernán Ramírez con la “Red de Área Local” que exige la FIFA para todos los estadios remodelados?
Y un interrogante adicional: ¿Cuál es la razón para qué se adquieran las pantallas gigantes con características diferentes a las recomendadas por la Federación Internacional de Futbol, si con los $1.544 millones se pueden comprar las recomendadas?
Y una pregunta final, ¿Será que el actual gobierno de la Ciudad no cree que el Deportivo Pereira logre, de nuevo, meterse en torneos internacionales y traer aquí esos partidos?



Se volvió noticia mala conocer de procesos no muy santos en la alcaldía de Pereira, el alumbrado público con serios cuestionamientos sin la real necesidad de una concesión tan larga, también de la interventoría de alumbrado público. Igual sucede con el sistema de recaudo de Megabus, seguimos con una flota obsoleta y con frecuentes varadas. Ahora es la parcial modernización del estadio Hernando Ramírez Villegas, con pliegos donde el contratista sea quien defina las especificaciones de productos, es muy grave, además, es tan preciso el perfil del técnico ingeniero, que es susceptible en pensar que el traje es hecho a su medida. Me pregunto, dónde están los organismos de control? Para qué existe la oficina de control interno? Ahhh pero la esposa del alcalde en campaña al senado, aspiración no oficializada pero que muchos sabemos que desde principios de año está en campaña.