Miscelánea
Encomiable esfuerzo el que están realizando los columnistas Ferley Henao y Olga Cecilia Trejos, a través del portal elopinadero.com.co, al poner sobre la mesa, con una serie de audiovisuales, información y hechos que la opinión pública no sabe o que pasa por alto sobre la trayectoria de los candidatos a la alcaldía de Pereira. El ejercicio de revisar el pasado de quienes aspiran a dirigir los destinos de la ciudad, tomando en cuenta el papel y las diferentes posturas que han tenido en el ejercicio de cargos públicos y privados, en relación con las diferentes problemáticas que han estado bajo su decisión, obedece a una lógica elemental y es un excelente aporte a la democracia.
La forma en que opera la democracia actualmente no privilegia los méritos ni las competencias. Como se hacen hoy las campañas se favorece la elección de los aspirantes que tienen la capacidad, el músculo financiero o los patrocinadores para montar unas estructuras o verdaderas empresas políticas, apalancadas además en el clientelismo, pero muy especialmente en el despliegue publicitario, con el gasto de enormes presupuestos de los que sólo se conoce la porción que la ley permite, dejando en la sombra los recursos de inversionistas que nadie ve, pero que luego reclamarán sus réditos de una u otra forma.
Podemos decir que no contamos con un campo nivelado que haga justa la competencia, porque la visibilidad de los candidatos no depende propiamente de la promoción de sus ejecutorias en igualdad de oportunidades, con los mismos niveles de exposición, sino que está llamado a ganar el aspirante que simplemente pueda instalar más vallas, más pasacalles y más pendones, para copar todos los espacios y prácticamente implantarse de manera artificial en el imaginario y en el subconsciente de la gente, aunque no se conozcan los perfiles ni las propuestas.
En este escenario, tan poco propicio, muchos de los que suelen votar no lo hacen bien informados y los que sí tienen muy claro por qué y por quién votan lo hacen movidos por su propio interés o conveniencia y no porque esté de por medio el sentimiento o la convicción de que es lo mejor para la ciudad. Es un hecho y una pena que los votos de opinión aún no pesen lo suficiente como para inclinar la balanza de nuestra democracia, pero, claro, algún día tendremos que entender, algún día tendremos que despertar y nunca será tarde para empezar a generar conciencia como lo están haciendo Ferley y Olga Cecilia. Mis respetos y mi reconocimiento por su valiosa labor comunicadora.
Adenda. Conozco a Daniel Silva, desde cuando era un joven que anhelaba ser abogado y ser lo que ya es, porque Daniel ya no es un prospecto, es toda una realidad como dirigente y actor político de la región y la prueba de que en la vida se puede llegar tan lejos como los sueños y la disciplina lo permitan, incluso ser gobernador. Y porque sé de lo que es capaz y, por el buen concepto que muchos tienen de Daniel como profesional y como persona, encuentro equivocada, y hasta de mal gusto, su estrategia de ganar votos reivindicando en sus vallas «la derrota» de Enrique Soto. Enrique se nos adelantó y antes de irse asumió las consecuencias de lo que hizo y de lo que no hizo; Enrique ya no está en campaña, dejémoslo descansar en paz.