El 2022 es el año electoral para renovar el Congreso de Colombia, conformado por la cámara alta (Senado) y la cámara baja (Cámara de Representantes). Aunque es bien conocido que la democracia del país ha acumulado un poder omnipotente en la Presidencia de La República con el que muchos presidentes manipulan los otros poderes incluso el llamado cuarto poder (medios de comunicación).
De acuerdo con lo anterior, se volvió costumbre que desde el poder ejecutivo (Presidencia), se corrompa de la peor forma a las mayorías del congreso, desde donde terminan obedeciendo a los intereses (muchas veces clientelistas y corruptos) y propuestas del presidente; elección que también será en el presente año. Así muchas de las propuestas de los candidatos al Senado y a la Cámara de Representantes quedan doblegadas al poder presidencial. Esto a pesar de que tenemos una Colombia de regiones, pero cada vez más centralizada con relación a las grandes decisiones en Bogotá D.C
Los retos de los próximos congresistas son enormes si recordamos la crisis institucional que se vivió en el mes de mayo de 2021 donde muchos sectores sociales se levantaron indignados frente a los abusos del gobierno central. Este domina gran parte de los otros poderes (algunas de las altas cortes, organismos de control, Congreso y muchos medios de comunicación). Las regiones de Colombia tienen desafíos diferentes y en caso de la región del Eje Cafetero, son varios los proyectos que requieren del apoyo del Congreso y de estrategias conjuntas entre los congresistas que resulten elegidos de los tres departamentos.
Proyectos de infraestructura, sociales, económicos, de salud, medio ambiente, desarrollo tecnológico, agropecuarios, etc. encaminados a acelerar el desarrollo regional y a recuperar el terreno perdido por efectos de la pandemia. No es fácil la tarea con la cultura de la división donde cada departamento quiere tener sus propios proyectos, poniendo a los congresistas a competir por la gestión de recursos para cada uno por separado. Acá está el primer desafío para trabajar con estrategias regionales y proyectos que independientemente donde queden ubicados, se depongan los egos para poder avanzar en brindar el bien común a los más de 2,5 millones de habitantes. También es recomendable dejar de incentivar las divisiones con estrategias como la que montó Pereira en la administración anterior al autodenominarse “la capital del Eje Cafetero”. Estas son iniciativas que aumentan la división y retardan muchos procesos de desarrollo integrados como región.
Pero entremos a hablar de algunos proyectos estratégicos para la región que creo deberían estar en la agenda de los candidatos al Congreso de Colombia para las elecciones del 13 de marzo de 2022.
Al tener la región una visión de desarrollo logístico debe ser una de las prioridades trabajar unidos por el desarrollo del transporte intermodal. El modo férreo, carretero, aéreo y fluvial deben ser analizados y abordados muy seriamente por los diferentes equipos de campaña de los candidatos a Senado y Cámara de Representantes. Recordemos que primero van las elecciones de Congreso y después las de Presidencia. Esto significa que los congresistas de la región deberían tener una incidencia grande en las propuestas que llegarán al Plan de Desarrollo de Colombia 2022 -2025, el cual presentará el nuevo presidente al Congreso para análisis debate y aprobación como la carta de navegación para el país.
Desarrollaré en varias columnas futuras algunos proyectos agrupados en dimensiones, pero hoy quiero recordar la importancia de incluir dentro de las agendas de campaña, los relacionados con el modo férreo con proyectos como el Tren del Pacífico, Tren de Occidente, el tramo Caldas – La Pintada (Antioquia) – Kilómetro 41 (Departamento de Caldas), agenciado por Ferrocarriles de Antioquia. También la consolidación del Tren desde La Dorada – Chiriguaná – Santa Marta. Finalmente acelerar una nueva concesión del Tren del Pacífico (Buenaventura – Cali – Zarzal – La Tebaida) y el Tren de Occidente (Zarzal – Cartago – Caimalito – Kilómetro 41), pues la que había fracasó en 2020.
De acuerdo plenamente
De acuerdo plenamente