Un Maestro y dos de sus discípulos fueron al bosque y vieron a un grupo de trabajadores que talaban varios de los mejores árboles. Le preguntaron a su Maestro por qué cortaban los árboles más altos, más esbeltos, más fuertes y robustos, ¿pero dejan los árboles torcidos, pequeños y enfermos? Respondió el Maestro: “porque son útiles”, los cortan y los aprovechan para producir bellos y elegantes muebles, además de mas productos útiles y hermosos para la gente; los inútiles los dejen en pie, a su suerte. Dice entonces uno de los discípulos: “entonces ser inútil te salvará y ser útil te matará”. Terminada por el bosque la excursión llega a la casa del Maestro y éste ordena hacer una comida para todos y solicita que se sacrifique al gallo que no canta, entonces uno de sus discípulos manifiesta: “¿por qué deja vivir al gallo que canta y no al que no canta?”, contesta el Maestro: “porque es inútil”, dejo al gallo que canta porque alegra todas mis mañanas; es decir, deja a los útiles y mata a los inútiles; entonces pregunta el discípulo al Maestro “¿tengo que ser útil o inútil?”
“¿Ser útil o inútil?” – Es una pregunta universal para todos.
El siguiente es un caso de la vida real, y creo que sucede con mucha frecuencia, es el de una talentosa ingeniera que trabajaba para una importante empresa española, era una excelente trabajadora, hacía entre trece y catorce viajes por año entre España y la China, dirigiendo programas estratégicos de la compañía para la cual laboraba. Su trabajo le devengaba entre catorce y quince horas diarias incluyendo gran parte de los fines de semana; así trabajó varios años con grandes satisfacciones profesionales para ella y la empresa – era muy útil. Durante todo ese tiempo estuvo olvidada por completo de todos sus vínculos familiares y de amigos mas cercanos, le llamaba la atención ser muy “exitosa”. Al cabo de unos cuantos años enfermó, pasó por varias incapacidades por enfermedades relacionadas con estrés laboral, que la llevó a desarrollar actividades marginales en la compañía – se volvió inútil. Con el pasar de los días y de algunos meses, se estructuró en la empresa un adelgazamiento de la plantilla de personal, y fue objeto de retiro por ésta.
Lo anterior nos lleva a hacer una interiorización para encontrar el “equilibrio” en nuestras vidas, no se puede ser tan útil para los demás, se debe buscar vivir muy bien con tranquilidad.
“Todos conocen la utilidad de lo útil, mas ignoran la utilidad de lo inútil” – Zhuangzi, filósofo chino.
“No hay crimen mayor que dejarse arrastrar por los deseos, no hay desgracia mayor que no saberse nunca satisfecho, no hay defecto mas doloroso que la ambición.” – Tao Te King.
Lo anterior nos lleva a profundas reflexiones acerca de con quién es nuestro real compromiso de vida, en muchas ocasiones y a lo largo de nuestras vidas hemos trabajado como “locos” – por lo menos en mi caso – dejando de lado a nuestros seres mas queridos – la familia – y todo por el cacareado discurso del “cumplimiento de metas”, “los objetivos de la compañía”, y otros que nos marcan e inculcan en nuestra formación en las facultades e instituciones. También desde la alta dirección de las organizaciones. Solo buscan el lucro, peor aún, cuando muchos hemos estudiado algo acerca del comportamiento del empresario en la teoría económica, y en muchos casos, también ayudados por nuestro ego. Pero nunca es tarde para retomar el camino en donde procuramos aplicar desde el mas profundo sentimiento espiritual, que el conocimiento nos ayude a tener más “Sabiduría”. En este sentido es nuestro deber, una vez interiorizada las experiencias de vida, que nuestros hijos y seres queridos conozcan de nuestras experiencias y logren un mayor equilibrio en sus vidas, y los lleve a un mejor reflejo en sus familias y comunidad.
¿Qué es más importante la familia, la vida religiosa, el trabajo o uno mismo? Todos ellos son platos de una sola balanza. Si dedicas todo tu tiempo a tu familia y al final no tendrás dinero para mantenerla, ni conocimiento trascendental para resolver un conflicto con maestría que la esté afectando. Si le brindas todo tu tiempo a la vida religiosa y al final no tendrás dinero para mantener a tu familia ni te habrás desarrollado tu de forma integral. Regálate todo tu tiempo a ti mismo y al final no tendrás un legado ni forma de darle sustento.
¿Qué deberes tiene el hombre para con Dios? ¿Qué deberes tiene el hombre para con sus semejantes? ¿Qué deberes tiene el hombre para consigo mismo? Son preguntas que debemos hacernos en nuestro diario vivir. Nos han enseñado que todo tiene su momento, o como dice el refrán: “una cosa para cada tiempo y un tiempo para cada cosa”. El día tiene 24 horas, que dividida por tres, son ocho horas: ocho horas para trabajar, ocho para el ocio, la manutención y la formación y ocho para el descanso. Nos indica que en cada momento la obligación que tenemos de no separarnos del camino que nos conduce por la línea recta e inflexible del “Deber”, entendida como una regla de convivencia.
La primera regla de comportamiento nos ayudará en nuestro camino de perfeccionamiento, puesto que protegemos nuestra salud proporcionando al cuerpo el tiempo necesario para su recuperación sin olvidarse de la necesidad de estudio, el trabajo y la espiritualidad. Nos recuerda que la medida ha de estar también presente en todas las manifestaciones del Espíritu, que han de ser ajustadas en su formulación e intensidad. Así podemos decir que existen reglas básicas que todo hombre siempre debe cumplir.
- Sentido de la Existencia: la atención equilibrada en la sensación física. Son nuestros sentidos los que nos informan de nuestra existencia. Estamos vivos por algo y para algo, no es posible que nuestra existencia no tenga sentido, no se trabaja ocioso, sino por una idea y meta establecida. Todo lo creado tiene un por qué y una razón.
- Sentido de la Armonía: la voluntad de conocer la equilibrada pulsión sexual. El conocimiento precisa de voluntad, pero los bajos instintos pueden conducirnos a vicios. Hemos de equilibrar y medir ambos, recordar que todo es bueno en su justa medida.
- Sentido de las Relaciones: positivas entre los hombres es el sentimiento ordinario y equilibrado con la inteligencia. Debemos mantener relaciones de amor y amistad nuestros semejantes; pero también es cierto que no todos querrán hacer lo mismo; por lo tanto hemos de emplear nuestra inteligencia para, sin dejar de amar, protegernos ante aquellos que no obran como es deseable.
- Sentido del Valor: es la compasión equilibrada con la inteligencia. La compasión hacia todo “Ser” viviente es una de las virtudes que más valora el Espíritu, pero la compasión ha de ser aplicada de manera inteligente. El Valor sin sentido se pierde. Valiente es aquel que sopesa todos los riesgos de sus actos.
- Sentido de la Verdadera Ciencia: es el equilibrio entre la Sabiduría y el Conocimiento. El conocimiento no es Sabiduría. El primero puede tenerle cualquiera, el segundo no. El Sabio lo es porque ha dado el paso de aplicar su conocimiento. Tan simple y a la vez, difícil.
- Sentido de la Justicia y el Orden: es el conocimiento equilibrado con la inteligencia. Un conocimiento de las leyes, tanto humanas como divinas, nos impulsa a actuar en todo momento de acuerdo con dichas leyes. La inteligencia debe actuar en el ser humano para permitir discernir unas leyes de otras. Toda ley que vaya contra la Justicia y el Orden será siempre humana y nada virtuosa.
- Sentido de la Compasión: es la sabiduría equilibrada con el sentimiento común. Evidentemente, si uno posee “Sabiduría” no tendrá duda de que su primera obligación es servir a los demás. ¿Existe alguna forma mejor de servir al prójimo que la compasión? La compasión, al igual que la caridad, que muchas veces se confunde, jamás debe denigrar a quien la recibe ni ensalzar a quien la aplica. Es un acto que debe verse tan natural como el respirar.
Tenemos una misión que cumplir. Solo fijando nuestra vista en la meta y manteniendo nuestra voluntad firme podremos lograr nuestros objetivos. No olvidemos que la regla es construir nuestro propio “Templo”.
Gracias, infortunadamente nos damos cuenta un poco tarde.
Me llegó al alma. Fíjate prioridades para lograr el equilibrio en todo y no dejarlo para después. Desde «ya» es el momento para llevar esos platos a la balanza y ver en cuál estamos desequilibrados. Gracias.
La vida es para vivirla no para sufrirla. Usted elige
Esta columna me llego al alma. Todo en ka vida se debe hacer con equilibrio, con balance, sin olvidar la esencia de la vida y lo esencial en la vida. Se debe permanentemente estar haciendo un autoexamen para entender a qué le está uno dando más importancia, para no caer en la injusticia. Porque al final de la vida es muy posible que nos estemos haciendo evaluaciones con la pregunta DEL PORQUE YO, y ya el tiempo no se puede devolver. Gracias Álvaro por tu escrito con grandes enseñanzas, ojalá los que comienzan el camino de la vida, lo lean para que entiendan sobre lo útil y lo inútil.
El embeleco del éxito y la felicidad ha sido transformado por el consumismo. La armonía interior y el bienestar personal proviene de un equilibrio delicado y bien gestionado.
Equilibrio es el camino! Gracias amigo.